jueves, 6 de diciembre de 2012

El tabaco empeora la resaca | Noticias | elmundo.es

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CONSECUENCIAS | Alcohol y cigarrillos

El tabaco empeora la resaca

Un hombre fuma en un bar en Hanoi. | Afp Un hombre fuma en un bar en Hanoi. | Afp
¿Náuseas, fatiga y dolores de cabeza más fuertes de lo normal? Si tras algún que otro fin de semana aderezado con más alcohol de lo que debería se ha levantado con una resaca especialmente intensa, posiblemente la culpa no la tenga únicamente esas copas que no tendría que haber tomado, sino también los cigarrillos que las han acompañado.

Esta es por lo menos la conclusión a la que ha llegado el equipo liderado por la investigadora Damaris J. Rohsenow, del Centro de Estudios sobre el Alcohol y Adicciones de la Brown University en Rhode Island (EEUU). En palabras de Rohsenow, "analizando los efectos de los excesos de alcohol, hemos comprobado que las personas que fuman y beben tienen más posibilidades de tener una resaca o de sufrirla con más virulencia que aquellos que no fuman".

Binge Drinking y tabaco

Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio que se publica en 'Journal of Studies on Alcohol and Drugs', realizaron encuestas online a 113 universitarios en el que se les preguntaba cada día, durante ocho semanas, por su consumo de alcohol, su hábito a la hora de fumar y los síntomas de la resaca. Además de ello, también tuvieron en cuenta otras variables, como la práctica de sexo o el consumo de drogas como los estimulantes, los barbitúricos o la heroína.

"Existe alrededor de un 25% de personas que, a pesar de ingerir suficiente alcohol como para sufrir una resaca, sin embargo no la tienen. Por eso, queríamos comprobar si alguno de los parámetros estudiados influía más o menos en sufrir resacas y en la gravedad de los síntomas de la misma", comentan los investigadores.

Así, la doctora Rohsenow descubrió que "los jóvenes eran más propensos a tener resacas, o de que éstas sean más duras, después de consumir altos niveles de alcohol (de media, 110 mg/dl -miligramos por decilitro de sangre-, lo que supone una tasa de más de 0.10) y de fumar durante los días previos y durante la borrachera (una media de siete cigarrillos al día) en comparación con aquellos que sólo beben", explica la doctora Rohsenow.

"Estos resultados indican que existe algún efecto directo del tabaco sobre las resacas, y que tiene como consecuencia una mayor sensibilidad y gravedad de ellas", comentan.

Para el doctor Francisco Camarelles, médico de familia, secretario y portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, señala a ELMUNDO.es que lo que más le sorprende de esta investigación son "las grandes dosis de alcohol en tan poco tiempo". "En este estudio se indica que la prevalencia de fumar y beber se producía especialmente los fines de semana y, mientras que en el resto de la semana el consumo de ambos parámetros era normal, los fines de semana podían beber cuatro latas de cerveza en apenas una hora, lo que se conoce como binge drinking o consumo intensivo de alcohol en poco tiempo", comenta este especialista.

"Quizá por la dependencia social de encajar en el grupo que se asocia tanto al tabaco como al alcohol se expliquen unos resultados que demuestran la peligrosidad de sumar ambas sustancias, que ya no se reducen sólo al malestar de las resacas, sino a la merma de las percepciones que sufren los que las tienen", explica el doctor Caramelles.

Aunque tanto el estudio como este especialista no pueden explicar el 'cómo' de que el tabaco agudice estas resacas, ambos apuntan ciertas hipótesis como que "fumar y beber al mismo tiempo aumenta la liberación de dopamina, ese 'sentirse bien' y relajado que esta sustancia produce en el cerebro y que pueden llevar a faltas de atención en la conducción peligrosas. Quizá, también producto de esta conexión entre tabaco y cerebro se encuentre la respuesta a estos resultados", comentan.

"Lo que sí es claro es que existe para ambas sustancias otra dependencia, la psicológica, en la que para muchas personas, beber y fumar después se ha convertido en un hábito. Por ello, cuando una persona está dejando de fumar se le suele recomendar que limite su consumo de alcohol, ya que si cambia esa rutina le será más sencillo desprenderse de los humos", argumenta Camarelles.

Pero para Rohsenow, el mayor peligro son las consecuencias. "Existe la percepción errónea de que una resaca, aparte de lo mal que te hace sentir durante un tiempo limitado, no tiene más consecuencias, pero no es así", indica. "La resaca afecta a la atención y el tiempo de reacción a corto plazo, por lo que conducir o trabajar en determinados puestos pone en peligro las condiciones de seguridad".

Pero hay más. "Nadie está seguro de si la resaca puede ser señal de algún tipo de daño en el
cerebro, pero el tabaco ya es conocido por agravar los efectos negativos en el cerebro de una persona acostumbrada a beber en exceso", finalizan los investigadores.

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