EL MÉDICO INTERACTIVO
ESPAÑA
La dificultad de diagnóstico de la IVC la convierte en una patología oculta que afecta en torno al 40 por ciento de la población
Redacción
Así lo ha señalado Fidel Fernández Quesada, miembro del Comité Científico del Capítulo Español de Flebología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, que ha asegurado que la consulta al médico de AP y la eventual derivación al especialista correspondiente pueden frenar su progresión Madrid (18/20-7-09).- La Insuficiencia Venosa Crónica (IVC) es una enfermedad frecuente, infradiagnosticada y por lo tanto, poco tratada, que supone una merma importante de la calidad de vida del paciente y que, en gran parte, se puede evitar. Así lo ha señalado Fidel Fernández Quesada, miembro del Comité Científico del Capítulo Español de Flebología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, que ha revelado una situación deficitaria que afecta a un porcentaje cercano al 40 por ciento de la población.
El sobrepeso, el aumento de la presión intraabdominal y la falta de ejercicio físico comprometen el drenaje venoso, uno de los principales factores de riesgo de la IVC, “por lo que una dieta equilibrada puede mejorarla. La dieta inadecuada es fuente de muchas otras enfermedades y su corrección incide en la salud de múltiples formas. El cuidado e hidratación de la piel, los masajes o la natación son medidas asimismo muy beneficiosas”, ha explicado el doctor Fernández Quesada.
Una vez se ha iniciado la enfermedad, “el diagnóstico a tiempo evita que se desarrollen estadios más graves con medidas leves, enfocadas a los hábitos higiénico-dietéticos, y a la práctica de ejercicio físico. La consulta al médico de Atención Primaria y la eventual derivación al especialista pueden frenar la progresión y estabilizar la situación. Dependiendo de la afectación y de la situación clínica, puede establecerse sólo profilaxis, instaurar tratamiento con venotónicos, compresión elástica o incluso tratamientos que mejoren, modulen o corrijan el drenaje venoso como la escleroterapia, el láser o la cirugía en sus múltiples variantes”.
Fidel Fernández ha comentado que “para evaluar dichas opciones, el especialista se basará en la clínica, la exploración física y en estudios del sistema venoso, siendo el método más frecuentemente usado el eco-doppler color, que permite una evaluación funcional y anatómica global del drenaje venoso de las extremidades”.
Es importante, según él, recordar que “el periodo estival es el momento del año en el que suelen desarrollarse los primeros síntomas de la enfermedad o agravarse los ya presentes”. Sin embargo, “también es positivo pensar que las vacaciones son un momento adecuado para iniciar hábitos más saludables para la vida (dieta adecuada, ejercicio, dedicar más tiempo al cuidado del cuerpo) que luego, una vez instaurados, continúen a lo largo del año y eviten o mejoren la evolución de la IVC”.
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