sábado, 26 de septiembre de 2009
Consenso frente al cáncer de páncreas
Consenso frente al cáncer de páncreas
JANO.es
25 Septiembre 2009
Cada año se diagnostican en España en torno a 4.000 nuevos casos de cáncer de páncreas, el tumor con mayor tasa de mortalidad en el primer año de detección y el cuarto que más muertes provoca, pese a no ser de los que presentan mayor incidencia y prevalencia. Si bien los datos disponibles apuntan que su incidencia no ha dejado de aumentar paulatinamente en el último siglo.
El cáncer de páncreas representa el 2,2% de todos los tumores en el hombre y el 2,7% en la mujer. Su pico de incidencia se sitúa en la sexta década de la vida, con un descenso significativo a partir de los 80 años. La TAC de alta resolución es la prueba diagnóstica que permite detectar el 90-95% de los tumores, siempre y cuando tengan un tamaño superior a 1,25 centímetros.
Pese a estos conocimientos y peculiaridades, no se ha dispuesto hasta ahora de una hoja de ruta que sirva de ayuda al profesional a la hora de abordar su manejo. Ante esa realidad, el pasado año especialistas españoles decidieron crear un grupo de trabajo para elaborar un documento de consenso. Para ello revisaron todos los datos existentes con el fin de establecer las mejores estrategias a seguir en función de la fase en que se encuentre la enfermedad en el momento del diagnóstico.
Con el aval del Grupo Cooperativo Español para el Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD) y la coordinación de los Dres. Manuel Hidalgo y Eduardo Díaz-Rubio, se ha presentado el primer documento global de Consenso contra el Cáncer de Páncreas que, en primera instancia, señala que, aunque de forma más lenta que otros procesos oncológicos, también en este tumor se han producido avances capaces de ampliar la supervivencia de los pacientes en fase avanzada.
Únicamente el 15-20% de los casos se diagnostica cuando aún es susceptible de cirugía radical. Incluso en estos casos, la supervivencia a los 5 años es del 18-24%. Ello se debe a que al principio los síntomas de alerta son muy inespecíficos. “El manejo de este tumor es muy complejo y su mal pronóstico no se explica únicamente por el diagnóstico tardío. En algunos pacientes con tumores pequeños la curación también es muy complicada y presenta una elevada tasa de recaídas aunque se detecte en el estadio inicial de la enfermedad”, asegura el Dr. Hidalgo, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal (CIOCC) de Madrid.
Se desconocen las causas específicas responsables de este tipo de cáncer, si bien el tabaco es considerado por los expertos como el factor ambiental de mayor peso y el componente hereditario clave en aproximadamente uno de cada 10 casos.
En opinión del Dr. Eduardo Díaz-Rubio, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el hecho de que la incidencia haya ido aumentando debe explicarse a la luz de la mayor esperanza de vida de la población.
Como se ha apuntado, apenas 2 de cada 10 pacientes son candidatos a cirugía radical en el momento del diagnóstico. En el resto, el tumor se ha diseminado y afecta a estructuras vasculares cercanas que dificultan la extirpación. La localización de esta glándula impide que los tumores de menor tamaño logren detectarse en revisiones rutinarias. “A su acceso complicado, que impide su extirpación completa, hay que añadir la presencia de muchos procesos inflamatorios que limitan la eficacia de los fármacos a la hora de actuar sobre las células tumorales”, explica el Dr. Díaz-Rubio.
En la actualidad, se investiga el papel de la quimioterapia y la radioterapia para intentar reducir el tamaño del tumor, de manera que éste pueda ser operado con éxito. En los casos con la enfermedad diseminada, la cirugía no garantiza que tras la intervención no queden células tumorales que motiven una rápida recaída. De hecho, del 15% de pacientes candidatos a cirugía un 80% vuelve a manifestar la enfermedad al cabo de un año o año y medio y, además, lo hace de forma más agresiva que la primera vez. A largo plazo, no más de un 4% de los enfermos se cura de forma definitiva.
En estadios avanzados, el tratamiento basado en quimioterapia ha incorporado recientemente el uso de terapias biológicas. Este tipo de medicamentos marcarán el futuro, pero será preciso que vayan acompañados de marcadores que permitan individualizar el tratamiento. En este sentido, este más que oportuno documento de consenso insiste en la necesidad de un mejor conocimiento básico de la enfermedad, de cara a lograr mejores resultados terapéuticos frente a un tipo de tumor que, por la extraordinaria dificultad que entraña su detección temprana, por su elevada mortalidad y por las limitadas opciones disponibles para combatirlo, es considerado por los expertos un verdadero reto oncológico de este siglo.
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