29 SEP 09 | Caso Clínico
Amiloidosis hepática
Esta enfermedad fue descrita a principios del Siglo XIX y observaron que se trataba de un trastorno en el que existía hepatomegalia y cambios similares en el bazo.
Mauricio Cruz, Gastroenterólogo; Trinidad Aguilar, Cirujano Gral.; Luis Díaz, Anatomopatólogo; IMSS
Revista Dolor Clínica y Terapia
Vol. VI/ Núm. 4/ 2009 Desarrollo
Introducción
La amiloidosis se ha definido como el depósito extracelular de la proteína fibrilar de amiloide en uno o más sitios del organismo.1, 2 Dicho material proteínico, fibrilar insoluble y resistente a la actividad proteolítica se caracteriza por un elemento constante llamado componente P, el cual se deriva de una glicoproteína plasmática y un componente proteico variable que constituye la base para la clasificación patogénica actual.3
Una definición más moderna incluye la presencia de proteínas refringentes al microscopio de luz polarizada posterior a la tinción con rojo congo y a la observación de las fibrillas de 70-100 nm en el microscopio electrónico. Esta sustancia puede depositarse localmente o en islotes que invaden parcial o totalmente el órgano o sistema, lo cual hace que la historia natural de la enfermedad sea progresiva.1
Puede dividirse en amiloidosis primaria (AL) o típica o secundaria (AA) o adquirida, según la clasificación propuesta por Reimman y Coworkers: en la primera no existe antecedente del padecimiento y se caracteriza por depósitos nodulares de los tejidos mesodermales; la secundaria se distingue por enfermedad crónica que involucra hígado, riñón, bazo, glándulas adrenales y formación de tumores amiloides genitourinarios o pulmonares, o bien, asociados a mieloma.1, 3
Objetivo
Describir un caso de amiloidosis hepática diagnosticada en forma incidental y revisión de la literatura médica.
Descripción del caso
Paciente femenina de 42 años, ama de casa, originaria de San Miguel de Allende, Guanajuato. Historia de tres meses de evolución con síntomas generales: astenia, adinamia, pérdida ponderal de 5 kg y dolor abdominal difuso. Es ingresada por urgencias el día 15 de octubre de 2006 por agudización del dolor abdominal localizado en el hipocondrio derecho de tipo cólico y transflictivo irradiado hacia la espalda, acompañado de náusea y vómito de contenido gástrico y biliar. La exploración física mostró ictericia, edema en pared y distensión abdominal y en zonas de declive, peristaltismo disminuido y signo de murphy positivo.
En el ultrasonido (US) se observa una vesícula dilatada con pared de 7 mm y doble halo, así como múltiples litos en el cuello vesicular; la vía biliar intrahepática se encuentra normal. Los exámenes de laboratorio muestran leucocitosis 28 mil, diferencial 78% de polimorfonucleares, bilirrubina total 10 mg, predominó la directa 8.3, fosfatasa alcalina 1654 ALT 88 AST 229, TP 72.8%. La paciente es programada a colecistectomía de urgencia con exploración de vías biliares, hallazgos de líquido libre en cavidad 1 500 ml, hepatomegalia de consistencia firme y aspecto granular fino y perlado, vesícula con múltiples litos en su interior. Se realiza colecistectomía simple, se omite exploración de vías biliares y se toma biopsia hepática en cuña.
La histología demuestra amiloidosis difusa en el parénquima hepático y vesícula con depósitos de amiloide en la lámina propia. No fue posible realizar inmunohistoquímica para clasificar el tipo de proteína. El caso se complementó con imagen de tomografía axial computada (TC), la cual muestra un parénquima hepático homogéneo y hepatomegalia de 24 cm. La ecografía doppler corrobora datos de hipertensión portal, y la medición del bazo es de 14 cm de longitud. Este estudio citopatológico de la ascitis detectó sólo células mesoteliales reactivas y las pruebas de función del hígado con alteración solamente en la excreción.
Discusión
La amiloidosis representa a un grupo de enfermedades cuya característica es el depósito de un material proteínico extracelular que puede ser local y aislado y sin repercusiones orgánicas, o bien, afectar uno o varios órganos y conducir a cambios funcionales y estructurales con consecuencias clínicas.4 Este último caso es el motivo de esta revisión por el caso clínico presentado.
La frecuencia es desconocida, algunos datos se han obtenido de hallazgos de autopsias, o bien, muchos casos no son reportados y sólo existen algunas asociaciones hereditarias y vinculadas a fiebre mediterránea. En estos casos la evidencia ha demostrado 26.5% en 470 pacientes.1 Existe mayor prevalencia en enfermedades reumáticas y en población europea.5 Alrededor de 75% padece una AL y sólo 5% manifiesta una AA que se presenta habitualmente después de los 40 años y predomina el género masculino. La incidencia global oscila entre aproximadamente ocho casos por un millón de habitantes por año.1
No se conoce con precisión la etiopatogenia de la amiloidosis, pero existe un desequilibrio entre la producción y la degradación de las proteínas de amiloide.5 La forma primaria (AL) es la más característica del mieloma múltiple y sus manifestaciones son sistémicas, lentas e irreversibles; se caracterizan por falla renal o cardiaca. La detección de la inmunoglobulina monoclonal en orina es distintiva.6 Tiene una secuencia N-terminal específica en la región variable en la inmunoglobulina.2, 3 Existe una población monoclonal de células plasmáticas que crean cadenas kappa y lambda, o bien, inmunoglobulinas que después son degradadas por los macrófagos y su componente sérico, a lo que se le denomina AL.4 En esta forma primaria predominan las cadenas lambda sobre las kappa en relación 2:1 y eso la diferencia del mieloma, en el cual el patrón es contrario.7
La forma secundaria (AA) tiene una secuencia N-terminal específica de una proteína no inmunoglobulina denominada proteína AA. Se presenta de forma crónica y habitualmente afecta a un órgano o sistema. Existen algunas otras formas asociadas a fiebre mediterránea familiar y polineuropatía, así como a algunos casos de amiloidosis asociada a diálisis por depósitos de Beta 2 microglobulina; habitualmente es una molécula de transtiretina (prealbúmina) que tiene una sola sustitución de aminoácido llamado amiloide transtiretina (ATTR).2, 3 En esta forma se encuentra una proteína derivada de la lipoproteína y colesterol de alta densidad que es producida por los macrófagos del hígado en respuesta a diversos elementos como la interleucina 1 y 6, así como al factor de necrosis tumoral alfa.4, 5
En algunas formas familiares existe una alteración en las cadenas de aminoácidos, los cuales conducen a una elevación de diferentes proteínas, que van a depositarse como amiloide y cuyo componente sérico depende de su proteína precursora.4 La clasificación es la propuesta en 1990 por el Nomenclatura Comitte of the International Society for Amyloidosis (NCISA). En ella los depósitos de amiloide se deben organizar utilizando la mayúscula A como primera letra de designación, seguida de la denominación de la proteína, y se puede clasificar bajo dos criterios:
a) Por distribución de los depósitos de amiloide en formas localizadas y sistémicas.
b) Por la proteína fibrilar constituyente específica de cada variedad.3
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