Miguel Angel Zato
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ESPAÑA
AFECTAN A ENTRE EL 2 Y EL 4 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN INFANTIL
La oculovideografía determina los estrabismos y ambliopías
El tratamiento del estrabismo se basa en una combinación de cirugía, toxina botulínica y corrección ocular con gafas, según se ha puesto de manifiesto en el LXXXV Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología, que se ha celebrado en Santander.Santiago Rego. Santander - Lunes, 28 de Septiembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
El director del Instituto de Ciencias Visuales (Incivi) del Hospital de La Zarzuela y catedrático de Oftalmología de la Universidad Autónoma de Madrid, Miguel Ángel Zato, ha subrayado la importancia de utilizar la oculovideografía como técnica para conocer las alteraciones en la movilidad ocular de los pacientes con estrabismo y/o ambliopía -ojo vago-, que afecta a entre un 2 y un 4 por ciento de la población infantil, y que es el problema más frecuente en los niños.
Zato ha participado en la jornada de clausura, en el Palacio de Exposiciones de Santander, del LXXXV Congreso de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) dentro de una mesa de subespecialidades, en la que se ha abordado el problema del estrabismo y la ambliopía, los distintos tratamientos y el estrabismo en los adultos.
El experto ha indicado que el tratamiento del estrabismo extremo que impide, entre otros problemas, la visión en relieve, se basa "en una combinación de cirugía, toxina botulínica y corrección ocular con gafas, mientras que, en cambio, el ojo vago se puede tratar con atropina, aunque la desviación del ojo debe ser siempre finalmente corregida con cirugía".
Sobre las nuevas técnicas, el catedrático madrileño ha observado que los mayores avances en este campo de la oftalmología se registrarán en el ámbito de la tecnología dirigida a la exploración y valoración objetiva del estrabismo y la ambliopía. "Es vital hacer un diagnóstico precoz del estrabismo, porque este cuadro puede ser la consecuencia de patologías más graves, como un tumor cerebral, aunque tanto los padres como los pediatras están muy concienciados con el problema, y en España los niños son tratados cuando aún tienen una corta edad".
Miguel Ángel Zato se ha referido, igualmente, al estrabismo en la población adulta, un problema que afecta a entre el 4 y el 8 por ciento de la población de entre 40 y 80 años y que, a diferencia de lo que sucede en los niños, en los adultos merma mucho la calidad de vida porque ocasiona visión doble. "El estrabismo en la población adulta se produce como consecuencia de parálisis oculares -denominadas estrabismos paralíticos- que, en general, se producen en el cuarto y sexto par, y su prevalencia aumenta con la edad. El tratamiento de este problema es quirúrgico, y salvo en casos muy complicados los resultados son muy buenos".
En el congreso también se ha celebrado una jornada de subespecialidad sobre la patología de la mácula ocular, en donde Jeroni Nadal, coordinador de retina de la Clínica Barraquer, de Barcelona, ha realizado una puesta al día de la maculopatía traccional miópica, un engrosamiento de la zona posterior de la mácula -que en el caso de los miopes es mayor-, y que provoca una disminución de la agudeza visual.
Nadal ha hecho un repaso a los últimos avances en el tratamiento de los problemas que se producen en la mácula como, por ejemplo, la DMAE en su forma seca y húmeda, o el engrosamiento de la zona posterior de la mácula -maculopatía traccional miópica-, que provoca la pérdida de visión central y se produce, principalmente, en pacientes con elevadas miopías (más de 6 dioptrías).
El oftalmólogo ha explicado que se trata de una enfermedad que, en la actualidad, se puede corregir. Según Nadal, la mejor técnica se basa en la introducción de elementos intraoculares para eliminar las membranas que generan la tracción de la retina, logrando así su relajación y mejorando la visión del paciente.
La maculopatía fraccional miópica resulta muy invalidante, ya que provoca pérdida de visión central, similar a la DMAE.
Distintas opciones
Álvaro Fernández-Vega, del Instituto Oftalmológico de Oviedo, ha destacado que, en el campo de la DMAE seca -un problema para el que hasta el momento no había solución y que es el cuadro más prevalente con un 85 por ciento de los casos-, están en estudio nuevos fármacos antioxidantes, tanto en forma de gotas como por vía oral, que permiten tratar de forma preventiva esta patología y frenar o ralentizar su evolución.
Fernández-Vega se ha referido también a la terapia de células encapsuladas para el tratamiento de la DMAE seca, lo que permite, por vía genética, inhibir los genes que provocan esta patología y que consiguen, igualmente, ralentizar la evolución de la enfermedad.
Esta terapia podría estar lista en cuatro o cinco años.
Respecto a la DMAE húmeda, ha recalcado los buenos resultados de los fármacos antiangiogénicos y de la microplasmina, un medicamento que ayuda en procedimientos quirúrgicos como la vitrectomía, y que llega incluso a evitar algunas cirugías.
El reto es ahora evitar las recaídas en DMAE húmeda, para lo que actualmente se está intentando realizar combinaciones de tratamientos.
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