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ESPAÑA
PARA REDUCIR IMPACTO DE LAS PATOLOGÍAS
Control de síntomas para hijos de pacientes en salud mental
La Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Virgen del Rocío, de Sevilla, ha puesto en marcha un programa para detectar en hijos de pacientes con trastorno mental grave la aparición de síntomas derivados de la convivencia con sus progenitores.Isabel Gallardo Ponce - Miércoles, 23 de Septiembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
Las alteraciones en el sueño, los estados depresivos, los cambios de conducta y los cuadros psicóticos son los trastornos más frecuentes que padecen los hijos de pacientes con enfermedad mental grave, según la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Hospitales Universitarios Virgen del Rocío.
Para controlar estos signos y ayudar a los menores y a sus progenitores a afrontar la situación han creado el programa Menores Convivientes desde la unidad, coordinada por Marta López Narbona. En los pacientes con trastorno mental grave se entremezclan también aspectos sociales y familiares en los que puede producirse un deterioro en todas las áreas.
"Al poner en marcha el programa y observar a los menores que conviven con los pacientes se identificaron tres grupos: los que reciben tratamiento en salud mental infantil (según el censo que se ha puesto en marcha en el programa, son un total de 45). Se trata de niños cuya patología es secundaria a la repercusión del trastorno de sus padres, y en los que el cuidado afectivo y físico no está garantizado. Pueden estar presenciando situaciones dolorosas de ingresos, de depresión grave, etc.
A consecuencia de ello, desarrollan síntomas. Afortunadamente, estamos hablando de una minoría, ya que muchas familias en las que se produce este problema viven con normalidad, garantizando el cuidado que necesitan los menores", explica López.El segundo grupo lo conforman niños en situación de riesgo. Éstos suelen estar vigilados por equipos sociales, de salud mental, y de tratamiento familiar, es decir, se les realiza un abordaje multidisciplinar por parte de los profesionales sanitarios, sociales y educativos, y se les aplican terapias individuales y familiares, y reciben el apoyo de enfermería y tratamiento farmacológico cuando se requiere.
"Es importantísimo no psiquiatrizar a estos menores, ya que no todos los niños con padres con trastorno mental grave necesitan apoyo psiquiátrico, sino sólo aquellos que tienen síntomas".Existe un tercer grupo, en el que la enfermedad de los padres no entraña ningún riesgo. "Hay que apoyar a los padres para que sigan desarrollando de forma positiva todos los cuidados. No sólo se trata de atenderles, sino también de llevar actividades preventivas".
Desde la unidad se comenzará un proyecto de colaboración con la Asociación de Allegados de Personas con Trastorno Mental Grave en Sevilla, con el objetivo de que los niños y los adolescentes rompan el estigma que acompaña a los pacientes, como un primer conocimiento de la patología que padecen sus progenitores
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