Los receptores GABA son sensibles a neuroesteroides

Ricardo Scott

Diariomedico.com
ESPAÑA
LA CONCENTRACIÓN DE ESTOS ELEMENTOS FLUCTÚA EN EL CEREBRO
Los receptores GABA son sensibles a neuroesteroides

Un estudio en el que ha participado Ricardo Scott, del Instituto de Neurociencias de Alicante, ha descubierto más datos sobre los receptores cerebrales GABA que sugieren que deberían considerarse en el estudio de fármacos derivados de los neuroesteroides.

Redacción - Martes, 23 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


Un trabajo que se publica en el último número de Nature Neuroscience se ha centrado en los receptores de GABA de los terminales sinápticos de las células granulares del hipocampo, y su modulación por neuroesteroides. Los axones de estas células se denominan fibras musgosas y forman sinapsis excitadoras con las células piramidales del área CA3. "Las sinapsis de las fibras musgosas-piramidales CA3 son muy interesantes, entre otras razones porque su capacidad de liberación de neurotransmisor es tan grande que un solo potencial de acción puede hacer disparar a la neurona postsináptica, algo que raramente ocurre en el cerebro y que puede tener consecuencias en una desregulación de este circuito", ha explicado Ricardo Scott, del Instituto de Neurociencias de la Universidad Miguel Hernández, de Alicante, y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y uno de los autores del estudio.

Pasos previos
El trabajo es continuación de otro que publicó el mismo grupo en 2003, en el que se sugería que los receptores de GABA-A de las fibras musgosas en rodajas de hipocampo se encontraban activados de forma tónica, es decir, continuamente. "Ahora hemos descubierto que los receptores de GABA-A de estas sinapsis contienen subunidades delta que les confieren sensibilidad a neuroesteroides. Además, aunque el GABA es considerado el neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso, hemos visto que la actividad tónica de los receptores GABA-A causa que la transmisión sináptica sea mayor y, más aún, su activación facilita la potenciación a largo plazo (LTP), que se relaciona con la memoria y el aprendizaje".

Es interesante pensar que mientras los receptores GABA-A de las dendritas y el soma reducen la excitabilidad de las células granulares, los receptores axonales localizados en las sinapsis de las mismas células incrementan la liberación de neurotransmisor.

La sinapsis fibra musgosa-piramidal CA3 se puede considerar como un detonador-discriminador porque, aunque es una sinapsis extremadamente potente, "las células granulares se encuentran inhibidas en su parte somatodendrítica, de modo que disparan raramente, pero cuando lo hacen se aseguran de ser escuchadas. Se puede hipotetizar que la función opuesta de los receptores de GABA-A somatodendríticos y presinápticos permite una función detonadora-discriminadora aún más pronunciada".

Variaciones
Las concentraciones de GABA y de neuroesteroides en el cerebro pueden oscilar dependiendo del estado comportamental, y en situaciones normales y patológicas. "El efecto establecido de los neuroesteroides (que en clínica se utilizan como sedantes, y se estudian como antiepilépticos) es, en principio, contrario al caso que nosotros describimos en el artículo. El trabajo, junto con otros, supone en cierta medida un desafío al concepto de inhibición tónica que ejercen los receptores de GABA presinápticos. La activación tónica mediada por receptores de GABA-A sensibles a neuroesteroides es un fenómeno que debería tenerse en cuenta en el estudio de los ensayos farmacológicos de los derivados de neuroesteroides.

En el estudio se han utilizado técnicas de electrofisiología y de imagen de calcio en rodajas de hipocampo de rata. Arnaud Ruiz, el principal autor del trabajo, ha pasado más de dos años poniendo a punto la técnica de registro en terminales sinápticos individuales, que ha sido fundamental. La imagen de calcio en los mismos botones individuales de axones intactos se ha llevado a cabo mediante microscopia de dos fotones, que permite la visualización de estructuras muy pequeñas localizadas a unas 100 micras de profundidad en la rodaja. Ambas técnicas tienen una probabilidad de éxito muy baja y se realizan en muy pocos laboratorios del mundo.