TECNOLOGÍA | Uso experimental
Implantes coronarios que desaparecen
- Los 'stent', o mallas cilíndricas, han sufrido varios cambios desde su desarrollo
- El último ha sido su material, de ser metálicos han pasado a ser reabsorbibles
Para solucionar las obstrucciones arteriales, los especialistas en cardiología a menudo recurren a los 'stents', dispositivos cilíndricos que tienen forma de tubo y que, colocados en el interior de los vasos sanguíneos, permiten una adecuada circulación de la sangre.
Habitualmente, estas mallas son metálicas, por lo que, una vez introducidas, permanecen en el organismo de los pacientes. Sin embargo, un nuevo tipo de dispositivo que 'desaparece' de las arterias tras haber cumplido su función va abriéndose camino en los quirófanos españoles.
Se trata de los 'stents' reabsorbibles, un producto que, realizado a partir de materiales biodegradables, se 'disuelve' en un plazo máximo de dos años sin dejar ningún residuo, tal y como explica Eulogio García, consultor de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Hasta la fecha, la colocación de estos 'stents' se ha realizado de forma experimental -apenas 150 pacientes en todo el mundo y unos 10 casos en España-, aunque, tal y como se avanzó en el X Curso Internacional de Terapia Endovascular y Miocárdica, celebrado estos días en Madrid, su uso en los hospitales de nuestro país irá en aumento y empezará a utilizarse habitualmente de forma clínica.
Su uso supone el tercer paso en la evolución de los 'stents'. Estas mallas nacieron en los 80 para mantener abiertas las arterias después de que se comprobara que, con el tratamiento convencional entonces -la angioplastia-, las reobstrucciones eran habituales.
La primera generación de estos dispositivos no conseguía cumplir con éxito su objetivo (el cuerpo reaccionaba ante el cuerpo extraño favoreciendo en muchos casos nuevos bloqueos arteriales), por lo que, en unos años se desarrollaron los 'stents' recubiertos de fármaco. Estos últimos evitan, en mayor medida, nuevas oclusiones, aunque también se relacionan con otros problemas, sobre todo si hay que volver a intervenir en la zona.
"Los nuevos 'stents' reabsorbibles se amoldan mejor a la estructura de las arterias coronarias y con su uso se evita tener una estructura metálica en los vasos. Además, se pueden realizar pruebas de imagen, como un TAC multicorte, para evaluar la zona tratada con mayor facilidad", señala García, quien cree que, aunque esto no sucederá en un futuro próximo, a medio o largo plazo "sí es previsible que estos dispositivos puedan llegar a sustituir" a los convencionales farmacoactivos.
De momento, su utilización no se recomienda en casos en los que las arterias estén muy calcificadas y en bifurcaciones importantes ya que, como explica García, su 'navegabilidad' por la arteria es "ligeramente inferior" a los existentes. Con todo, este especialista señala que estas limitaciones podrían superarse ya que los 'stents' bioabsorbibles están dando buenos resultados en este sentido en recientes investigaciones.
Habitualmente, estas mallas son metálicas, por lo que, una vez introducidas, permanecen en el organismo de los pacientes. Sin embargo, un nuevo tipo de dispositivo que 'desaparece' de las arterias tras haber cumplido su función va abriéndose camino en los quirófanos españoles.
Se trata de los 'stents' reabsorbibles, un producto que, realizado a partir de materiales biodegradables, se 'disuelve' en un plazo máximo de dos años sin dejar ningún residuo, tal y como explica Eulogio García, consultor de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Hasta la fecha, la colocación de estos 'stents' se ha realizado de forma experimental -apenas 150 pacientes en todo el mundo y unos 10 casos en España-, aunque, tal y como se avanzó en el X Curso Internacional de Terapia Endovascular y Miocárdica, celebrado estos días en Madrid, su uso en los hospitales de nuestro país irá en aumento y empezará a utilizarse habitualmente de forma clínica.
Tercera generación
Su uso supone el tercer paso en la evolución de los 'stents'. Estas mallas nacieron en los 80 para mantener abiertas las arterias después de que se comprobara que, con el tratamiento convencional entonces -la angioplastia-, las reobstrucciones eran habituales.
La primera generación de estos dispositivos no conseguía cumplir con éxito su objetivo (el cuerpo reaccionaba ante el cuerpo extraño favoreciendo en muchos casos nuevos bloqueos arteriales), por lo que, en unos años se desarrollaron los 'stents' recubiertos de fármaco. Estos últimos evitan, en mayor medida, nuevas oclusiones, aunque también se relacionan con otros problemas, sobre todo si hay que volver a intervenir en la zona.
"Los nuevos 'stents' reabsorbibles se amoldan mejor a la estructura de las arterias coronarias y con su uso se evita tener una estructura metálica en los vasos. Además, se pueden realizar pruebas de imagen, como un TAC multicorte, para evaluar la zona tratada con mayor facilidad", señala García, quien cree que, aunque esto no sucederá en un futuro próximo, a medio o largo plazo "sí es previsible que estos dispositivos puedan llegar a sustituir" a los convencionales farmacoactivos.
De momento, su utilización no se recomienda en casos en los que las arterias estén muy calcificadas y en bifurcaciones importantes ya que, como explica García, su 'navegabilidad' por la arteria es "ligeramente inferior" a los existentes. Con todo, este especialista señala que estas limitaciones podrían superarse ya que los 'stents' bioabsorbibles están dando buenos resultados en este sentido en recientes investigaciones.
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