El
frío seco eleva los niveles de contaminación del aire
Las
crisis de asma infantil se agravan debido a la contaminación del
tráfico
·
Los
pediatras alergólogos recomiendan evitar en la medida de lo posible el tránsito
por las calles con excesivo tráfico
Madrid,
25 de noviembre de 2013. La
Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergia y Asma Pediátrica (SEICAP)
alerta de las consecuencias de la contaminación en los niños asmáticos (uno de
cada diez) en esta época del año. Los altos niveles de partículas diésel en las
ciudades, unido a la mayor concentración de ácaros y humos en las casas, al
ventilarse menos, provocan una reacción en los bronquios ya inflamados por el
asma y pueden originar una crisis que requiera hospitalización.
El frío seco favorece un aumento de los niveles de contaminación. Un
estudio realizado en Barcelona y publicado en octubre en la revista Environmental Pollution ha permitido comprobar como
“los niveles de partículas tóxicas son más altos en los meses finales del otoño,
siendo las peores las procedentes de vehículos y la combustión”. Los distintos
componentes del gasoil, “así como las partículas de dióxido de azufre o dióxido
de carbono presentes en el aire, agravan la sintomatología de los niños
asmáticos o con alergias respiratorias al actuar como irritantes de las vías
aéreas”, explica el doctor Javier Torres,
coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP.
Otra investigación reciente realizada en diez ciudades europeas y
publicada en The European Respiratory Journal concluyó que “los
niños que viven a menos de 75 metros de una vía pública con mucho tráfico tienen
un 14% más de probabilidades de desarrollar asma”. En el caso concreto de
Barcelona los autores estiman que uno de cada siete niños puede llegar a
padecerla, cifra que se incrementa a uno de cada cuatro en zonas de alta
contaminación.
Los asmáticos tienen los bronquios inflamados y estrechados “lo que
dificulta ya de por sí su respiración. Agentes externos como la contaminación o
el aire frío hacen que reaccionen de manera exagerada, lo que llamamos
hiperreactividad o hiperrespuesta en la que los síntomas propios de su
enfermedad, como la tos, las sibilancias (pitos)o sensación de ahogo, se agravan
y pueden dar lugar a una crisis fuerte”, comenta el doctor Torres. Los niños con
rinitis alérgica al tener obstrucción nasal y respirar por la boca no filtran el
aire y también pueden empeorar ante este tipo de irritantes. El 9% de los
menores de 5 años y entre el 20 y el 30% de los que tienen de 13 a 15 años
padecen esta alergia respiratoria, según datos de la
SEICAP.
En caso de sufrir una crisis asmática se deberá aplicar el tratamiento de
rescate indicado por el pediatra alergólogo. “Los medicamentos broncodilatadores
relajan los músculos bronquiales contraídos y hacen que los bronquios se
ensanchen para que pase mejor el aire en caso de sintomatología aguda”, apunta.
La población infantil asmática también necesita un tratamiento preventivo, de
uso diario, para disminuir la inflamación crónica de los bronquios y hacer que
no sean tan reactivos.
Otros agentes contaminantes
La contaminación interior también puede agravar “los síntomas del asma o
de alergias respiratorias por la acumulación de ácaros de polvo. En épocas de
bajas temperaturas están más concentrados en las casas, porque tenemos la
calefacción alta y ventilamos menos”, expone el doctor Torres. Así mismo,
influye la humedad relativa ya que los ácaros proliferan con temperaturas
próximas a los 21 grados y una humedad del 60%. Sin embargo, advierte, tampoco
los ambientes secos son buenos para estos niños, ya que la sequedad de las vías
aéreas es perjudicial.
La inhalación de vapores procedentes de calderas de gasoil o del humo del
tabaco, “más concentrado en esta época al mantener las casas más tiempo cerradas
son bastante dañinos para los asmáticos”, indica este pediatra alergólogo. El
simple olor de esta sustancia puede irritar las vías aéreas y estimular una
reacción, “a pesar de que no se fume delante de ellos”, afirma.
El otoño es “sin duda la peor época para estos niños ya que es una época
que además coincide con cambios de temperatura y más humedad lo que eleva el
riesgo de infecciones que también repercuten de manera más agresiva en ellos”,
concluye.
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