Unidades de Cardio-Oncología, necesarias para paliar el efecto cardiotóxico del tratamiento contra el cáncer
Barcelona (21-23/06/2014) - Redacción
Expertos presentes en la XI Reunión Anual de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC reclaman la creación de estas unidades, muy poco frecuentes en los hospitales españoles, y el desarrollo de guías de práctica clínica que ayuden a realizar pronósticos y a determinar el tratamiento de los pacientes con cáncer y afectaciones cardiovasculares
En el marco de la XI Reunión de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), celebrada en Barcelona, se ha expuesto la necesidad de crear unidades de Cardio-Oncología para reducir los efectos cardiovasculares adversos que conllevan la gran mayoría de tratamientos contra el cáncer. Los expertos proponen la creación de unidades multidisciplinares, que integren el servicio de Cardiología, Oncología, Geriatría y Enfermería, para que puedan, de forma conjunta, realizar un pronóstico adecuado y determinar qué tratamiento conviene más al paciente.
Del mismo modo, los expertos reclaman guías de práctica clínica que ayuden a la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular en el paciente de cáncer ya que la coexistencia de ambas enfermedades se asocia a una mayor mortalidad de los pacientes. Si se consideran en conjunto, los fallecimientos provocados por la enfermedad cardiovascular y los causados por patologías oncológicas, representan cerca del 60 por ciento de las muertes provocadas en España y más del 70 por ciento de las causas de muerte del mundo desarrollado. Además, cabe destacar que un 77 por ciento de los pacientes oncológicos requiere de una evaluación cardiovascular porque cada vez son más importantes y frecuentes las lesiones que causan los quimioterápicos sobre el músculo cardíaco.
Así, la creación de estas unidades junto a protocolos clínicos para el tratamiento de estos pacientes puede ayudar a mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los enfermos. Por el contrario, el abordaje de estas patologías por separado provoca mayores efectos adversos, complicaciones en el tratamiento, costes más elevados y peores resultados.
El Dr. Nicolás Manito, presidente de la Sección de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de la SEC, explica que, "en los últimos años se han desarrollado fármacos contra el cáncer cada vez más potentes pero la gran mayoría de ellos son cardiotóxicos. Una vez se detecta que el fármaco está afectando de manera considerable al corazón, la única solución es suspender o reducir la dosis de estos medicamentos. Un hecho que supone un grave problema para el paciente y para el oncólogo", y añade que, "retirar el tratamiento conlleva el riesgo de que el cáncer vuelva a aparecer y seguir con el fármaco implica la posibilidad de desarrollar una insuficiencia cardíaca muy severa que pueda hacer que el enfermo muera por causas cardiovasculares. Por todo ello es necesario abordar el tratamiento de estos pacientes desde distintos puntos de vista".
Principalmente los pacientes que sufren ambas patologías son personas que padecen cáncer y que a causa de la edad (la mayoría están por encima de los 60 años) pueden sufrir cierto deterioro en su corazón. El agravante de esta situación es que, a causa del cáncer, no son pacientes candidatos a trasplantes de corazón y eso implica que únicamente exista el tratamiento médico para paliar las lesiones cardiovasculares.
Los efectos adversos cardiovasculares derivados del tratamiento oncológico son frecuentes y pueden exacerbar enfermedades cardiovasculares subyacentes como las miocardiopatías dilatadas idiopáticas, miocardiopatías isquémicas o patologías valvulares que cursan con insuficiencia cardiaca. Es por ello que los especialistas hacen hincapié en la importancia de la detección precoz y la evaluación de los pacientes previa al tratamiento oncológico que determine, mediante ecocardiografías, el deterioro y el estado del corazón del paciente.
El Dr. Manito concluye que, "la cardiotoxicitdad depende de cada fármaco y de cada persona. No todos los fármacos actúan igual y tampoco todos los pacientes responden del mismo modo ante un tratamiento. Por ello, es necesario buscar estrategias de administración y de combinación de distintos fármacos de forma conjunta entre cardiólogos y oncólogos. Es necesario tener en cuenta si el fármaco que se administrará puede provocar o ha provocado cardiotoxicidad y, además, se deben realizar ecocardiogramas rutinarios para detectar la situación del paciente antes de empezar el tratamiento así como revisarlo periódicamente, cada tres o cada seis meses, durante y después de recibir tratamiento. Es decir, los pacientes necesitan realizar un seguimiento y un control a nivel cardiológico, algo que hasta la fecha no se hacía".
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