Transmisión
Debido a que no se ha podido identificar cuál es el hospedador reservorio del virus del Ébola, no se sabe la manera en que el virus aparece por primera vez en un ser humano al comienzo de un brote. Sin embargo, los científicos creen que el primer paciente se infecta a través del contacto con un animal infectado, como murciélagos frugívoros o primates (simios y monos), lo que se denomina un evento de derrame. Luego se produce la transmisión de persona a persona y esto puede afectar a un gran número de individuos. En algunos brotes anteriores del virus del Ébola, los primates también fueron afectados por el virus y se presentaron múltiples eventos de derrame cuando las personas tocaban o comían primates infectados.
Cuando se presenta la infección en las personas, el virus se puede propagar a los demás a través del contacto directo (a través de la piel abierta o las membranas mucosas, por ejemplo, los ojos, la nariz o la boca) con
- La sangre o los líquidos corporales (incluida la orina, la saliva, las heces, el vómito y el semen) de una persona con la enfermedad del Ébola
- Objetos (como agujas y jeringas) que han sido contaminados con el virus
- murciélagos frugívoros o primates (simios y monos) infectados
El virus del Ébola no se propaga por el aire o el agua ni, en general, a través de los alimentos. Sin embargo, en África, el virus del Ébola se puede propagar al manipular carne de animales salvajes (que han sido cazados para la alimentación) y por el contacto con murciélagos infectados. No hay evidencias de que los mosquitos u otros insectos puedan transmitir el virus de la enfermedad del Ébola. Solo algunas especies de mamíferos (por ejemplo, humanos, murciélagos, monos y simios) han demostrado la capacidad de ser infectados con el virus del Ébola y contagiarlo.
Los trabajadores de la salud que atienden a pacientes con la enfermedad del Ébola y los familiares y amigos de pacientes con la enfermedad del Ébola que tengan contacto directo con ellos tienen mayor riesgo de enfermarse, ya que pueden entrar en contacto con la sangre o los líquidos corporales.
Durante los brotes, la enfermedad del Ébola puede propagarse rápidamente en entornos de atención médica (como clínicas y hospitales) La exposición al virus del Ébola puede ocurrir en entornos de atención médica si el personal del hospital no usa el equipo de protección personal adecuado.
El personal que atiende a pacientes debe usar equipo médico para uso exclusivo de atención a pacientes (preferentemente desechable). También es importante limpiar y desechar en forma apropiada los elementos como agujas y jeringas. Si los instrumentos no son desechables, deben ser esterilizados antes de usarlos de nuevo. Si los elementos no se esterilizan en forma adecuada, puede continuar la transmisión del virus y con esto aumentar la magnitud del brote.
Una vez que las personas se recuperan de la enfermedad del Ébola, ya no pueden propagar el virus a otros en su comunidad. Si bien se ha detectado la presencia del virus del Ébola en el semen de pacientes luego de la recuperación, no se sabe si el virus se puede diseminar a través del acto sexual (incluido el sexo oral). Como medida precautoria, se recomienda a los hombres que se han recuperado de la enfermedad del Ébola que se abstengan de mantener relaciones sexuales (incluido el sexo oral) durante tres meses. Si no es posible la abstinencia, los condones pueden ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad.
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