Traducido del inglés: martes, 21 de julio, 2015
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
LUNES, 20 de julio de 2015 (HealthDay News) -- La pobreza parece afectar al desarrollo del cerebro de los niños, dificultando el crecimiento de la materia gris y poniendo trabas a su rendimiento académico, informan unos investigadores.
Los niños pobres tienden a tener hasta un 10 por ciento menos de materia gris en varias áreas del cerebro asociadas con las habilidades académicas, según un estudio publicado el 20 de julio en la revista JAMA Pediatrics.
"Pensábamos que la pobreza era un problema 'social', pero lo que estamos viendo ahora es que se trata de un problema biomédico que afecta al crecimiento del cerebro", advirtió el autor principal del estudio, Seth Pollak, profesor de psicología, pediatría, antropología y neurociencias de la Universidad de Wisconsin en Madison.
Los resultados podrían tener implicaciones profundas para Estados Unidos, donde los estudiantes de bajos ingresos representan ahora a la mayoría de niños en las escuelas públicas, apuntaron los autores del estudio en la información de respaldo. El 51 por ciento de los estudiantes de las escuelas públicas provenían de familias de bajos ingresos en 2013.
Estudios anteriores han mostrado que los niños que viven en la pobreza tienden a rendir menos en la escuela, dijeron los autores. Tienen puntuaciones marcadamente más bajas en las pruebas, y no alcanzan un nivel educativo tan alto como sus pares más ricos.
Para ver si esto se debía a algún efecto físico que la pobreza pudiera tener sobre el cerebro de un niño, Pollak y sus colaboradores analizaron IRM de 389 niños que se desarrollaban con normalidad, de 4 a 22 años de edad, y evaluaron la cantidad de materia gris en todo el cerebro, además del lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el hipocampo.
"La materia gris contiene la mayoría de neuronas del cerebro", comentó Pollak, "En otras palabras, otras partes del cerebro (como la materia blanca) portan información de una sección del cerebro a otra. Pero la materia gris es donde se producen la vista y el oído, la memoria, las emociones, el habla, la toma de decisiones y el autocontrol".
Los niños que vivían por debajo de un 150 por ciento del nivel federal de pobreza (36,375 dólares para una familia de cuatro) tenían entre un 3 y un 4 por ciento menos materia gris en partes importantes del cerebro, en comparación con la norma, hallaron los autores.
A los que estaban en familias que vivían por debajo del nivel federal de pobreza les iba incluso peor, con un 8 a un 10 por ciento menos materia gris en esas mismas regiones del cerebro. El nivel federal de pobreza de 2015 es de 24,250 dólares para una familia de cuatro.
Esos mismos niños puntuaron, en promedio, de cuatro a siete puntos menos en las pruebas estandarizadas, dijeron los investigadores.
El equipo calculó que hasta un 20 por ciento de la diferencia en las puntuaciones de las pruebas se podía explicar por la reducción en el desarrollo cerebral.
Es probable que varios problemas relacionados con la pobreza contribuyan a los retrasos en el desarrollo de los cerebros de los niños, dijo Pollak.
Los niños con ingresos bajos son menos propensos a recibir el tipo de estimulación de sus padres y del ambiente que ayuda al cerebro a crecer, dijo. Por ejemplo, escuchan menos palabras nuevas, y tienen menos oportunidades de leer o jugar juegos.
Su desarrollo cerebral también puede verse afectado por factores relacionados con la pobreza, como unos niveles altos de estrés, dormir mal, el hacinamiento y una nutrición mala, advirtió Pollak.
Este estudio sirve como una llamada a la atención, dado lo que ya se sabe sobre los efectos de la pobreza para el desarrollo de los niños, comentó la Dra. Joan Luby, profesora de psiquiatría infantil de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.
"Lo realmente importante de este estudio en el contexto de la literatura más amplia es que realmente hay suficientes evidencias científicas como para tomar medidas de salud pública en este momento", dijo Luby, autora de un editorial que acompaña al estudio.
"La pobreza afecta negativamente el desarrollo del cerebro, y también sabemos que las intervenciones tempranas tienen una potente efectividad", enfatizó Luby. "Son más efectivas que las intervenciones más adelante en la vida, y también son rentables".
Los programas comunitarios, de los grupos caritativos y gubernamentales pueden ayudar a aumentar la estabilidad de esos hogares, dijeron Pollak y Luby. Todos los niños deben tener una vivienda y una cama regulares, una buena nutrición, programas educativos y actividades sociales estimulantes, y padres que estén menos estresados y puedan pasar más tiempo con ellos.
"Es como cultivar un jardín", dijo Luby. "Si se sembraron semillas pero no se regaron con agua ni fertilizante, el jardín no irá bien. Los niños son iguales".
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Seth Pollak, Ph.D., professor, psychology, pediatrics, anthropology and neuroscience, University of Wisconsin-Madison; Joan Luby, M.D., professor, child psychiatry, and director, Early Emotional Development Program, Washington University School of Medicine, St. Louis; July 20, 2013, JAMA Pediatrics
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