Traducido del inglés: miércoles, 9 de diciembre, 2015
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
MARTES, 8 de diciembre de 2015 (HealthDay News) -- Alrededor de la mitad de la actividad física de los adolescentes jóvenes ocurre en la escuela, pero conforma apenas una fracción del tiempo que pasan allí, según un estudio reciente.
"Sabíamos que las escuelas eran una importante fuente de actividad física para los niños. Pero nos sorprendió que los niños pasaran apenas un 4.8 por ciento de su tiempo en la escuela siendo físicamente activos, la más baja de todas las ubicaciones", apuntó el autor líder del estudio, Jordan Carlson, director de investigación de salud con la participación de la comunidad del Hospital Pediátrico Mercy, en Kansas City.
Además de ayudar a prevenir la obesidad y las enfermedades crónicas, la actividad física tiene beneficios para la salud ósea, el desarrollo cerebral, el logro académico, la conducta orientada a las tareas y la salud mental, añadió Carlson.
"Los niños tienen el instinto natural de moverse, y las escuelas pueden respaldarlo al ofrecer oportunidades para que los estudiantes sean activos, por ejemplo al incorporar la actividad física en el aula", añadió.
El estudio también encontró que caminar a la escuela añadía de 15 a 20 minutos adicionales de actividad física total a los días de los niños. Pero la proporción de niños que caminaban a la escuela se redujo de un 40 por ciento hace unas décadas a un 15 por ciento hoy en día, señaló Carlson.
Construir las escuelas más cerca de los hogares de los estudiantes, mejorar la seguridad peatonal y utilizar puntos de recogida cuando la distancia a la escuela es demasiado grande "podría tener unos impactos significativos para su actividad física y salud en general", aseguró Carlson.
Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 8 de diciembre de la revista Pediatrics.
Los investigadores midieron qué tanta actividad física entre moderada y vigorosa realizaban a diario casi 550 adolescentes al suministrarles un rastreador GPS y un acelerómetro durante un promedio de siete días.
Los adolescentes que conformaban el grupo tenían entre 12 y 16 años de edad y eran diversos en términos del sexo, la etnia, los ingresos familiares y el tipo de vecindario (que facilitaba el caminar o no). Vivían en las áreas metropolitanas de Seattle o de Baltimore-Washington, D.C.
Los adolescentes pasaban alrededor de un 42 por ciento de su tiempo de vigilia en la escuela, y poco más de una cuarta parte de su tiempo en casa. También pasaban alrededor del 13 por ciento de su tiempo en sus vecindarios, y el 14 por ciento de su tiempo en otros lugares.
En general, el estudio encontró que pasaban en promedio 39 minutos al día en actividad física de moderada a vigorosa, significativamente menos que los 60 minutos recomendados para un desarrollo saludable y para la prevención de la obesidad.
En los días de escuela, poco más de la mitad de esa actividad ocurría en la escuela, encontró el estudio.
Cuando se realizó un promedio de toda la semana, incluyendo los fines de semana, los adolescentes hacían alrededor del 42 por ciento de su actividad física en la escuela. Hacían más o menos el 10 por ciento de su total de actividad física cada semana en el vecindario o cerca de la escuela, encontró el estudio.
A pesar de los menguantes presupuestos, es importante que las escuelas no descuiden el valor de la educación física, señaló la Dra. Jennifer Beck, directora asociada de medicina deportiva del Instituto Ortopédico de los Niños, en Los Ángeles.
Esto es particularmente así en un momento en que la obesidad infantil ha aumentado, junto con incrementos en la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto y la mala nutrición entre los niños de EE. UU., añadió.
"La implicación más importante de este estudio es que, como sociedad (lo que incluye a padres, educadores, proveedores sanitarios y autoridades gubernamentales) debemos hacer más por fomentar un estilo de vida saludable y activo entre nuestros adolescentes en riesgo", comentó Beck. Pero advirtió que este es un tema complejo y que los lectores "deben tener cuidado al sacar conclusiones específicas y concretas de los datos".
Aun así, los estudios han mostrado que los niños aprenden mejor cuando tienen tiempo para la actividad física, "incluso cuando esto supone una reducción en el tiempo de estudio de las asignaturas académicas", dijo Beck.
Los hallazgos actuales también revelan lo mucho que han cambiado las vidas de los adolescentes respecto a hace unas décadas, antes de que las computadoras y los dispositivos de multimedia fueran comunes en los hogares, comentó la Dra. Danelle Fisher. Fisher es vicepresidenta de pediatría del Centro de Salud Providence Saint John's en Santa Mónica, California.
"Los niños montaban bicicleta y caminaban a la escuela o a casa de sus amigos", dijo Fisher. "Hoy en día los padres y los niños tienen actividades más estructuradas, que incluyen muchas actividades extracurriculares programadas, y los adolescentes pasan menos tiempo libre por casa".
Para que los niños hagan suficiente actividad física, debe haber cambios en casa y en la escuela, aseguró Carlson. Las escuelas necesitan maestros de educación física bien entrenados, recesos para los niños más pequeños, actividad física en el aula y juegos antes y después de clases, planteó. Los padres también pueden limitar el tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas y proponer a nivel local que los vecindarios sean más cómodos para los peatones, añadió.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Jordan A. Carlson, Ph.D., M.A., research assistant professor, University of Missouri-Kansas City, director of community-engaged health research, Children's Mercy Hospital, Kansas City; Jennifer J. Beck, M.D., associate director, Center for Sports Medicine, Orthopaedic Institute for Children, Los Angeles; Danelle Fisher, M.D., vice chair, pediatrics, Providence Saint John's Health Center, Santa Monica, Calif.; January 2016, Pediatrics
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