LUNES, 21 de diciembre de 2015 (HealthDay News) -- A medida que la Liga Nacional de Fútbol Americano (National Football League, NFL) sigue batallando con los riesgos de salud que plantean las conmociones cerebrales, una nueva encuesta de HealthDay/Harris Pollencuentra que una gran mayoría de estadounidenses afirman que los equipos de fútbol americano deben hacer más por proteger a los jugadores de las lesiones en la cabeza.
La encuesta revela que ahora el público está muy consciente de los problemas de salud, que con frecuencia son debilitantes y a veces letales, a los que se enfrentan muchos jugadores profesionales jubilados, una controversia que es el núcleo de la nueva película de Will Smith, Concussion, que se estrena el día de Navidad.
"Sin duda ha aumentado la preocupación por los jugadores a todos los niveles", dijo el Dr. Sharief Taraman, neurólogo pediátrico del Hospital Pediátrico del Condado de Orange, en California. "Aunque comenzó con los jugadores de la NFL que sufrían estos trágicos resultados, ha llegado incluso al nivel pediátrico".
Los hallazgos de la encuesta también sugieren que cuanto más sabe una persona sobre la crisis de las conmociones, más probable es que desee que se tomen medidas para proteger a los jugadores, añadió Taraman.
Según la encuesta, tanto el público general como en particular los fanáticos del fútbol americano profesional, afirman que los equipos de fútbol americano (de las ligas profesionales y de las ligas juveniles) deben:
- Obligar a los jugadores que sufran una lesión en la cabeza a pasar un tiempo determinado sin jugar para recuperarse (un 83 por ciento del público, incluyendo un 88 por ciento de los fanáticos del fútbol americano y un 76 por ciento de los no fanáticos).
- Usar una prueba estandarizada para determinar sí y cuándo los jugadores lesionados pueden volver al campo (un 82 por ciento del público general, incluyendo un 88 por ciento de los fanáticos del fútbol americano y un 74 por ciento de los no fanáticos).
Los estadounidenses también creen que los derribos agresivos que pueden provocar lesiones de cabeza se deben restringir en el fútbol americano juvenil (un 79 por ciento del público general, incluyendo un 84 por ciento de los fanáticos del fútbol americano y un 72 por ciento de los no fanáticos).
Una mayoría más reducida también respalda limitar los derribos agresivos en el fútbol americano profesional: alrededor de tres de cada cinco personas, en general.
La NFL instituyó normas en 2010 diseñadas para limitar las lesiones en la cabeza, pero el púbico se muestra en general bastante escéptico sobre si esas normas funcionan, halló la encuesta.
Apenas el 44 por ciento opinan que las nuevas normas han sido efectivas. Pero los fanáticos del fútbol americano son más propensos que los no fanáticos a decir que las nuevas normas funcionan: un 57 frente a un 26 por ciento.
Las personas podrían sentirse escépticas porque hay incentivos a todos los niveles de la NFL (jugadores, entrenadores y propietarios de equipos) para no hacer cumplir esas normas de forma estricta, sugirió el Dr. Stephen Rice, director del Centro Médico Deportivo de Jersey Shore del Centro Médico de la Universidad de Jersey Shore en Neptune, Nueva Jersey.
Los jugadores desean permanecer en el campo para conservar sus trabajos, los entrenadores necesitan mantener a los jugadores fuertes en el campo para ganar más partidos y proteger sus trabajos, y los propietarios quieren que sus equipos ganen para ganar dinero, apuntó Rice.
"Muchas personas consideran que no se está haciendo un buen cumplimiento", dijo Rice. "Se supone que todos los entrenadores deben haberse enterado de esta información, y se supone que los entrenadores deportivos y los médicos la conocen y la practican. Debería obligarse su cumplimiento, pero podemos y debemos hacer un mejor trabajo".
En una declaración, la Liga Nacional de Fútbol Americano dijo que "la NFL ha realizado numerosos cambios en el juego para fomentar la salud y la seguridad de los jugadores en todos los niveles de fútbol americano. Éstos incluyen casi 40 cambios normativos en la última década, unos estrictos protocolos de conmoción cerebral, y un mejor entrenamiento y atención médica en la línea de banda. Estamos viendo resultados mensurables, lo que incluye una reducción del 34 por ciento en las conmociones en los partidos de la NFL desde la temporada de 2012.
"Además, estamos financiando investigaciones científicas y médicas independientes, así como el desarrollo de un mejor equipamiento protector para fomentar incluso más el progreso. El juego sigue cambiando, y la seguridad de nuestros jugadores sigue siendo nuestra principal prioridad", señaló la declaración.
Los cerebros de algunos ex jugadores muestran señales parecidas al Alzheimer
El origen de la controversia sobre las conmociones en el fútbol americano se remonta al menos a 2002.
Ese es el año en que un patólogo forense de Pittsburgh, el Dr. Bennet Omalu, tomó la repentina decisión de hacer una autopsia del cerebro de "Iron Mike" Webster, el centro estrella de los Pittsburgh Steelers, que murió a los 50 años de edad después de que la demencia lo dejara en la quiebra e intermitentemente sin techo.
Omalu descubrió que el cerebro de Webster estaba plagado de grandes acumulaciones de proteína tau, que por lo general se considera una característica de la enfermedad de Alzheimer. Omalu (el papel de Will Smith en la nueva película) publicó sus hallazgos en la revista Neurosurgery en 2005.
La investigación de Omalu sirvió como el desencadenante de la crisis de conmociones cerebrales en el fútbol americano. Desde su descubrimiento inicial con Webster, una avalancha de tragedias personales e investigación ha vinculado más al fútbol americano a muchos niveles (no solo a nivel profesional) con las conmociones y un potencial daño cerebral.
Quizá el ejemplo más chocante de todos es el del apoyador All-Pro Steve Baul "Junior" Seau, que se suicidó en 2012 a los 43 años de edad, disparándose en el pecho para conservar su cerebro para la investigación, que posteriormente mostró que había sufrido el mismo tipo de daño que Webster.
A principios de año, el destacado apoyador novato de la NFL Chris Borland renunció a este deporte tras sufrir dos conmociones diagnosticadas, citando específicamente su miedo a las lesiones cerebrales como el motivo para acabar con una promisoria carrera.
Un mes más tarde, un juez de una corte de distrito federal dio la aprobación final a una demanda presentada contra la NFL por más de 5,000 ex jugadores, algunos de los cuales acusaron a la liga de restar importancia a los peligros de las conmociones cerebrales repetidas. El acuerdo provee pagos de hasta 5 millones de dólares por jugador para los que sufren de trastornos neurológicos graves.
También este año, la leyenda de la NFL y miembro del Salón de la Fama, Mike Ditka, dijo que no querría que su hijo jugara al fútbol americano.
"No lo querría. Y toda mi vida fue el fútbol americano", señaló Ditka en el programa de HBO Real Sports with Bryant Gumbel. "Creo que el riesgo es más grande que la recompensa. De verdad lo creo".
Pero la encuesta de HealthDay/Harris Poll también encontró que los estadounidenses creen que los jugadores de fútbol americano saben cuál es la situación con respecto al riesgo de conmociones y lesiones cerebrales, y que participan bajo riesgo propio. Alrededor del 83 por ciento del público (y 9 de cada 10 fanáticos del fútbol americano) se muestran de acuerdo en que los riesgos de jugar al fútbol son bien conocidos, y que los jugadores han aceptado dichos riesgos.
Cuando se preguntó a los participantes de la encuesta quién debería ser el responsable, al menos en parte, por el bienestar de los jugadores de fútbol americano en el campo:
- El 81 por ciento señalaron a los jugadores mismos.
- El 71 por ciento apuntaron a los entrenadores.
- El 62 por ciento dijeron que los propietarios de los equipos.
- El 56 por ciento citaron al organismo regidor del deporte.
- El 43 por ciento dijeron que las escuelas y universidades.
"A pesar de la obvia preocupación pública sobre estos tipos de lesiones, también hay un sentimiento prevalente de que los jugadores saben en qué se meten y que son responsables de su propio bienestar, más allá que cualquier otra parte implicada", comentó Larry Shannon-Missal, editor administrativo de The Harris Poll.
Una inmensa mayoría de los estadounidenses consideran que se deben cambiar los cascos para proteger a los jugadores de las conmociones, lo que incluye a un 86 por ciento del público general y a un 92 por ciento de los fanáticos del fútbol americano.
Pero esa opinión se basa en una idea errónea, aseguró Rice.
"Los cascos nunca jamás han podido prevenir una conmoción", señaló. "Son fabulosos para prevenir fracturas de cráneo y laceraciones del cuero cabelludo, pero no hacen nada que alguien haya podido medir exitosamente alguna vez para prevenir las conmociones".
La encuesta HealthDay/Harris Poll se llevó a cabo en línea en Estados Unidos entre el 23 y el 25 de noviembre de 2015, y contó con 2,096 personas de a partir de 18 años de edad. Las cifras para la edad, el sexo, la raza/etnia, la educación, la región y el ingreso familiar se sopesaron cuando resultó necesario, para alinearlos con las proporciones reales en la población. También se usó una ponderación para tener en cuenta las probabilidades de que los encuestados estuvieran en línea.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Sharief Taraman, M.D., pediatric neurologist, Children's Hospital of Orange County, Calif.; Stephen Rice, M.D., director, Jersey Shore Sports Medicine Center, Jersey Shore University Medical Center, Neptune, N.J.; Larry Shannon-Missal, managing editor, The Harris Poll; Dec. 16, 2015, statement, National Football League
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