PUBLICADO EN 'REVISTA ESPAÑOLA DE CARDIOLOGÍA'
Las patologías cardíacas, principal causa de mortalidad durante el embarazo
JANO.es · 03 diciembre 2015 14:11
La mortalidad materna de las mujeres cardiópatas es de un 1,4%, cifra ligeramente superior a la descrita en el registro europeo ROPAC (1%), si bien en la serie española el porcentaje de pacientes con cardiopatías graves es más elevado.
El Registro Europeo ROPAC (Registry of Pregnancy and Cardiac Disease) establece que la primera causa de mortalidad durante el embarazo y el parto se debe a una patología cardiaca, ya sea congénita o adquirida. Si se analiza más al detalle, dos de cada cien embarazadas pueden presentar complicaciones cardiovasculares durante el periodo de gestación debido a la enfermedad del corazón que padecen.
Gracias a los avances registrados en los tratamientos, las mujeres con patología cardiaca congénita alcanzan en un 85-90% la edad adulta, por lo que en un futuro se prevé un aumento de gestantes cardiópatas. A esto hay que sumar el retraso cada vez mayor en la edad del embarazo, que implica gestantes con más comorbilidades y mayor riesgo de cardiopatía.
En esta línea, un estudio publicado en Revista Española de Cardiología (REC), ha seguido la gestación de 62 mujeres con una media de 30,5 años, principalmente con cardiopatías congénitas (69%), hipertensión arterial pulmonar (13%) y valvulopatías (10%) así como a sus recién nacidos. Las gestantes se clasificaron según una escala de riesgo de complicaciones maternas establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la cual se tuvieron en cuenta aspectos como la cardiopatía, la consulta preconcepcional, la clase funcional, la medicación anticoagulante según cardiopatía, la morbimortalidad durante la gestación, el tipo de parto y el puerperio. Los resultados demostraron que el 33% de las mujeres se clasificaron en la escala IV de la OMS, lo que supone un riesgo de mortalidad extremadamente alto y por lo tanto, el embarazado se contraindica.
“Los cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo son normales y en los casos convencionales no suponen un grave problema, pero en las mujeres que padecen una cardiopatía congénita, pueden aparecer mayores complicaciones. Nuestro estudio observó que la mortalidad materna fue de un 1,4%, una cifra ligeramente superior a la descrita en el registro europeo, un 1% . Si bien, en nuestra serie el porcentaje de pacientes del grupo IV es claramente mas elevado (el 33 frente al 4%)”, explica la Dra. Belén Díaz Antón, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cardióloga del Hospital 12 de Octubre de Madrid y primera firmante
Durante el embarazo, el corazón de la madre sufre cambios fisiológicos que inducen a que el sistema cardiovascular se tenga que adaptar a la nueva situación, y en la mayoría de casos lo hace sin problemas. Así, el gasto cardiaco puede aumentar hasta en un 50%, se incrementa un 30% el volumen sistólico, y la frecuencia cardiaca aumenta de 10 a 20 pulsaciones por minuto. Además, se reduce la tensión arterial, tanto la sistólica (durante las contracciones del corazón) como la diastólica (con el corazón en relajación). Durante el parto, el dolor y las contracciones del útero provocan un aumento de la presión arterial y del gasto cardiaco, y los valores normales no se restablecen hasta haber transcurrido entre ocho y doce semanas tras el parto.
La situación, además, se agrava cuando la mujer embarazada presenta factores de riesgo (tabaquismo, estrés, obesidad, hipertensión arterial y edad avanzada), ya que la posibilidad de sufrir una complicación se incrementa exponencialmente y también su gravedad
“El consejo preconcepcional en las mujeres con cardiopatías y en edad fértil es básico para evitar complicaciones en el embarazo. Lo principal es que las mujeres diagnosticadas de alguna cardiopatía sean valoradas antes de quedarse embarazadas e informadas de los riesgos que puede suponer un embarazo con una patología cardiovascular”, considera la Dra. Díaz, quien añade: “Es conveniente que durante el embarazo se vigile periódicamente la tensión arterial, se mantenga una dieta baja en sal, se deje de fumar y se lleve una vida lo más saludable posible, y en el caso del paciente cardiópata, también se deben seguir las indicaciones de un equipo médico multidisciplinar formado por cardiólogos y obstetras principalmente”.
Gracias a los avances registrados en los tratamientos, las mujeres con patología cardiaca congénita alcanzan en un 85-90% la edad adulta, por lo que en un futuro se prevé un aumento de gestantes cardiópatas. A esto hay que sumar el retraso cada vez mayor en la edad del embarazo, que implica gestantes con más comorbilidades y mayor riesgo de cardiopatía.
En esta línea, un estudio publicado en Revista Española de Cardiología (REC), ha seguido la gestación de 62 mujeres con una media de 30,5 años, principalmente con cardiopatías congénitas (69%), hipertensión arterial pulmonar (13%) y valvulopatías (10%) así como a sus recién nacidos. Las gestantes se clasificaron según una escala de riesgo de complicaciones maternas establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la cual se tuvieron en cuenta aspectos como la cardiopatía, la consulta preconcepcional, la clase funcional, la medicación anticoagulante según cardiopatía, la morbimortalidad durante la gestación, el tipo de parto y el puerperio. Los resultados demostraron que el 33% de las mujeres se clasificaron en la escala IV de la OMS, lo que supone un riesgo de mortalidad extremadamente alto y por lo tanto, el embarazado se contraindica.
“Los cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo son normales y en los casos convencionales no suponen un grave problema, pero en las mujeres que padecen una cardiopatía congénita, pueden aparecer mayores complicaciones. Nuestro estudio observó que la mortalidad materna fue de un 1,4%, una cifra ligeramente superior a la descrita en el registro europeo, un 1% . Si bien, en nuestra serie el porcentaje de pacientes del grupo IV es claramente mas elevado (el 33 frente al 4%)”, explica la Dra. Belén Díaz Antón, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cardióloga del Hospital 12 de Octubre de Madrid y primera firmante
Durante el embarazo, el corazón de la madre sufre cambios fisiológicos que inducen a que el sistema cardiovascular se tenga que adaptar a la nueva situación, y en la mayoría de casos lo hace sin problemas. Así, el gasto cardiaco puede aumentar hasta en un 50%, se incrementa un 30% el volumen sistólico, y la frecuencia cardiaca aumenta de 10 a 20 pulsaciones por minuto. Además, se reduce la tensión arterial, tanto la sistólica (durante las contracciones del corazón) como la diastólica (con el corazón en relajación). Durante el parto, el dolor y las contracciones del útero provocan un aumento de la presión arterial y del gasto cardiaco, y los valores normales no se restablecen hasta haber transcurrido entre ocho y doce semanas tras el parto.
La situación, además, se agrava cuando la mujer embarazada presenta factores de riesgo (tabaquismo, estrés, obesidad, hipertensión arterial y edad avanzada), ya que la posibilidad de sufrir una complicación se incrementa exponencialmente y también su gravedad
“El consejo preconcepcional en las mujeres con cardiopatías y en edad fértil es básico para evitar complicaciones en el embarazo. Lo principal es que las mujeres diagnosticadas de alguna cardiopatía sean valoradas antes de quedarse embarazadas e informadas de los riesgos que puede suponer un embarazo con una patología cardiovascular”, considera la Dra. Díaz, quien añade: “Es conveniente que durante el embarazo se vigile periódicamente la tensión arterial, se mantenga una dieta baja en sal, se deje de fumar y se lleve una vida lo más saludable posible, y en el caso del paciente cardiópata, también se deben seguir las indicaciones de un equipo médico multidisciplinar formado por cardiólogos y obstetras principalmente”.
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