sábado, 22 de octubre de 2016

La flora intestinal alterada puede elevar en 150 kcal la dieta diaria - DiarioMedico.com

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SE ACHACA A DISBIOSIS INTESTINAL

La flora intestinal alterada puede elevar en 150 kcal la dieta diaria

La pérdida de la biodiversidad intestinal se asocia cada vez más con obesidad, diabetes y otras patologías inmunológicas. Los expertos reunidos en el 58 Congreso Nacional de la SEEN, en Málaga, asocian esta disbiosis con un aumento de 150 calorías diarias en la dieta.
Readacción | dmredaccion@diariomedico.com   |  19/10/2016 13:26
 
 

Francisco José Tinahones, Manel Puig y Antonio Picó
Francisco José Tinahones, presidente del Comité local del Congreso de la SEEN; Manel Puig, presidente de la SEEN, y Antonio Picó, presidente del Comité del programa científico del Congreso SEEN. (DM)
En las últimas décadas se ha producido una disbiosis, es decir, una pérdida de la biodiversidad del intestino, ya que la flora intestinal cuenta con menos bacterias que hace unos años o estas, a su vez, están cambiando. Las últimas investigaciones al respecto asocian esta disbiosis intestinal con enfermedades como obesidad, diabetes mellitus, y otras de tipo inmunológico.
En el caso de la alteración en la microbiota asociada con la obesidad, enfermedad que unida al sobrepeso afecta en España a más de la mitad de la población, podría ser responsable de que las personas generen hasta 150 kcal. de más en su dieta diaria. Esto daría respuesta a la pregunta de ¿por qué unas personas engordan más que otras si comen lo mismo?
Así lo han asegurado los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) enl a presentación del 58 Congreso Nacional de la SEEN, en Málaga. Las bacterias de la microbiota contribuyen a digerir alimentos que serían indigeribles. A diferencia de las enfermedades autoinmunes, en las que la pérdida de bacterias del intestino provoca una maduración inadecuada del sistema inmunológico, en la obesidad la disbiosis no se asocia tanto con el número de bacterias que se pierden sino con cuáles se pierden.
"Una de las teorías existentes es que ganamos bacterias con mucha capacidad de digestión y que hacen que rentabilicemos más los alimentos. Otra hipótesis tiene que ver con el hecho de que las bacterias que estamos perdiendo son aquellas que estimulan al sistema nervioso para que se produzca una pérdida de apetito tras la ingesta de alimentos", ha explicado Francisco José Tinahones, presidente del Comité local del Congreso de la SEEN.
Pero, ¿por qué se está produciendo esta alternación de la flora intestinal? Según Tinahones, "existen muchas variables, pero la razón fundamental es el uso abusivo de antibióticos y la asepsia infantil tras el nacimiento. Las bacterias se van incorporando a nuestro organismo desde que nacemos y, aunque la asepsia ha reducido la mortalidad por infecciones intestinales, también ha contribuido a que no se incorporen al organismo determinadas bacterias fundamentales".
Asimismo, otras causas de esta disbiosis se relacionan con el incremento de las características de la urbanidad, con la reducción de los miembros de las familias (por lo que menos personas entre sí comparten bacterias), o con el aumento de las cesáreas o el descenso de la lactancia que provoca que no se incorporen al niño bacterias beneficiosas de la madre.
Déficit hormona de crecimiento
Por otro lado, otro de los temas destacados en el congreso de la SEEN ha sido el riesgo cardiovascular en pacientes con déficit de hormona de crecimiento. La hormona de crecimiento también tiene funciones metabólicas muy importantes derivadas de su efecto estimulador de la masa magra, reductor de la masa grasa, especialmente de la grasa visceral, y favorecedor de una correcta mineralización ósea. Además, se le han atribuido efectos cognitivos importantescon mejoría de la memoria y de la sensación de bienestar, según Antonio Picó, presidente del comité del Programa Científico del Congreso SEEN.
"El déficit de hormona de crecimiento se manifiesta en la infancia como un enanismo. En la edad adulta se presenta como un síndrome caracterizado por una disminución de la masa muscular, aumento de la masa grasa visceral, que clínicamente se refleja por un aumento en el perímetro de la cintura, un mayor grado de osteopenia u osteoporosis, un perfil lipídico desfavorable con aumento de las concentraciones de triglicéridos y disminución de las de HDL-colesterol y una peor calidad de vida. Estas alteraciones justifican que la prevalencia del síndrome metabólico sea muy superior en la población con déficit de hormona de crecimiento que en la población general", ha recalcado Picó.
El déficit de hormona de crecimiento se puede producir de forma aislada o asociado al déficit de otras hormonas hipofisarias, lo que se conoce como hipopituitarismo. En de Picó: "Los grandes estudios observacionales han demostrado que el hipopituitarismo se asocia a un importante aumento de la mortalidad cardiovascular comparado con la población general, y que esta mayor mortalidad no se normaliza con el tratamiento sustitutivo habitual con glucocorticoides, hormonas tiroideas y hormonas sexuales. De ahí que durante los últimos años se haya buscado de forma insistente si el tratamiento con hormona de crecimiento a pacientes adultos deficitarios, podría reducir la elevada mortalidad cardiovascular".
Los estudios publicados sobre ese posible efecto beneficioso no son concluyentes. Mientras que a corto plazo, según Picó, son evidentes los beneficios sobre el perímetro de cintura, el perfil lipídico y la mineralización ósea, los efectos se reducen a largo plazo, presumiblemente contaminados por cambios en la dieta y en el estilo de vida. "Lo que sí se repite en casi todos los estudios es una mejoría inequívoca en los diferentes cuestionarios de salud de la calidad de vida".

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