ALERGÓLOGOS PIDEN PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN
La mayoría de campamentos infantiles no están preparados para atender alergias
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha advertido de la falta de preparación en caso de atender un caso de anafilaxia de emergencia. Publican un manual que incluye un decálogo con pautas sobre el protocolo de actuación.
Redacción. Madrid | 12/07/2017 10:06
Los campamentos de verano en España son una alternativa al curso escolar que finaliza. (DM)
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha señalado que la mayoría de campamentos de verano no cuentan con la preparación necesaria para atender a niños alérgicos y asmáticos, debido a que que carecen de personal formado, de protocolos de actuación en caso de anafilaxia, e incluso de adrenalina en el botiquín. La prevalencia de la anafilaxia está aumentando en niños de manera considerable, según el Manual de Anafilaxia Pediátrica, editado por el Grupo de Trabajo de Anafilaxia de la Seicap, y en el que se incluye un decálogo con indicaciones para mejorar su diagnóstico y tratamiento.
El aumento de las alergias alimentarias en la población infantil provoca, según Juan Carlos Juliá, coordinador del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la Seicap, que "cada vez es más frecuente que en los campamentos haya niños con este problema que limita su calidad de vida y la convivencia con otros niños". Así lo refleja un estudio realizado en campamentos, publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, donde confirma que el 2,5 por ciento de los niños eran alérgicos y, de ellos, uno de cada cinco a varios alimentos. Además, el trabajo indica que estos centros no tienen disponibles autoinyectores de adrenalina para alérgicos a alimentos y que más de la mitad de ellos no lo llevó consigo.
El aumento de las alergias alimentarias en la población infantil provoca, según Juan Carlos Juliá, coordinador del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la Seicap, que "cada vez es más frecuente que en los campamentos haya niños con este problema que limita su calidad de vida y la convivencia con otros niños". Así lo refleja un estudio realizado en campamentos, publicado en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, donde confirma que el 2,5 por ciento de los niños eran alérgicos y, de ellos, uno de cada cinco a varios alimentos. Además, el trabajo indica que estos centros no tienen disponibles autoinyectores de adrenalina para alérgicos a alimentos y que más de la mitad de ellos no lo llevó consigo.
Hay que tener en cuenta que el riesgo de ingesta accidental en estos lugares es bastante alto con lo que el peligro de sufrir anafilaxia es mayor. Por eso es imprescindible contar con protocolos de prevención para evitar accidentes y con dos autoinyectores de adrenalina en los botiquines para usar en caso de emergencia", ha advertido Juliá.
Para garantizar unas mínimas medidas de seguridad, la Seicap contempla designar a un grupo específico para su cuidado. Juliá ha asegurado que "el personal debe conocer el historial completo del menor, donde se especifique el tratamiento a seguir, custodiar la medicación y saber utilizarla en caso de anafilaxia. Con un personal de cocina informado sobre las dietas especiales que tiene que hacer, y cómo deben preparar los platos, y unos monitores formados en alergias alimentarias se puede conseguir". Sin embargo, un análisis de 30 páginas web de campamentos realizado por Seicap en 2016 permitió comprobar que solo el 23 por cientodisponía de servicio de enfermería y, de ellos, solo una quinta parte tenía una enfermera.
La Seicap subvenciona desde hace 25 años campamentos y colonias educativas para niños asmáticos y con alergias alimentarias entre los 8 y los 14 años. En estos centros "sí existe un control sanitario y personal formado en alergias infantiles que enseñan a los niños a convivir con su enfermedad de forma divertida. Los campamentos surgieron para ayudarles a adaptarse a la sociedad porque antes se sentían marginados y bajo la sobreprotección de sus padres,.
Para garantizar unas mínimas medidas de seguridad, la Seicap contempla designar a un grupo específico para su cuidado. Juliá ha asegurado que "el personal debe conocer el historial completo del menor, donde se especifique el tratamiento a seguir, custodiar la medicación y saber utilizarla en caso de anafilaxia. Con un personal de cocina informado sobre las dietas especiales que tiene que hacer, y cómo deben preparar los platos, y unos monitores formados en alergias alimentarias se puede conseguir". Sin embargo, un análisis de 30 páginas web de campamentos realizado por Seicap en 2016 permitió comprobar que solo el 23 por cientodisponía de servicio de enfermería y, de ellos, solo una quinta parte tenía una enfermera.
La Seicap subvenciona desde hace 25 años campamentos y colonias educativas para niños asmáticos y con alergias alimentarias entre los 8 y los 14 años. En estos centros "sí existe un control sanitario y personal formado en alergias infantiles que enseñan a los niños a convivir con su enfermedad de forma divertida. Los campamentos surgieron para ayudarles a adaptarse a la sociedad porque antes se sentían marginados y bajo la sobreprotección de sus padres,.
Qué hacer en caso de emergencia
Según la Seicap, es fundamental tener un protocolo para estas situaciones puesto que puede salvar vidas. "Muchos campamentos no tienen formados a sus monitores, no disponen de servicio de enfermería o su localización en zonas rurales, no deja otra alternativa que llevar al menor al centro de salud más cercano", ha asegurado Carlos Sánchez Salguero, coordinador del Grupo de Trabajo de Anafilaxia de la Seicap. Para facilitar la atención y detección de la anafilaxia infantil, el Grupo de Trabajo de Anafilaxia de Seicap ha desarrollado el Manual de Anafilaxia Pediátrica, una guía destinada a todos los profesionales sanitarios que trabajan con niños.
Decálogo de Anafilaxia Pediátrica
El Manual de Anafilaxia Pediátrica permitirá, de Seicap, busca mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los jóvenes pacientes, y para ello incluye el Decálogo de Anafilaxia Pediátrica, que sugieren se aplique en los campamentos de verano:
1. La anafilaxia es la reacción alérgica más grave que puede producirse, se instaura rápidamente y puede ser mortal.
1. La anafilaxia es la reacción alérgica más grave que puede producirse, se instaura rápidamente y puede ser mortal.
2. La prevalencia de anafilaxia en niños está aumentando considerablemente.
3. Los desencadenantes más importantes de anafilaxia en niños son los alimentos (leche, huevo, frutos secos y pescados), las picaduras de himenópteros (avispa y abeja) y los fármacos (betalactámicos).
4. Los síntomas aparecen generalmente en las primeras dos horas tras la exposición al alérgeno. Los síntomas cutáneos son los que aparecen con mayor frecuencia, pero suelen haber dos o más órganos afectados.
5. El diagnóstico de la anafilaxia es fundamentalmente clínico, aunque en algunos casos pueden ser de utilidad determinaciones de laboratorio (triptasa).
6. El tratamiento de elección es la adrenalina intramuscular a dosis de 0,01 mg/kg (máx. 0,5 mg) y debe administrarse en la parte lateral del muslo, lo más precozmente posible.
7. Todo niño que ha sufrido una anafilaxia debe ser remitido al hospital y permanecer durante unas horas en observación. Al alta será derivado a una Unidad de Alergia Pediátrica de modo preferente para poder ser evaluado.
8. Tras sufrir una anafilaxia el pediatra deberá prescribir al niño al menos dos autoinyectores de adrenalina y enseñarle su manejo. El niño y/o su familia lo deberán llevar siempre consigo.
9. El pediatra le indicará por escrito las medidas necesarias dirigidas a prevenir el riesgo de anafilaxia, y le dará un protocolo de actuación en caso de que se produzca una reacción, tanto para el paciente y su familia como para el colegio.
10. El niño alérgico deberá estar siempre identificado y controlado en el colegio y su entorno, debiendo estar adiestrados los profesores en el manejo del autoinyector de adrenalina. Es recomendable llevar una placa o pulsera con código QR identificando las alergias.
5. El diagnóstico de la anafilaxia es fundamentalmente clínico, aunque en algunos casos pueden ser de utilidad determinaciones de laboratorio (triptasa).
6. El tratamiento de elección es la adrenalina intramuscular a dosis de 0,01 mg/kg (máx. 0,5 mg) y debe administrarse en la parte lateral del muslo, lo más precozmente posible.
7. Todo niño que ha sufrido una anafilaxia debe ser remitido al hospital y permanecer durante unas horas en observación. Al alta será derivado a una Unidad de Alergia Pediátrica de modo preferente para poder ser evaluado.
8. Tras sufrir una anafilaxia el pediatra deberá prescribir al niño al menos dos autoinyectores de adrenalina y enseñarle su manejo. El niño y/o su familia lo deberán llevar siempre consigo.
9. El pediatra le indicará por escrito las medidas necesarias dirigidas a prevenir el riesgo de anafilaxia, y le dará un protocolo de actuación en caso de que se produzca una reacción, tanto para el paciente y su familia como para el colegio.
10. El niño alérgico deberá estar siempre identificado y controlado en el colegio y su entorno, debiendo estar adiestrados los profesores en el manejo del autoinyector de adrenalina. Es recomendable llevar una placa o pulsera con código QR identificando las alergias.
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