Sanidad aprueba el uso en el SNS del fármaco biológico Erlotinib (Tarceva) como terapia de mantenimiento del cáncer de pulmón avanzado
Redacción
La terapia de mantenimiento con Erlotinib retrasa un 47 por ciento el avance de la enfermedad en los pacientes con la enfermedad estable y amplía la posibilidad de recibir más líneas de tratamiento en el futuro
Madrid (23/3-1-11).- El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha dado luz verde a la terapia de mantenimiento con Tarceva (Erlotinib), una nueva forma de tratar el cáncer de pulmón. Esta estrategia representa un primer paso hacia el objetivo futuro de cronificar la medicación y está dirigida a pacientes que ya han respondido a un primer tratamiento con quimioterapia y consiste en continuar el tratamiento, en este caso con el fármaco oral Tarceva, hasta progresión de la enfermedad. Serán candidatos a recibir este esquema de mantenimiento aquellos pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado y con la enfermedad estable tras haber recibido un tratamiento de primera línea con quimioterapia basada en platino.
En la actualidad el cáncer de pulmón avanzado se trata con quimioterapia y/o terapias dirigidas. A partir de ahora, como indica la doctora Lola Isla, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, el mantenimiento se incorpora como nueva estrategia terapéutica para prolongar la primera línea.
“Tras obtener el beneficio clínico que aporta la quimioterapia, podremos seguir dando al paciente un medicamento hasta que se produzca la progresión. El objetivo principal es retrasar el avance de la enfermedad y de este modo mejorar la supervivencia y prevenir el deterioro clínico”, señala.
Precisamente al retrasar la progresión del cáncer de pulmón y prevenir ese deterioro, más pacientes podrían tener la oportunidad de recibir más opciones de tratamiento, un dato fundamental en una enfermedad en la que aproximadamente el 50 por ciento de los pacientes nunca llegan a recibir una segunda línea. “Hace varias décadas apenas podíamos ofrecer opciones a los pacientes con la enfermedad avanzada; de hecho a muchos de ellos ni se les llegaba a tratar. La supervivencia media por entonces no superaba los cinco o seis meses. La situación actual es muy distinta: hoy hay algunos enfermos que se benefician de cuatro y cinco líneas de tratamiento y algún subgrupo de pacientes presentan ya una supervivencia yo diría espectacular”, señala la doctora Isla.
En palabras de esta experta contar con una medicación eficaz pero que además no comprometa la calidad de vida de estos pacientes es clave, “la posibilidad de mejorar la supervivencia es siempre el objetivo más relevante en el tratamiento del cáncer. Igualmente positivo es lograrlo con un fármaco biológico cuyo perfil de tolerancia sea satisfactorio y que controle los síntomas y la calidad de vida de los pacientes”.
Beneficios psicológicos y un diálogo necesario
Los beneficios del esquema recién autorizado en España no se limitan al control tumoral; también cabe hablar de ventajas desde el punto de vista psicológico. La presidenta de la Sociedad Española de Psico-Oncología (SEPO) y psico-oncóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, María Die Trill, asegura que el cáncer reduce significativamente la percepción de control que el enfermo siente sobre su vida y dicha percepción puede generarle una angustia considerable.
“Por eso es común que al finalizar la quimioterapia se genere el temor a que su problema deje en ese momento de estar debidamente controlado. En las fases avanzadas acabar un tratamiento y esperar pasivamente hasta que la enfermedad progrese aumenta la sensación de indefensión. En ese sentido, la posibilidad de seguir una terapia de mantenimiento les proporciona tranquilidad si es bien tolerada. En este caso, la medicación que van a recibir les va a suponer un descanso respecto a la quimioterapia intravenosa”.
Esta especialista asegura que recibir un fármaco oral en mantenimiento como Erlotinib ayudará a los pacientes a llevar una vida más normal y con menos visitas al hospital, lo que repercutirá positivamente en ellos. “Mejorará su estado de ánimo, sus síntomas de tristeza, angustia, etc. Luego está el contacto con otros afectados, que en unos casos tiene efectos positivos pero que en otros despierta una tendencia nociva a identificarse con aquellos que generalmente están peor que ellos. En definitiva, el paciente tiene la sensación de que existen opciones para él sin que eso le suponga seguir sometiéndose a procedimientos agresivos”.
El nuevo esquema autorizado hace necesario que el oncólogo explique a los pacientes una secuencia diferente de tratamiento. “El diálogo con el paciente es básico. Primero porque recibir esa información, y que además sea de forma clara y sincera”, subraya la presidenta de SEPO.
Aprobación española
La reciente aprobación española del uso en el SNS de Erlotinib como terapia de mantenimiento se ha basado en los datos del ensayo clínico fase III SATURN. Los resultados muestran que el uso de este fármaco oral en mantenimiento tras una primera línea de quimioterapia basada en platino en pacientes con la enfermedad estable mejora la supervivencia global un 39 por ciento, frente al tratamiento con placebo; aumenta la mediana de supervivencia más de dos meses (11,9 frente a 9,6 meses); y mejora la supervivencia hasta la progresión un 47 por ciento.
El estudio SATURN es un ensayo multicéntrico, doble ciego aleatorizado y prospectivo fase III diseñado para evaluar la eficacia de Erlotinib respecto de placebo en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado, recurrente o metastásico, que no habían progresado tras recibir en primera línea un doblete de quimioterapia basado en platino. El estudio incluyó a más de 880 pacientes de aproximadamente 160 centros.
Entre los hospitales, participaron tres españoles: el Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, el Central de Asturias y el Complejo Hospitalario de A Coruña.
Hasta contar con esta nueva autorización, estaba aprobado en España y el resto de países de la Unión Europea como tratamiento de segunda línea en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico avanzado tras fracasar con la quimioterapia. Es el primer fármaco autorizado en nuestro país para el cáncer de pulmón que no actúa como los quimioterápicos. En España se ha aprobado para tratar esta enfermedad en fase avanzada.
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viernes, 24 de diciembre de 2010
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