El bótox es tan eficaz como la medicación para tratar la incontinencia urinaria de urgencia
09/10/2012 - E.P.
Esta investigación apoya el uso de cualquiera de los dos enfoques, tanto farmacológico oral cómo la inyección de toxina botulínica como primer tratamiento
La toxina botulínica tipo A (bótox) inyectado en la vejiga es tan eficaz como los medicamentos para el tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia en mujeres, aunque la inyección tiene el doble de probabilidades de resolver completamente los síntomas. Estos hallazgos han sido publicados en The New England Journal of Medicine por los Institutos Nacionales de la Salud y el Colegio de Medicina Stritch de la Universidad de Loyola, en Chicago.
Tradicionalmente, la incontinencia de urgencia se ha tratado con anticolinérgicos, que reducen las contracciones de la vejiga. Sin embargo, muchas mujeres que toman medicamentos anticolinérgicos experimentan efectos secundarios, como estreñimiento, sequedad de boca y ojos secos.
Antes de este estudio, el bótox era utilizado solo en mujeres que no respondían a la medicación oral tradicional, señala la coautora Linda Brubaker, quien añade que, "sin embargo, esta investigación apoya el uso de cualquiera de los dos enfoques como primer tratamiento". Se estima que el 15,7 por ciento de las mujeres en EE.UU. sufren incontinencia urinaria y las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir incontinencia urinaria que los hombres.
El nuevo estudio evaluó a 241 mujeres con incontinencia urinaria de urgencia. Un grupo de participantes recibió seis meses de medicación oral diaria, más una inyección de solución salina. El otro grupo recibió una inyección de bótox, además de una cápsula de placebo oral diaria. Al comienzo del estudio, las pacientes tenían un promedio de cinco episodios de incontinencia de urgencia al día.
El promedio de reducción en los episodios de más de seis meses fue de 3,4 con medicación oral y de 3,3 con bótox. La proporción de mujeres con una resolución completa de la incontinencia de urgencia fue del 13 por ciento con anticolinérgicos y del 27 por ciento con la toxina. La calidad de vida mejoró en ambos grupos, sin diferencias significativas.
Un mayor número de participantes en el grupo anticolinérgico informaron de boca seca (46 por ciento versus 31 por ciento), mientras que el grupo de la toxina experimentó más infecciones del tracto urinario (28 por ciento versus 15 por ciento) y vaciamiento incompleto de la vejiga, lo cual requiere cateterismo vesical temporal (5 por ciento frente al 0 por ciento).
"Estos resultados ayudarán a los médicos a sopesar las opciones de tratamiento para las mujeres y hacer recomendaciones basadas en las necesidades individuales de las pacientes", afirma Brubaker.
Tradicionalmente, la incontinencia de urgencia se ha tratado con anticolinérgicos, que reducen las contracciones de la vejiga. Sin embargo, muchas mujeres que toman medicamentos anticolinérgicos experimentan efectos secundarios, como estreñimiento, sequedad de boca y ojos secos.
Antes de este estudio, el bótox era utilizado solo en mujeres que no respondían a la medicación oral tradicional, señala la coautora Linda Brubaker, quien añade que, "sin embargo, esta investigación apoya el uso de cualquiera de los dos enfoques como primer tratamiento". Se estima que el 15,7 por ciento de las mujeres en EE.UU. sufren incontinencia urinaria y las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrir incontinencia urinaria que los hombres.
El nuevo estudio evaluó a 241 mujeres con incontinencia urinaria de urgencia. Un grupo de participantes recibió seis meses de medicación oral diaria, más una inyección de solución salina. El otro grupo recibió una inyección de bótox, además de una cápsula de placebo oral diaria. Al comienzo del estudio, las pacientes tenían un promedio de cinco episodios de incontinencia de urgencia al día.
El promedio de reducción en los episodios de más de seis meses fue de 3,4 con medicación oral y de 3,3 con bótox. La proporción de mujeres con una resolución completa de la incontinencia de urgencia fue del 13 por ciento con anticolinérgicos y del 27 por ciento con la toxina. La calidad de vida mejoró en ambos grupos, sin diferencias significativas.
Un mayor número de participantes en el grupo anticolinérgico informaron de boca seca (46 por ciento versus 31 por ciento), mientras que el grupo de la toxina experimentó más infecciones del tracto urinario (28 por ciento versus 15 por ciento) y vaciamiento incompleto de la vejiga, lo cual requiere cateterismo vesical temporal (5 por ciento frente al 0 por ciento).
"Estos resultados ayudarán a los médicos a sopesar las opciones de tratamiento para las mujeres y hacer recomendaciones basadas en las necesidades individuales de las pacientes", afirma Brubaker.
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