El Botox se muestra promisorio contra el dolor persistente de cuello y hombros
Un pequeño estudio halló que ayuda a los pacientes en quienes los tratamientos típicos no funcionan
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_130342.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 01/14/2013) Traducido del inglés: martes, 16 de octubre, 2012 Ese tipo de dolor persistente "es un trastorno común que potencialmente podría causar discapacidad funcional en nuestros pacientes", explicó un experto que no participó en el estudio, el Dr. Robert Duarte. "Además, el dolor de cuello puede provocar dolores de cabeza", apuntó Duarte, director del Centro del Dolor del Instituto de Neurociencias Cushing, parte del Sistema de Salud North Shore-LIJ en Great Neck, Nueva York.
En el estudio, 118 pacientes con dolor que había durado más de dos meses y que ya habían probado con otros analgésicos recibieron inyecciones de Botox (toxina botulínica tipo A) o un placebo.
Los que recibieron Botox tuvieron una reducción mucho mayor en las puntaciones de dolor que los que recibieron el placebo, según el equipo de la Universidad de California, en Los Ángeles.
Los pacientes que recibieron las inyecciones de Botox también mostraron una reducción significativa en el número de dolores de cabeza por semana, y sus dolores de cabeza fueron menos severos. También experimentaron una mejora general en la calidad de vida, porque era menos probable que el dolor interfiriera con la actividad general, el sueño y el disfrute.
El estudio fue presentado el sábado en la reunión anual de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (American Society of Anesthesiologists, ASA).
Los investigadores dijeron que sus hallazgos sugieren que el Botox podría ser una opción para las personas con dolor crónico de cuello y hombros (síndrome de dolor miofascial) que no han recibido alivio de las terapias tradicionales, como los antiinflamatorios, los esteroides y los relajantes musculares, la fisioterapia y la modificación conductual.
"En el mejor de los casos, el beneficio a largo plazo con las terapias tradicionales es pasajero e impredecible. Incluso con estos tratamientos, algunas personas con síndrome de dolor miofascial derivan un beneficio incompleto, o ningún beneficio", señaló en un comunicado de prensa de la ASA el autor del estudio, el Dr. Andrea Nicol, director de investigación del Centro de Gestión del Dolor de la UCLA.
Además de su uso para alisar las líneas de expresión y las arrugas, el Botox se está evaluando como tratamiento para otras opciones, como los escapes de vejiga o incontinencia urinaria. Los investigadores también usan el Botox para tratar una variedad de afecciones dolorosas, como las migrañas.
"El Botox pertenece a una clase de medicamentos llamados neurotoxinas y cuando se inyecta en los músculos, bloquea las señales nerviosas que provocan la rigidez muscular, llevando a la relajación muscular. Así, el Botox podría ofrecer ventajas sobre las terapias tradicionales para el síndrome de dolor miofascial debido a sus efectos prolongados y sostenidos", planteó Nicol.
Duarte señaló que "en los pacientes que se quejan de dolor persistente en el cuello en que dichas terapias no han funcionado, el Botox podría resultar útil. En mi consultorio, he visto a pacientes que responden a este tratamiento. Pero se necesitan más estudios".
Otro experto estuvo de acuerdo. "Las inyecciones de Botox podrían desempeñar un papel en esos pacientes en quienes los protocolos más tradicionales de tratamiento no han funcionado", aseguró el Dr. Victor Khabie, jefe del departamento de cirugía y codirector del Instituto Ortopédico y de la Columna del Hospital de Northern Westchester, en Mount Kisco, Nueva York. "Aunque los datos preliminares parecen promisorios, se necesitan más estudios para investigar la eficacia y la seguridad de las inyecciones de Botox en pacientes de afecciones cervicales graves", añadió.
Los hallazgos presentados en reuniones médicas por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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