DÍA MUNDIAL | Cáncer de mama
'Recuerdo el día del diagnóstico porque las enfermeras llevaban lazo rosa'
Margui es sólo una de las muchas lectoras que han escrito a ELMUNDO.es.| El Mundo
- Las lectoras de ELMUNDO.es relatan su experiencia en primera persona
- 'No es un camino de rosas, pero hay vida en la enfermedad', coinciden muchas
- Muchas de ellas defienden el papel de la mamografía para detectarlo a tiempo
Margui tenía 30 años cuando conoció el diagnóstico y su historia sería una más entre todas si no fuese por un 'pequeño' detalle: estaba embarazada de ocho meses. "Sólo cinco días después de conocer la noticia me hicieron una cesárea por la mañana y una mastectomía radical esa misma tarde", relata.
"Al principio entré en shock, pero enseguida pensé 'tengo que hacer algo'; si no por mí, por el nene", recuerda cinco años después. Su hijo, a quien se escucha jugar de fondo al otro lado del teléfono, nació sano; y ella afrontó las terapias mientras criaba a un recién nacido.
"Gracias a mi ginecólogo, gracias a todo el equipo médico, gracias a mi hijo, gracias a mi marido y a mi familia, gracias a mis amigos, gracias a todos ellos hoy lo puedo contar: soy una superviviente".
Ella no es la única que ha querido compartir su experiencia en esta fecha. A pesar de haberse enfrentado a la enfermedad dos veces (a los 45 y a los 52), Pilar Méndez confiesa que se sintió 'afortunada' el 11 de marzo de 2004, al pasar por Atocha de camino a su trabajo: "En aquel silencio estremecedor me di cuenta de que yo había tenido la oportunidad de seguir con mi vida. Acababa de volver a trabajar por primera vez después de la baja".
Lola Morón y Ana Esther Hernando coinciden al elegir la misma expresión: "No es camino de rosas"; pero también se ponen de acuerdo cuando recuerdan que incluso en la enfermedad hay esperanza.
Y si no que se lo pregunten a Cayetana Fuentes, diagnosticada en medio de la "peor etapa" de su vida: "Con dos niños, en trámites de separación, una hipoteca, la cuenta en números rojos, una mastectomía bilateral, sesiones de quimioterapia y la mayor de las tristezas por la soledad y el miedo al futuro". Incluso en esa negrura, encontró en su oncóloga todo el apoyo para salir adelante y ahora se atreve incluso a "dar ánimo a otras mujeres que están pasando por este difícil momento".
Ánimo es también el que transmite Estíbaliz Sopelana que recuerda que "tener cáncer da miedo, pero enseña muchas cosas buenas. Aprendes a valorar y a vivir cada segundo de tu vida". Y lo dice con conocimiento de causa: su diagnóstico de cáncer de mama se produjo sólo un mes después de perder al bebé que esperaba. "Durante este año he pasado momentos muy duros, pero ahora toca beberme la vida a borbotones".
Entre tantos mensajes de mujer, ha habido también ocasión para reivindicar el papel de la mamografía a la hora de diagnosticar el cáncer a tiempo. Tanto a Inma Jardón como a Cristina Alda les detectaron la enfermedad durante una revisión rutinaria y ambas reivindican esta prueba que "salva vidas".
Y para acabar, el cuento que Luisa Rumí les 'dibujó' a sus hijos para explicarles que tenía cáncer de mama: "- El cuerpo humano es como un jardín lleno de flores. A veces, salen malas hierbas que hay que arrancar porque no dejan crecer las flores. En el cuerpo humano se usa un medicamento llamado quimioterapia y, como pasa con las células, algunas flores dejan de crecer; por eso se cae el pelo mientras se toma esta medicina. - Mamá, ¿y cuándo te crecerá el pelo?. - En primavera".
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