sábado, 6 de abril de 2013

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El estigma social de los pacientes con trastorno bipolar lastra sus expectativas laborales


Madrid (06-08/04/2013) - Nekane Lauzirika

Los especialistas consideran que sigue siendo "inaceptable" que se tarde 5 años en realizar el diagnóstico correcto

La falta de conocimiento sobre el trastorno bipolar (TB) tiene consecuencias terribles en las personas que lo padecen. Es un sufrimiento añadido que acrecienta el problema y afecta al proceso de recuperación. "Hay que luchar para que los pacientes con TB no pierdan años valiosos en su desarrollo vital, como aspectos académicos, afectivos, laborales, sociales... y puedan volver a sus expectativas anteriores al debut de la enfermedad", recomiendan los especialistas. Y es que cerca del 50 por ciento de los pacientes que sufren trastorno bipolar I reconoce haber perdido su puesto de trabajo como consecuencia de la enfermedad y un 72 por ciento ha visto reducidas sus expectativas de éxito en la vida a causa de su dolencia.

Éstas son algunas de las conclusiones del estudio IMPACT (Investigación de las fases maníacas y los efectos de los periodos de manía), en el que han participado 700 pacientes de Australia, Canadá, Italia, Francia, Alemania, España y el Reino Unido, de 18 a 65 años de edad y con diagnóstico desde hace 12 meses o más de trastorno bipolar I, una enfermedad episódica, crónica y caracterizada por manía, depresión o una combinación de ambas.

En el mundo hay más de 30 millones de personas padecen trastorno bipolar, de ellas, en Europa se encuentran cuatro millones de pacientes que forman parte de la población con gran carga médica que a menudo presenta numerosas complicaciones.

El estudio, presentado en Madrid y auspiciado por la farmacéutica Lundbeck, especializada en investigar y desarrollar fármacos para las enfermedades del Sistema Nervioso Central, revela también que el estigma social sigue presente: el 45 por ciento de los afectados se ha sentido discriminado. Ese estigma lleva en muchos casos a ocultar la enfermedad. Y es que tan sólo el 14 por ciento de todas las personas consultadas (19 por ciento en España), asegura sentirse capaz de hablar abiertamente sobre su enfermedad con otras personas.

Como explicó el doctor Eduard Vieta, director del Programa de Trastornos Bipolares del Hospital Clinic de la Universidad de Barcelona y asesor científico del estudio IMPACT, esta patología constituye la sexta causa de discapacidad y conlleva la "alteración de los mecanismos que regulan el estado de ánimo; puede afectar a cualquier persona, aunque la posibilidad se incrementa si se tienen antecedentes familiares".

La novedad del trabajo, según Vieta, es que ha analizado el aspecto social del paciente bipolar, que a veces "los psiquiatras vemos como algo ajeno, ya que están centrados más en el aspecto clínico y neurobiológico de la enfermedad. La  encuesta aborda el día a día del paciente y la repercusión social del trastorno bipolar, añadió la doctora Susana Gómez Lus, del departamento médico de Lundbeck.

El psiquiatra catalán se refirió también a la gravedad y consecuencias sociales del trastorno bipolar y la necesidad de mejorar el diagnóstico. "LLama la atención la frecuente presencia de síntomas depresivos durante los episodios maníacos, los denominados síntomas mixtos, que podrían ser un factor que contribuye al retraso del diagnóstico y a la complejidad del tratamiento".


Cinco años para el diagnóstico
El tiempo para conseguir un diagnóstico adecuado del trastorno bipolar tipo I se ha reducido de siete a cinco años en una década, sin embargo, según profesionales y pacientes, esos cinco años de sufrimiento "son inaguantables".

¿Cómo mejorar los diagnósticos precoces? "Formando principalmente a los profesionales de Atención Primaria, donde la mayor parte de esos pacientes se dirigen cuando tienen episodios depresivos y salen de la consulta con un antidepresivo que en ocasiones les puede perjudicar ya que podría continuar la fase maníaca del trastorno", remató Vieta, quien reconoció que a pesar de que el 89 por ciento de las detecciones las realizan el 89 por ciento de las detecciones la realizan psiquiatras, los pacientes también acuden a otros especialistas

Durante la enfermedad existen "periodos de depresión o euforia, así como etapas de normalidad". Con una detección precoz y con tratamiento "se puede llevar una vida normal". Vieta insistió en la necesidad de formar a los médicos de Primaria, porque "a pesar de que el 89 por ciento de las detecciones las realizan psiquiatras, los pacientes también acuden a otros especialistas.

En esta misma línea, Guadalupe Morales, directora de la Fundación Mundo Bipolar, advirtió que los cinco años de demora en el diagnóstico se convierten en "años insufribles. En su opinión, el peor momento de la patología es cuando "te encuentras en estado mixto, es decir, depresión y manía al mismo tiempo. Al igual que Vieta, la directora de Mundo Bipolar aconsejó a quienes padecen este trastorno "no contarlo en el entorno laboral y, en el personal, sólo a gente muy cercana".

Morales contó en primera persona el drama que le supuso tener que jubilarse de su profesión de periodista antes de tiempo. La directora de la Fundación Mundo Bipolar fue despedida de su trabajo a causa de la bipolaridad. Su vivencia le llevó a afirmar que  la principal barrera que debemos saltar es la de normalizar el ir al psiquiatra, ya que "en España –a diferencia de EE.UU. donde personajes como Woody Allen sí lo han hecho- ninguna figura pública ha dado este paso". Desde su experiencia, reconoció que "si no se aprende a vivir con este trastorno te atienes a una frustración constante".

"El estigma es un asunto muy complejo y nada fácil de resolver a corto plazo. Hay que luchar contra la concepción de que la enfermedad mental es igual a violencia, ya que solo el 1 por ciento de los delitos con violencia los cometen personas con problemas de salud mental", aseveró Guadalupe Morales. Además, la familia acaba sufriendo tanto como el propio paciente las consecuencias de esta patología. De hecho, el 23 por ciento de estos enfermos se ha separado o divorciado en nuestro país a causa de este trastrono.


Impacto en la salud física
El trastorno bipolar acarrea también un impacto negativo sobre la salud física de quienes la padecen, como así lo manifiesta el 78 por ciento de todos los encuestados y el 78 por ciento de los pacientes del Estado. En esta línea. El psiquiatra Luis Gutiérrez, del Hospital San Cecilio de Granada, explicó que las personas con TB tienen una "gran dependencia a la nicotina, al alcohol y a otras drogas y también una alta tasa de obesidad y de hipertensión que padecen generalmente".

Por otro lado, "hay ocasiones en que los pacientes no reciben una atención sanitaria adecuada porque no acuden con regularidad a las citas de revisión y control de atención primaria e incluso tienen algunos déficits cognitivos que las llevan a no recordar los medicamentos y las indicaciones que deben seguir", incidió Gutiérrez.

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