Ingenio contra el cáncer basocelular
Un nuevo instrumento permite tratar con precisión la modalidad de tumor de piel más frecuente
El equipo, desarrollado por el hospital La Fe de Valencia, se usa en centros de todo el mundo
Jaime Prats Valencia15 ABR 2013 - 19:35 CET
Miles de personas con cáncer de piel de todo el mundo se curan de sus lesiones gracias a la sanidad pública española. Y sin tener que desplazarse a los hospitales españoles: los centros a los que acuden usan un equipo de radioterapia ideado por físicos y oncólogos del hospital La Fe de Valencia.
Especialistas del centro público valenciano observaron que el aplicador que usaban, el instrumento que dirige la radiación hacia la zona a tratar, no daba el mejor resultado. Fallaba la precisión: “La frontera entre la zona que se quería irradiar y la que se quería respetar era muy difusa”, explica José Pérez Calatayud, físico y miembro del Servicio de Radioterapia del hospital valenciano. Pero además, el aparato repartía la dosis de forma poco homogénea, por lo que no todas las células malignas resultaban afectadas (e irradiadas) en la misma medida.
El aplicador tiene la forma de una campana metálica, muy similar a la de un estetoscopio,
donde se aloja la semilla de iridio
El problema era el diseño del aplicador. E idearon uno nuevo que resolvía todas estas deficiencias. La nueva herramienta puesta a punto por los especialistas del hospital La Fe junto a la Facultad de Física de la Universidad de Física y el Instituto Valenciano de Oncología ha demostrado en distintos estudios que resuelve las limitaciones detectadas en el equipo anterior y ofrece tasas de curación cercanas al 100%. Se utiliza ya en más de 100 hospitales de todo el mundo, la mayor parte en Estados Unidos, como el Centro Contra el Cáncer Anderson de Houston o el hospital Boca Ratón de Florida.
El aplicador es un accesorio que se conecta a equipos de braquiterapia de alta tasa. Estos aparatos sirven para tratar a pacientes oncológicos mediante una modalidad de radioterapia que consiste en situar unas semillas radiactivas junto a las células cancerígenas que se desean destruir. La fuente radiactiva es una semilla de iridio-192 de cinco milímetros de largo por un milímetro de diámetro, que se aloja en el equipo. A través de una serie de conectores, se adapta un cable por el que se desplaza la fuente radiactiva hasta alojarse en el aplicador, el instrumento donde se aloja el iridio mientras dura el tratamiento y que entra en contacto con el paciente.
El aplicador desarrollado por los especialistas valencianos se usa para tratar los tumores de piel más comunes, los carcinomas basocelulares, una lesión mucho menos agresiva que los melanomas (raramente se diseminan), que suele presentar personas mayores de 50 años, de tez clara y que obedece a la exposición solar prolongada. El aplicador tiene la forma de una campana metálica similar a la de un estetoscopio, que aloja a la semilla de iridio. La parte inferior dirige la radiación en la zona que se desea tratar, mientras que la superior protege del efecto del iridio.
Es muy cómodo, frente a otras técnicas que requieren cirugía o nitrógeno líquido para quemar las lesionesAlejandro Tormo, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital La Fe de Valencia.
“Es muy cómodo, frente a otras técnicas que requieren cirugía o nitrógeno líquido para quemar las lesiones”, explica Alejandro Tormo, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital La Fe de Valencia. “No es nada invasivo ni molesto, basta situar el aplicador unos minutos sobre la piel y para tratar la lesión”. Y, ahora, con mayor eficacia.
En el desarrollo del adaptador ha colaborado la empresa fabricante del equipo de braquiterapia, la holandesa Nucletron. Al tratarse de accesorios que se conectan a este equipo, es la empresa matriz la que debe autorizar estas aplicaciones y la que cuenta con los derechos de explotación y venta. Por ello, ni los especialistas del hospital La Fe de Valencia ni el hospital han logrado obtener beneficios económicos derivados del desarrollo del instrumento, más allá de conseguir equipos nuevos para el centro o invitaciones para participar en congresos
Existen otros dos fabricantes de equipos de braquiterapia de alta tasa que también se han puesto en contacto con los especialistas del hospital valenciano para que desarrollen aplicadores adaptados a sus aparatos. “Estamos viendo cómo podemos explotar esta colaboración y que redunde en el hospital”, relata Tormo.
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