La nanotecnología usa metal precioso con fin biomédico

Oro y plata constituyen objeto de estudio con aplicaciones médicas. Nuevas vías de administración de quimiofármacos reducen la toxicidad.

Iñaki Revuelta. Bilbao | 29/04/2013 00:00

Victor Franco Puntes, catedrático del Instituto Catalán de Nanotecnología. ()

La nanotecnología constituye una herramienta cada vez más presente en las investigaciones biomédicas, encaminadas a tratar enfermedades tan dispares como el cáncer o el mal de Alzheimer. Así se ha puesto de manifiesto en ImagineNano 2013, el principal evento europeo sobre nanotecnología y nanociencia que acaba de celebrarse en Bilbao.

Lo demuestra una de las investigaciones presentadas en este congreso, centrada en la administración del cisplatino. Este citotóxico es muy eficaz para reducir las células tumorales, pero los efectos secundarios sobre la función renal de los pacientes tratados han motivado que el Instituto Catalán de Nanotecnología -en colaboración con el Hospital de San Pablo, de Barcelona, la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela y el Instituto de Ciencias Moleculares de la Universidad de Valencia- se haya centrado en la búsqueda de tratamientos menos tóxicos.

Más tamaño
Los últimos datos sobre esta pionera investigación se han presentado de la mano de uno de los científicos implicados en el proyecto, Victor Franco Puntes, catedrático del Instituto Catalán de Nanotecnología. Franco ha explicado a Diario Médico que la base de la investigación consiste en dotar de un mayor tamaño al cisplatino para que, cuando sea administrado, no pueda acceder al riñón y se reduzca así la actividad tóxica.
"Lo que hemos pretendido es evitar que el cisplatino llegue al riñón. El fármaco tiene una parte activa, los cloruros, y una parte inactiva, que es la de las aminas. Hemos eliminado los cloruros y enganchado el cisplatino a una nanopartícula con oro para alterar su tamaño, distribución y cinética".

Al unirlo al oro, el quimioterápico no sale del torrente sanguíneo y no se produce una acumulación en cerebro, corazón y pulmón, entre otros órganos, sino que se dirige hacia los capilares defenestrados. En cuanto al riñón, a éste sólo llegan partículas de unos seis nanómetros, y la solución que proponemos mide ocho.
"Activamos el cisplatino, lo enganchamos, extraemos los cloros, lo hidratamos, y lo enganchamos a la partícula que tiene un ácido carboxílico junto con una nanopartícula de oro. Lo que se consigue es una capa de grupos carboxílicos de pH neutro, de manera que no hay liberación de fármaco", ha subrayado.
De esta forma se consigue vehicular el cisplatino a órganos del sistema inmune, órganos inflamados, y a los afectados por el cáncer, que lo absorben y experimentan una inmunodepresión similar a la causada por la quimioterapia, pero sin generar toxicidad y daño renal.

Eficacia, eficiencia
"Podría permitir un patrón de administración nuevo: una de las razones por las que en muchas ocasiones no se puede administrar cisplatino son los efectos secundarios sobre el riñón. Los problemas de los antitumorales no son de eficacia, que la tienen, sino de eficiencia: son demasiado tóxicos".

El beneficio más importante de esta investigación para la práctica clínica es "poder cronificar el tratamiento, porque uno de los problemas de los tratamientos antitumorales es que no penetran en el tumor; gracias a la nanotecnología aplicada a la medicina se consigue erosionar el tejido canceroso".

"Al eliminar la toxicidad renal, conseguimos un tratamiento crónico. Y esa técnica permite atacar a los tumores donde no llega la cirugía, y también realizar tratamientos más preventivos contra la metástasis", ha insistido.

En esta línea, Víctor Franco ha afirmado que no intentan mejorar los efectos primarios del fármaco. "El problema es que los pacientes cuya función renal puede estar comprometida casi no pueden ser tratados, ni tampoco hay posibilidad de aumentar la dosis. Se abren de este modo nuevas vías en los tratamientos contra el cáncer".

Dispositivos directos al cerebro

ImagineNano 2013 ha acogido también NanoBio&Med, una reunión en la que se presentaron nuevos dispositivos para avanzar en el conocimiento del proceso datos en el cerebro. Estos nuevos dispositivos electrónicos orgánicos ofrecen una mejor relación señal-ruido (mejora el grado de la señal, reduciendo el ruido) frente a otros medios como electrodos implantados o colocados en la superficie del cerebro.

Esta línea de avance, desarrollado por el equipo del francés Christophe Bernard, se ha conseguido mediante la introducción de los dispositivos en la corteza del cerebro y han sido probados en vivo.

Además, abre nuevas vías en aplicaciones médicas para el diagnóstico y tratamiento de patologías que se localizan en la masa cerebral.