martes, 9 de abril de 2013

'Esperamos que la genética no se use para diseñar seres humanos' | Ciencia | elmundo.es

'Esperamos que la genética no se use para diseñar seres humanos' | Ciencia | elmundo.es

ENTREVISTA | Juan Luis Arsuaga, paleontólogo, y Manuel Martín-Loeches, psicólogo

'Esperamos que la genética no se use para diseñar seres humanos'

Arsuaga (i) con una copia de un cerebro de 'australopithecus'. Martín-Loeches con el de un 'sapiens'.| Alberto Cuellar Arsuaga (i) con una copia de un cerebro de 'australopithecus'. Martín-Loeches con el de un 'sapiens'.| Alberto Cuellar
Los avances en genética de los últimos años están cambiando lo que los científicos creían saber de nuestra especie. Humanos y chimpancés comparten más del 98% de sus genes: "Fue una enorme sorpresa averiguarlo. Para empezar, nadie imaginaba que un organismo tan complejo como el nuestro tuviera tan pocos genes, pues se pensaba que tendríamos más de 100.000. Es impresionante que tan pocos genes [pocos más que algunos gusanos] produzcan tales capacidades. Cuando comento con gente joven lo sorprendente que es que tengamos tan poca distancia genética con el resto de mamíferos a ellos no se lo parece, porque lo han aprendido. Pero es que yo estaba ahí cuando se descubrió, y sé la conmoción que supuso". El paleontólogo Juan Luis Arsuaga, director del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos, recuerda así lo que supuso la secuenciación del genoma humano, y posteriormente el de nuestros parientes más cercanos.

¿Qué es lo que hace entonces única a nuestra especie? Junto con el psicólogo Manuel Martín-Loeches, también investigador del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (UCM-ISCIII), ha investigado las señas de identidad del 'Homo sapiens'. Sus conclusiones se han plasmado en 'El sello indeleble. Pasado, presente y futuro del ser humano' (editado por Debate), una obra en la que elaboran una lista sobre las señas de identidad que hacen única a nuestra especie y reflexionan sobre su origen a partir de las aportaciones de científicos de los siglos XIX y XX. No obstante, Arsuaga subraya que queda tanto por investigar que la lista de rasgos únicos del hombre es más un proyecto que un resultado definitivo.

Los rasgos que nos hacen únicos

Los rasgos más llamativos, según Martín-Loeches, son los sociales: "Uno que me llama mucho la atención es la gran cantidad de energía que consume el cerebro, aproximadamente el 20% de la energía que ingerimos. Este coste tan elevado no puede ser sino para permitir la convivencia social y en circunstancias complicadas. Por eso el cerebro tiene que trabajar tanto", explica.

"Por ejemplo, se dice que son característicos rasgos con los que podríamos estar de acuerdo, como la previsión o la planificación a largo plazo. Pero hay emociones como la vergüenza, la culpa o el orgullo, que hay que investigar si son exclusivamente nuestras", señala Arsuaga.
Portada del libro.| Debate. Portada del libro.| Debate.
El codirector del yacimiento de Atapuerca (Burgos), cita como otro ejemplo de lo mucho que queda por investigar un estudio que señalaba como atributo clave para la evolución "el lanzamiento de proyectiles con puntería y fuerza, y destreza para evitarlos, especialmente en los machos": "La nuestra es la única especie que lanza objetos con puntería y fuerza. Los chimpancés, por ejemplo, no lo hacen, les falta coordinación. Y seguramente es imprescindible para fabricar utensilios porque hay que tallar, golpear una piedra con la otra y hay que tener puntería. Tiene que haber sido muy útil para la supervivencia y la capacidad de alejar depredadores arrojando piedras con puntería", reflexiona Arsuaga. "Esto requiere adaptaciones en el cerebro para coordinar lo que se ve con lo que se hace", añade Martín-Loeches.

"[Charles] Darwin decía que sonrojarse era la única emoción exclusivamente humana, y es una señal social de que algo no estás haciendo bien", apunta Martín-Loeches. "Es un tipo de emoción muy curiosa porque uno desearía que no ocurriera y eso nos lleva a plantearnos cuál es su función", añade Arsuaga.
Martín Loeches: "Las redes sociales son un reflejo de lo que siempre hemos querido. Que todo el mundo se entere de nuestros logros y que por lo menos algunos se enteren de nuestras tristezas".
Pero los rasgos humanos no han surgido sólo de la selección natural y sexual. Según sostienen en su obra, "el carácter hostil de la sociedad" y la competencia entre individuos ha sido el principal motor de la evolución: "La lucha social sigue y seguirá existiendo porque está en nuestra naturaleza. No podemos evitar la competencia para ver quién es el mejor dentro del grupo y qué grupo es mejor", apunta Martín-Loeches.

Para el psicólogo, "las redes sociales son un reflejo de lo que nos mueve como sociedad, de lo que siempre hemos querido. Que todo el mundo se entere de nuestros logros y que por lo menos algunos se enteren de nuestras tristezas. Es algo que está en nuestra genética desde hace mucho tiempo. Por eso surgió el habla, para intentar transmitir información y comunicar unas mentes con otras. Nuestra especie es muy social y por eso las redes sociales tienen tanto éxito. A través de la tecnología podemos comunicarnos con muchísima gente".
Arsuaga: "Creo, sinceramente, que en una sociedad libre ninguna madre querrá modificar genéticamente a su hijo"

Manipulación genética

Los autores reflexionan también sobre las posibilidades que ofrece la manipulación genética a la hora de mejorar los individuos. Arsuaga espera que estos avances se apliquen para mejorar la calidad de vida y retrasar el envejecimiento y no para diseñar seres humanos a la carta. "Ya hay muchos científicos que creen seriamente que en las próximas generaciones la gente superará los 100 años con mucha calidad de vida, lo que entrañará cambios económicos, sociales y de todo tipo. Yo no lo veo tan fácil pero los hay muy optimistas".

Tampoco es partidario de avanzar hacia un hombre biónico que mejore sus capacidades: "Ya tenemos una supermemoria desde que se inventó la escritura. Creo, sinceramente, que en una sociedad libre ninguna madre querrá modificar genéticamente a su hijo, ni ninguna persona querrá excentricidades como implantarse chips en el cerebro. Diferente es una prótesis en la rodilla o cualquier otra tecnología con la que se pueda abordar un problema neurológico, que es de agradecer", añade. "Los peligros vienen de las sociedades planificadas. Y ha ocurrido ya en estados totalitarios. Lo que tenemos que hacer es crear sociedades libres", apunta Arsuaga.

Reparto desigual de recursos

Arsuaga: "Los conflictos no son tanto un problema de escasez como de reparto de los recursos limitados del planeta"
Por lo que respecta a las amenazas que se ciernen sobre nuestra especie, Arsuaga considera que "con el cambio climático y, más importante, el uso y reparto de los recursos, tenemos un problema muy gordo, gordísimo". Para el paleontólogo, "los conflictos no son tanto un problema de escasez como de reparto de los recursos limitados del planeta. Cada generación consume mucha más energía que la anterior", señala.

¿Y cómo cree que será el hombre del futuro? "Desde el punto de vista de la biología, me lo imagino más saludable. Es ya un hecho porque la medicina nos dará más calidad de vida. Sobre la programación educativa, espero que nos haga más libres y solidarios. Y no creo que sea deseable modificar cómo somos para conseguir determinados resultados porque eso nos llevaría a sociedad como la de los insectos", advierte Arsuaga.

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