La degeneración macular podría tratarse con fármacos para reducir el colesterol
09/04/2013 - E.P.
La DMAE comparte un vínculo común con la aterosclerosis con el mismo defecto subyacente la incapacidad para eliminar la acumulación de grasa y colesterol
Un nuevo estudio plantea la posibilidad de que los medicamentos prescritos para reducir el colesterol puede ser eficaces contra la degeneración macular, según los resultados de la investigación, realizada por expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos) y publicada en Cell Metabolism.
Mediante el trabajo en modelos experimentales y en células humanas, los investigadores aportan nuevos datos sobre cómo los depósitos de colesterol contribuyen a la degeneración macular y la aterosclerosis e incluso el crecimiento de los vasos sanguíneos en algunos tipos de cáncer.
A los pacientes con aterosclerosis a menudo se les prescriben medicamentos para reducir el colesterol y algunos de esos mismos medicamentos podrían ser probados en pacientes con degeneración macular, según sugiere este estudio.
"En base a nuestros resultados, tenemos que investigar si la pérdida de visión causada por la degeneración macular se podrían evitar con gotas oftálmicas para reducir el colesterol u otros medicamentos que puedan impedir la acumulación de lípidos debajo de la retina", explica el investigador principal, Rajendra S. Apte.
La nueva investigación se centra en los macrófagos, las células inmunes claves que eliminan el colesterol y las grasas de los tejidos. En la degeneración macular, la acumulación excesiva de colesterol comienza a ocurrir a medida que se envejece y los macrófagos comienzan a funcionar mal.
Como el envejecimiento de los macrófagos elimina menos depósitos de grasa debajo de la retina, las células de macrófagos se pueden hinchar con el colesterol, lo que genera un proceso inflamatorio que conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos que pueden causar daño adicional. Los vasos caracterizan la posterior forma "húmeda" de la enfermedad.
"En última instancia, esa inflamación crea una mezcla tóxica de los elementos que conducen al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos", explica Apte. "La mayor parte de la pérdida de visión por degeneración húmeda macular es el resultado de la hemorragia y la formación de tejido cicatricial relacionado con el crecimiento anormal de los vasos", agrega este experto.
Como parte de su investigación, los científicos han identificado una proteína que necesitan los macrófagos para eliminar las grasas y el colesterol. Con la edad se genera menor cantidad de esta proteína, los macrófagos se vuelven menos eficaces a la hora de envolver y eliminar la grasa y el colesterol.
Apte y su equipo encontraron que los macrófagos de modelos experimentales y en pacientes con degeneración macular, tienen niveles inadecuados de la proteína, llamada ABCA1, que transporta el colesterol de las células. Como resultado, los macrófagos viejos acumulan altos niveles de colesterol y no pueden inhibir el crecimiento de los vasos sanguíneos dañinos que caracterizan la forma "húmeda" de la enfermedad.
Pero cuando los investigadores trataron los macrófagos con una sustancia que ayudó a restaurar los niveles de ABCA1, las células podían eliminar el colesterol más eficazmente y el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos se desaceleró. "Hemos sido capaces de administrar el fármaco agonista de LXR, en gotas oftálmicas", dice el primer autor Abdoulaye Sene, investigador post-doctoral en el laboratorio Apte.
De esta forma, los investigadores se dieron cuenta de que se podía revertir la degeneración macular. "Es interesante porque si es posible utilizar gotas oftálmicas para administrar fármacos contra la degeneración macular, se puede centrar como única terapia para la vista y probablemente limitar los efectos secundarios de los medicamentos tomados por vía oral".
"Hemos demostrado que podemos invertir el desarrollo de la enfermedad en modelos experimentales mediante la mejora de la función de los macrófagos, ya sea con gotas oftálmicas o con tratamientos sistémicos, afirma Apte. Algunas de las terapias que ya se utilizan para tratar la aterosclerosis tienen como objetivo esta misma vía, por lo que cabe la posibilidad de modificar los medicamentos que ya están disponibles y utilizarlos para proporcionar tratamiento a los ojos".
Mediante el trabajo en modelos experimentales y en células humanas, los investigadores aportan nuevos datos sobre cómo los depósitos de colesterol contribuyen a la degeneración macular y la aterosclerosis e incluso el crecimiento de los vasos sanguíneos en algunos tipos de cáncer.
A los pacientes con aterosclerosis a menudo se les prescriben medicamentos para reducir el colesterol y algunos de esos mismos medicamentos podrían ser probados en pacientes con degeneración macular, según sugiere este estudio.
"En base a nuestros resultados, tenemos que investigar si la pérdida de visión causada por la degeneración macular se podrían evitar con gotas oftálmicas para reducir el colesterol u otros medicamentos que puedan impedir la acumulación de lípidos debajo de la retina", explica el investigador principal, Rajendra S. Apte.
La nueva investigación se centra en los macrófagos, las células inmunes claves que eliminan el colesterol y las grasas de los tejidos. En la degeneración macular, la acumulación excesiva de colesterol comienza a ocurrir a medida que se envejece y los macrófagos comienzan a funcionar mal.
Como el envejecimiento de los macrófagos elimina menos depósitos de grasa debajo de la retina, las células de macrófagos se pueden hinchar con el colesterol, lo que genera un proceso inflamatorio que conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos que pueden causar daño adicional. Los vasos caracterizan la posterior forma "húmeda" de la enfermedad.
"En última instancia, esa inflamación crea una mezcla tóxica de los elementos que conducen al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos", explica Apte. "La mayor parte de la pérdida de visión por degeneración húmeda macular es el resultado de la hemorragia y la formación de tejido cicatricial relacionado con el crecimiento anormal de los vasos", agrega este experto.
Como parte de su investigación, los científicos han identificado una proteína que necesitan los macrófagos para eliminar las grasas y el colesterol. Con la edad se genera menor cantidad de esta proteína, los macrófagos se vuelven menos eficaces a la hora de envolver y eliminar la grasa y el colesterol.
Apte y su equipo encontraron que los macrófagos de modelos experimentales y en pacientes con degeneración macular, tienen niveles inadecuados de la proteína, llamada ABCA1, que transporta el colesterol de las células. Como resultado, los macrófagos viejos acumulan altos niveles de colesterol y no pueden inhibir el crecimiento de los vasos sanguíneos dañinos que caracterizan la forma "húmeda" de la enfermedad.
Pero cuando los investigadores trataron los macrófagos con una sustancia que ayudó a restaurar los niveles de ABCA1, las células podían eliminar el colesterol más eficazmente y el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos se desaceleró. "Hemos sido capaces de administrar el fármaco agonista de LXR, en gotas oftálmicas", dice el primer autor Abdoulaye Sene, investigador post-doctoral en el laboratorio Apte.
De esta forma, los investigadores se dieron cuenta de que se podía revertir la degeneración macular. "Es interesante porque si es posible utilizar gotas oftálmicas para administrar fármacos contra la degeneración macular, se puede centrar como única terapia para la vista y probablemente limitar los efectos secundarios de los medicamentos tomados por vía oral".
"Hemos demostrado que podemos invertir el desarrollo de la enfermedad en modelos experimentales mediante la mejora de la función de los macrófagos, ya sea con gotas oftálmicas o con tratamientos sistémicos, afirma Apte. Algunas de las terapias que ya se utilizan para tratar la aterosclerosis tienen como objetivo esta misma vía, por lo que cabe la posibilidad de modificar los medicamentos que ya están disponibles y utilizarlos para proporcionar tratamiento a los ojos".
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