martes, 7 de enero de 2014

Las dietas hiperproteicas alteran la salud renal - DiarioMedico.com

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empeoran los marcadores urinarios

Las dietas hiperproteicas alteran la salud renal


Un estudio en ratas realizado en la Universidad de Granada confirma que producen un aumento del área glomerular e hipertrofia de los riñones.

Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com     |  07/01/2014 18:09


 

Grupo de investigación
El grupo de investigación AGR-145: Fisiología Digestiva y Nutrición, de la Universidad de Granada. (DM)

 
Las dietas hiperproteicas elevan el riesgo de padecer patologías renales y empeoran los marcadores urinarios y morfológicos del riñón, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada, que se publica en el último número de Nutrición Hospitalaria.
El trabajo muestra que la hiperfiltración renal que genera la ingesta excesiva de proteínas e insuficiente de hidratos de carbono se relaciona con la aparición de nefrolitiasis, debido a una disminución drástica del citrato urinario, a un aumento del calcio urinario, para compensar la acidez metabólica que provoca el exceso de proteína, y a un descenso del pH de la orina, además de que se eleva el riesgo de hipertrofia renal y puede aumentar el área glomerular. Según ha explicado a DM Virginia Aparicio García Molina, del Departamento de Fisiología de la Universidad de Granada, y una de las autoras del estudio, el trabajo se realizó con 20 ratas. "A un grupo se le administró proteínas de gimnasio -hidrolizados proteicos- para que el 45 por ciento de su dieta estuviera formada por proteínas en lugar del 15 por ciento habitual. El otro grupo recibió una dieta normoproteica -con un 12 por ciento de proteínas- durante doce semanas". Los resultados son extrapolables a humanos.
Se analizaron los marcadores de acidez en sangre y orina, se realizó una histología renal y se observó la cantidad de calcio que contenían los huesos. Las ratas que siguieron una dieta hiperproteica perdieron hasta un 10 por ciento de peso corporal, pero sin que se produjera una mejora paralela en el perfil de lípidos en plasma. Además, el citrato urinario fue un 88 por ciento inferior, y el pH urinario, un 15 por ciento más ácido. El peso del riñón de los animales sometidos a una dieta hiperproteica aumentó un 22 por ciento, y se incrementaron en un 13 por ciento el área glomerular y un 32 el área mesangial.
"Las dietas en las que sólo se obtiene energía a partir de las grasas ayudan a perder peso, pero alteran el proceso metabólico y producen muchos cuerpos cetónicos, debido a la ruptura del equilibrio ácido base", dice Aparicio. Sumado a la ausencia de prescripción de ejercicio y a la eliminación de frutas y verduras, "principal fuente alcalina, y que ayudan a regular el pH..., es un doble crimen porque no compensan lo que eliminan. Además, son una fuente importante de antioxidantes, por lo que su ausencia produce importantes deficiencias nutricionales".
Otro trabajo en el que ha participado Aparicio, que se publica en Food and Function, establece que no está demostrada la relación entre un mayor riesgo de osteoporosis y dietas hiperproteicas, ya que "cuando hay más pérdidas de calcio en el hueso, siempre que haya un aporte adecuado del mineral y de verduras y hortalizas, se absorbe más cantidad por vía intestinal".

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