El virus chikungunya, en riesgo de cambiar a endémico

El mosquito tigre, que está presente en nuestro entorno, es el vector. Cada año se detectan algunos casos de chikungunya.

Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com | 23/06/2014 00:00

Israel Molina, del Hospital Valle de Hebrón, en Barcelona. (Jaume Cosialls)

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La Agencia de Salud Pública de Cataluña (Aspcat) ha detectado tres casos importados de infección por el virus chikungunya. Se trata de tres mujeres de entre 27 y 57 años de edad que habían viajado recientemente a países del Caribe, donde esta enfermedad es endémica. Pero estos casos no son del todo excepcionales, ya que, a pesar de que se trata de una patología poco frecuente en nuestro entorno, cada año se diagnostican algunos enfermos, según ha explicado a Diario Médico Israel Molina, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Valle de Hebrón, de Barcelona y director del Programa de Salud Internacional del Instituto Catalán de la Salud (Prosics).

El virus chikungunya es originario de África, pero hace algunos años dio el salto a Asia y, más recientemente, a algunos países caribeños en los que el turismo europeo es mucho más frecuente y, con ello, mayor el riesgo de contraer esta infección. Según datos difundidos por la Aspcat, desde finales del mes de mayo se ha duplicado el número de casos de esta enfermedad en la República Dominicana, Martinica, Guadalupe, Haití, St. Martin y San Bartolomé.

El chikungunya se transmite por medio de la picadura de los mosquitos del género Aedes -en concreto, el llamado mosquito tigre- que desde hace algunos años se han instalado en nuestro entorno.

Aunque hasta el momento todos los casos de infección por este virus que se han diagnosticado son importados y no se ha detectado ninguno autóctono, el hecho de que el mosquito vector se haya integrado en la fauna local implica el riesgo potencial de que la zona se convierta en endémica en cualquier momento, especialmente en las regiones con más presencia del mosquito tigre, como el Maresme catalán. Sucede lo mismo con otras patologías de las que dicho insecto es vector, como el dengue.

Para que la enfermedad se transmita es necesario que el mosquito pique a una persona enferma durante la semana que pasa la fase de viremia y después a otras sanas. Aunque se trata de una posibilidad remota, según Molina, es un peligro que está latente, lo que pone sobre la mesa la necesidad de establecer estrategias preventivas.

Diagnóstico y terapia

El diagnóstico de esta infección se realiza con ayuda de una prueba de inmunocromatografía que es muy rápida pero también muy sensible, lo que da lugar a falsos positivos. La confirmación se realiza por medio de técnicas moleculares. En la mayor parte de los casos se trata de una enfermedad incómoda que puede causar fuertes dolores musculares y articulares, pero que no requiere un tratamiento específico.

Molina considera que los esfuerzos para luchar contra esta patología se deben centrar en el control del vector. Las principales medidas de prevención para las picaduras de mosquitos del tipo Aedes son eliminar los depósitos de agua, aplicar repelentes en la piel y utilizar prendas de colores claros que cubran la mayor superficie posible del cuerpo.