miércoles, 5 de noviembre de 2014

Las combinaciones terapéuticas son referente futuro en cáncer - DiarioMedico.com

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PUBLICADO EN SCIENCE

Las combinaciones terapéuticas son referente futuro en cáncer

Quimioterapia, inmunoterapia y tratamientos selectivos son la base. La tetraploidización se relaciona con  la acción de genes como P53.
Covadonga Díaz. Oviedo | dmredacción@diariomedico.com   |  05/11/2014 00:00
  

Guido Kroemer
Guido Kroemer,del Instituto Gustav Roussy, de París. (DM)
Los avances en la lucha frente al cáncer vendrán de la mano del diseño de combinaciones inteligentes de quimioterapia, inmunoterapia y terapias selectivas, según Guido Kroemer, del Instituto Gustave Roussy, de la Universidad de Paris, que ha participado en Oviedo en unas sesiones sobre cáncer, organizadas por la Fundación Alimerca, celebradas en Oviedo, donde ha puesto de relieve el análisis de la descripción de una alteración genética, la tetraploidización, y su manifestación en las etapas precancerosas, hallazgo publicado en Science.
La tetraploidización es una aberración que puede producirse por una división mitótica abortada de una célula diploide después de que ésta haya duplicado su genoma o también por la fusión de dos células diploides. La tetraploidización ocasiona cambios en la geometría de la célula, al tiempo que genera un proceso de estrés en el retículo endoplasmático, el lugar donde se sintetizan las proteínas de la célula. La tetraploidización es un estadio potencialmente peligroso, según ha explicado Kroemer, porque puede engendrar una división celular asimétrica, así como una distribución estocástica de su genoma cuando la división no se produce en dos células sino en tres o más.
  • Conocer la acción de las células tetraploides en fase precancerosa puede tender al diseño de estrategias de tratamiento con base de refuerzo en la respuesta inmune
Mecanismo endógeno 
En este proceso de división asimétrica, las células neoformadas generalmente no resultan viables y mueren inmediatamente o tras un periodo de latencia. Sin embargo, la acumulación de cambios puede dar lugar a que algunas de ellas escapen a esta apoptosis y adquieran la capacidad de resistir y proliferar.
Uno de los mecanismos para evitar la tetraploidización de las células es de carácter endógeno, ha explicado este investigador, y está relacionado con la acción de los genes supresores de tumores, como p53, "cuya actuación reduce la expectativa de vida de las células tetraploides y lleva a su destrucción. Frente a estos genes actúan los oncogenes que tratan de favorecer la división y supervivencia de las células tetraploides".
El estrés del retículo endoplasmático conlleva cambios en la superficie de la célula a través de la cual ésta se comunica con el exterior. "De hecho, la proteína soluble más abundante en el interior del retículo endoplasmático, la calreticulina, se traslada a la superficie de la membrana donde actúa como señal de peligro y mueve al sistema inmune, a través de los macrófagos y las células dendríticas, a fagocitar la célula estresada, es decir, activa una fagocitosis programada que conduce a la eliminación física de la célula".
La respuesta innata tiene continuidad a través de una respuesta adquirida, más elaborada, en la que participan los linfocitos T. "Así, cuando la célula que expone la calreticulina en la superficie es fagocitada por la célula dendrítica, presentadora profesional de antígenos, se pone en marcha una respuesta de los linfocitos T que destruye la célula tumoral que presenta las mismas propiedades antigénicas. Se pasa de una reacción local a una reacción sistémica o a distancia".
De este modo para que una célula tetraploide se pueda desarrollar deben confluir dos anomalías: supresión de los programas que abortan dichas células a través de mecanismos intrínsecos y que el sistema inmune se comporte de modo negligente.
Respuesta inmune 
El conocimiento de la acción de las células tetraploides en estados precancerosos puede ser de utilidad a la hora de diseñar estrategias de actuación frente al riesgo; de hecho, algunas moléculas anticancerosas están basadas en este mecanismo de actuación y su eficacia depende de la respuesta inmune que provoca.
Para Kroemer, si bien durante décadas se dio por sentado que la quimioterapia funcionaba únicamente porque conseguía la eliminación de las células tumorales, "hoy sabemos que su eficacia está en relación con un efecto indirecto como es la respuesta inmunológica que genera, de tal modo que se produce una acción del sistema inmunitario contra las células residuales".

Inmunoterapia en la vanguardia del abordaje

En la estrategia frente al cáncer, Kroemer tiene claro que los avances en las terapias selectivas no conllevarán una jubilación de la quimioterapia y augura una expansión de la inmunoterapia en los próximos años. "La mejora de las tasas de supervivencia vendrá de la mano de combinaciones inteligentes de quimioterapia, inmunoterapia y terapias selectivas". Uno de los avances más prometedores de la inmunoterapia se está consiguiendo en melanoma, pues se ensaya con un anticuerpo contra la molécula CTLA4 que activa el sistema inmune. Este procedimiento "que implica curación en el 20 por ciento de los casos de pacientes en estadio IV, puede no parecer óptimo pero los resultados son espectaculares teniendo en cuenta que hasta ahora eran cero".

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