jueves, 23 de julio de 2015

Analgesia psicológica, complemento al tratamiento del dolor - DiarioMedico.com

Analgesia psicológica, complemento al tratamiento del dolor - DiarioMedico.com



PROGRAMA EXPERIMENTAL EN SEVILLA

Analgesia psicológica, complemento al tratamiento del dolor

El Hospital San Juan de Dios del Aljarafe, de Sevilla, ha impulsado un programa experimental de analgesia psicológica basado en la psiconeuroinmunología para completar la atención sin abandonar el tratamiento convencional del dolor.
Carmen Cáceres | dmredaccion@diariomedico.com   |  23/07/2015 11:15
 
Carmen Delgado y Carmen Sánchez
Carmen Delgado y Carmen Sánchez. (Carmen Cáceres)
En la práctica clínica diaria hay pacientes que reciben tratamiento para el dolor crónico en unidades especializadas sin conseguir los resultados esperados. Desde el Hospital San Juan de Dios del Aljarafe, de Sevilla, han impulsado una nueva vía para complementar la atención a estos pacientes sin abandonar el tratamiento convencional del dolor. Se trata del programa de analgesia psicológica, basado en principios de psiconeuroinmunología, que contempla aspectos como técnicas de respiración consciente, de salivación e iniciación en la meditación.
El ser humano posee la capacidad de controlar de forma endógena la transmisión nociceptiva, aunque su mecanismo de acción último sigue siendo desconocido. "A este control endógeno, a esta capacidad de abolir o reducir la sensación de dolor manteniendo otras sensaciones como el tacto o la temperatura, se le llama de forma genérica analgesia psicológica", explica a Diario Médico, Carmen Sánchez Gutiérrez, anestesióloga del Hospital.
El proyecto, aún en fase experimental, cuenta con talleres formativos para los profesionales del centro impartidos por Sánchez junto con Carmen Delgado, enfermera especialista en Salud Mental del Hospital de Valme, de Sevilla. "El objetivo de estos talleres, cuya tercera edición tendrá lugar el próximo mes de noviembre, es dotarles de herramientas para ofrecer al paciente y a la familia una atención integral que les ayude a tener un papel más participativo frente a su enfermedad, tratamiento y evolución. Debemos enseñar al paciente -señala Sánchez- a dirigir el foco de atención hacia su salud, eligiendo pautas mentales positivas, emociones saludables, conductas preventivas y de recuperación mantenidas".
Beneficios para el pacienteEsta modalidad terapéutica no pretende sustituir a los medios tradicionales de tratamiento del dolor, sino servir de complemento a estos. Para el paciente supone una mejoría clínica que va a repercutir en su estado de ánimo y en su esfera afectiva sin efectos secundarios añadidos. "Estas técnicas también han demostrado un aumento significativo de las células NK y una reducción de los niveles de cortisol en diferentes muestras biológicas. Lo que pretendemos es que el paciente adquiera una nueva visión sobre su proceso y juegue un papel activo en su enfermedad y curación", ha dicho.
La analgesia psicológica tiene diversas aplicaciones. Se puede utilizar como preparación para una intervención quirúrgica o parto, reducir el dolor, disminuir los síntomas asociados a determinados tratamientos o mejorar el sistema inmunológico controlando la respuesta biológica ante el estrés. Cualquier paciente puede beneficiarse, especialmente los que padezcan dolor o vayan a ser sometidos a un procedimiento invasivo. Actualmente, en el hospital las aplican para reducir la ansiedad antes de canalizar una vía venosa, por ejemplo.
El primer paciente del programa fue un niño de ocho años que había sufrido una luxación traumática de codo y a través de técnicas de salivación, respiración y órdenes verbales consiguió anestesiar selectivamente el brazo lesionado. Se redujo la luxación sin emplear ningún tipo de sedación ni analgesia química, sin que el paciente notara el más mínimo dolor. "Desde entonces hemos utilizado estas técnicas para reducir el dolor y la ansiedad antes y después de la realización de procedimientos invasivos".
Para la preparación ante técnicas invasivas insisten en que la respiración sea lo más pausada posible tomando conciencia de cada ciclo respiratorio. Esta dinámica respiratoria hace que se controlen mejor determinados parámetros hemodinámicos como la tensión arterial y frecuencia cardíaca. Tras unos minutos se estimula la salivación mediante diversas técnicas. Una vez que el paciente ha conseguido estimular la salivación se centran en la parte del cuerpo que interesa anestesiar. En realidad es una técnica sencilla pero, al igual que la analgesia convencional, hay casos en los que no se consigue el efecto esperado. "Por ello insistimos en que este tipo de atención debe complementar a la analgesia y cuidados convencionales", concluye.

El dolor, compañero de viaje

Que el dolor es compañero de viaje del ser humano y nos ha hecho sobrevivir como especie es un hecho indiscutible. El problema surge cuando el dolor pierde su función biológica de señalar una lesión y persiste más allá del estímulo nocivo deteriorando la calidad de vida del paciente. Hasta ahora disponemos de un importante arsenal de medicamentos y técnicas invasivas para el tratamiento del dolor, pero en determinados casos estos recursos resultan insuficientes y el paciente se introduce en un circuito de consultas sin que se consiga finalmente el control sintomático. Este problema, omnipresente en cualquier sistema sanitario, nos ha hecho reflexionar sobre la increíble variabilidad interpersonal no solo en la percepción del dolor sino también en la forma en la que éste afecta a la vida del paciente. Por este motivo estamos estudiando cómo potenciar la capacidad del hombre de controlar de forma endógena la transmisión nociceptiva. Esta capacidad es una realidad, aunque su mecanismo de acción último sigue siendo desconocido, han explicado Carmen Sánchez y Carmen Delgado, anestesióloga y enfermera, respectivamente, del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe y del Hospital de Valme, de Sevilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario