Traducido del inglés: martes, 8 de diciembre, 2015
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
LUNES, 7 de diciembre de 2015 (HealthDay News) -- Los adultos jóvenes y de mediana edad que tienen pensamientos negativos sobre el envejecimiento podrían enfrentarse a un riesgo más elevado de enfermedad de Alzheimer décadas después, sugiere una investigación reciente.
La investigación comparó las actitudes tempranas sobre el envejecimiento expresadas por adultos sin ninguna demencia con los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer 30 años más tarde.
"Lo que hallamos es que las percepciones negativas sobre el envejecimiento sin duda se relacionan de forma significativa con los indicadores [del Alzheimer]", señaló la autora líder del estudio, Becca Levy, profesora asociada de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut.
Pero, ¿por qué? Levy dijo que el estudio no se diseñó para responder a esa pregunta. Y el estudio solo encontró un vínculo entre los estereotipos respecto al envejecimiento y un riesgo posterior de Alzheimer.
Pero Levy especuló que quizá una perspectiva pesimista sobre el envejecimiento aumente el estrés. Y a su vez, el estrés aumenta el riesgo de Alzheimer, apuntó.
"Sea lo que sea, el mensaje positivo de esto es que nuestra opinión sobre el envejecimiento es modificable", dijo. "Se puede cambiar. Si podemos reducir la discriminación por tener una edad avanzada y fomentar unas opiniones más positivas sobre el envejecimiento, eso podría tal vez ser una forma de reducir el riesgo de Alzheimer".
Otra experta duda que el estrés sea el único culpable.
Se necesita más investigación para comprender la asociación, dijo la Dra. Amy Kelley, profesora asociada del departamento de geriatría y medicina paliativa Brookdale de la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Es "una asociación interesante, pero es muy difícil de interpretar, porque en realidad hay una amplia gama de cosas, aparte del estrés, que quizá tengan algo que ver", planteó Kelley.
"Quizá los que tengan unas opiniones negativas no se molesten en hacer ejercicio. O tal vez coman menos bien", apuntó. "Mil procesos podrían tener un rol".
El Alzheimer es un trastorno cerebral progresivo que afecta a más de 5 millones de estadounidenses, la mayoría mayores de 65 años, según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer's Association).
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición en línea del 7 de diciembre de la revista Psychology and Aging.
El equipo de investigación se enfocó primero en más de 50 hombres y mujeres que no tenían demencia cuando se inscribieron en el Estudio longitudinal sobre el envejecimiento de Baltimore, que abarca varias décadas. Ese proyecto, iniciado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento en 1958, es el estudio estadounidense sobre el envejecimiento de más larga duración.
Años más tarde, todos los participantes se sometieron a IRM anuales del cerebro durante hasta 10 años, con un promedio de siete IRM por persona. La meta era precisar cualquier cambio en el tamaño de la región del hipocampo del cerebro, que se sabe que tiene un rol crítico en la regulación de la memoria.
Entonces, los resultados de los escáneres se compararon con las opiniones que cada participante había ofrecido un cuarto de siglo antes sobre 16 estereotipos, como "las personas mayores son despistadas".
Durante una década, los escáneres mostraron que todos los participantes experimentaron al menos algo de declive en el tamaño del hipocampo. Pero incluso tras tomar en cuenta factores como la edad, la educación y el sexo, los que tenían unas opiniones más sombrías sobre el envejecimiento décadas antes experimentaron unas reducciones en el tamaño significativamente mayores que los encuestados más optimistas, encontraron los investigadores.
Además, se encontró que los adultos que expresaron los estereotipos más negativos sobre el envejecimiento experimentaban el mismo grado de encogimiento en el hipocampo en tres años que el que experimentaron los que tenían opiniones más positivas en nueve años.
El equipo de investigación también realizó autopsias cerebrales de 74 participantes que murieron a una edad promedio de unos 89 años. Alrededor de tres cuartas partes eran hombres, y todos tenían a partir de 60 años de edad.
Los examinadores de las autopsias buscaron dos marcadores bien conocidos de la enfermedad de Alzheimer: unas aglomeraciones de proteína conocidas como placas amiloideas, y unas cuerdas retorcidas de proteína conocidas como nudos.
Entonces, se correlacionó la presencia de placas y nudos con las actitudes sobre el envejecimiento que los participantes fallecidos habían expresado casi tres décadas antes.
Una vez más, se halló que los que tenían las opiniones más negativas sobre el envejecimiento tenían una presencia significativamente mayor de placas y nudos, apuntaron los autores del estudio.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Becca R. Levy, Ph.D., associate professor, public health and of psychology, social and behavioral sciences division, Yale School of Public Health, New Haven, Conn.; Amy S. Kelley, M.D., MSHS, associate professor, Brookdale department of geriatrics and palliative medicine, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; Dec. 7, 2015, Psychology and Aging, online
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