Betabloqueantes para tratar el cáncer de próstata
El Médico Interactivo | 30 - octubre - 2017 2:44 pm
Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York, Estados Unidos, informan en un estudio publicado en Science que determinadas fibras nerviosas potencian el crecimiento del cáncer de próstata al activar un interruptor que hace que los vasos tumorales proliferen. Su investigación anterior, que reveló que los nervios alimentan el cáncer de próstata, les llevó a realizar un estudio piloto para probar si los betabloqueantes pueden destruir células cancerosas en pacientes diagnosticados con cáncer de próstata.
“Los tumores sólidos dependen de un suministro de sangre en expansión para prosperar”, dice el director del estudio, Paul Frenette, profesor de Medicina y Biología Celular y director del Instituto Ruth L. y David S. Gottesman para la investigación sobre Células Madre y Medicina Regenerativa en Einstein y miembro del Centro de Cáncer Albert Einstein designado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de Estados Unidos.
“Aquí mostramos que los nervios estimulan la proliferación de vasos sanguíneos que activan el crecimiento del tumor de próstata y que podemos cortocircuitar la estimulación nerviosa para prevenir la formación de nuevos vasos. Esto abre una estrategia completamente nueva para tratar el cáncer de próstata: una, utilizando fármacos ya existentes”, añade.
El cáncer de próstata es el segundo cáncer más común en los hombres tras el de piel. El Instituto Nacional del Cáncer estima que se diagnosticarán 161.360 nuevos casos de cáncer de próstata en 2017 y 26.730 hombres morirán de la enfermedad, lo que representa el 4,4 por ciento de todas las muertes por cáncer.
En un artículo de 2013, también en Science, la doctora Frenette y su equipo mostraron que las fibras nerviosas juegan un papel fundamental para ayudar a los tumores de próstata a desarrollarse y propagarse. Más específicamente, los autores encontraron que el sistema nervioso simpático promueve, generando noradrenalina, el crecimiento del tumor al unirse y estimular los receptores en las células tumorales del tejido conectivo.
En el estudio actual, los científicos utilizaron un modelo experimental de cáncer de próstata para determinar con precisión cómo los nervios dentro del tejido conectivo impulsan el crecimiento del tumor. Tras su liberación por las fibras nerviosas, la noradrenalina se une a los receptores en las células endoteliales que recubren la superficie interna de los vasos sanguíneos y esa unión de la norepinefrina a esos receptores desencadena un “cambio angio-metabólico” que altera la forma en que las células metabolizan la glucosa.
Para fabricar nuevos vasos sanguíneos, las células endoteliales, que habitualmente utilizan la fosforilación oxidativa para obtener energía de la glucosa, ahora dependían casi exclusivamente de la glucólisis. El uso de la glucólisis para metabolizar la glucosa es un fenómeno que se había observado previamente en las células cancerosas.
Para confirmar el papel de la noradrenalina en la activación de este cambio metabólico, los investigadores eliminaron un gen en su modelo experimental que codifica el receptor de noradrenalina en las células de los vasos, eliminando así el objetivo de unión de la noradrenalina. Luego observaron que las células que carecían del receptor estaban usando la fosforilación oxidativa en lugar de la glucólisis. Como resultado, la formación de nuevos vasos fue inhibida.
“La fosforilación oxidativa genera más energía que la glucólisis, detalla Frenette. Puede parecer contrario a la intuición, pero este aumento de energía provisto por la fosforilación oxidativa disminuye la función de las células endoteliales e inhibe la angiogénesis, la formación de nuevos vasos sanguíneos que sostienen el crecimiento del tumor”.
En el modelo experimental de cáncer de próstata del equipo de Frenette, la estimulación de la norepinefrina liberada por los nervios había permitido que las células endoteliales mantuvieran el uso de la glucólisis, posibilitando la rápida progresión del cáncer de próstata desde una etapa precancerosa de bajo grado a una etapa maligna de alto grado.
“Aunque necesitamos aprender más sobre el papel que desempeñan los nervios liberadores de norepinefrina en el cáncer de próstata, vale la pena explorar si los betabloqueantes pueden mejorar los resultados de la enfermedad”, dice Frenette, señalando que estos fármacos bloquean los efectos de noradrenalina y compuestos similares. Y apunta que estudios epidemiológicos retrospectivos han encontrado una reducción de las metástasis y mayor supervivencia en pacientes con cáncer de próstata que utilizan betabloqueantes.
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