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ESPAÑA
Día mundial de esta enfermedad
El paciente con sida, cada vez más complejo
DÍA MUNDIAL. El paciente con VIH/sida tratado en los centros españoles ha ganado en complejidad, a medida que su esperanza de vida ha aumentado. A los problemas propios de la convivencia con el virus, en estos enfermos se suman los del envejecimiento. Las herramientas para conocer el grado de calidad asistencial de las unidades especializadas ayudarán a los médicos en este camino cada vez más exigente a solventar posibles deficiencias. Por otro lado, un año más se hace patente la importancia de promover la prueba de detección entre la sociedad.
Sonia Moreno - Miércoles, 1 de Diciembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
El sida en 2010 es una enfermedad crónica que en la sociedad española está viviendo una llamativa sexualización. La especialista Concha Amador, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Marina Baxia (Alicante), comenta cómo en los últimos años la mitad de los nuevos diagnósticos por la infección (1.340 nuevos casos notificados en 2008) se atribuyen a la transmisión heterosexual, un 20 por ciento a las relaciones sexuales entre hombres y otro tanto a la transmisión parenteral. "Es una tendencia que lejos de remitir se mantiene cada año y que coincide con un repunte en otras infecciones de transmisión sexual, como la sífilis". Amador es la copresidenta del Congreso del Grupo de Estudio de Sida (Gesida), de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), que se está celebrando en Madrid.
Además de que la vía sexual gana terreno en los nuevos contagios, otro dato aportado es que la gran mayoría de los responsables de la transmisión del virus del sida desconocen su situación. De hecho, se estima que entre 120.000 y 150.000 personas están infectadas por el VIH, de los que casi un 30 por ciento lo desconoce. De ahí que en esta segunda edición del congreso uno de los temas destacados sea la importancia del diagnóstico temprano y las fórmulas para promoverlo.
Otro de los temas que centra más investigación y actividad asistencial es el impacto del envejecimiento. "Los pacientes con VIH/sida han aumentado considerablemente su esperanza de vida y el reto ahora es mantenerlos en las mejores condiciones de salud; además, se ha constatado que las alteraciones asociadas al envejecimiento, como cardiovasculares, óseas, renales y neurológicas, pueden aparecer antes en las personas que viven con la infección". Ello se produce, en parte, por la erosión que causa la convivencia con el virus en el organismo, en especial de tipo inflamatorio.
Razón suficiente para apostar por el inicio precoz en los pacientes con más edad: "La terapia antirretroviral se inicia en general cuando los niveles de linfocitos CD4 están por debajo de 350, pero en pacientes mayores de 55 años o con otros problemas asociados, como cardiovasculares o hepatitis crónica, se empieza aún más precozmente. A igualdad de linfocitos, la recomendación es empezar antes con el individuo de más edad".
El control de estos pacientes ha crecido, pues, en complejidad, por lo que Gesida, con el apoyo del Instituto Universitario Avedis-Donabedian, ha elaborado un documento de consenso sobre los indicadores de calidad asistencial para las personas infectadas por el VIH. El documento, presentado ayer en el congreso de Gesida y que acaba de publicar la revista de la Seimc, recoge 66 indicadores en las áreas de intervenciones de prevención, diagnóstico y evaluación, seguimiento de pacientes tratados, comorbilidades, índices de mortalidad e investigación, entre otras. De ellos, han seleccionado 22 indicadores (ver cuadro) considerados relevantes, esto es, que todas las unidades de VIH deberían tener monitorizados.
También al respecto de la calidad asistencial, la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida ha advertido del peligro de que los recortes económicos puedan llegar a afectar el tratamiento de los pacientes, con la sustitución de las combinaciones fijas de antirretrovirales por un mayor número de pastillas, aunque de momento ningún hospital ha adoptado esta medida.
La epidemia en el mundo
El número de las personas que se infectan con el virus del sida, así como el de muertes asociadas al sida, ha disminuido a nivel mundial con respecto a años anteriores, según se desprende del último informe de Onusida. En 2009, unos 2,6 millones de personas se infectaron por primera vez con el VIH, frente a los 3,1 millones de 1999. Se estima que 1,8 millones de personas fallecieron el pasado año como consecuencia del síndrome, mientras que fueron 2,1 millones los fallecidos en 2004. Sin embargo, aunque el número de nuevas infecciones por el VIH ha decrecido, por cada persona que inicia el tratamiento, dos contraen el virus, lo que se achaca a insuficientes inversiones en los programas de prevención.
Promover la prueba y eliminar el estigma
José Mª Gatell (Clínico de Barcelona), Daniel Zulaica (Plan de Prevención del Sida del País Vasco), Jorge del Romero (Centro Sanitario Sandoval), Tomás Hernández (Plan Nacional sobre Sida) y otros miembros del Comité de Expertos de la Plataforma VIH en España.
La segunda edición de VIH en España reunió en Barcelona a 130 de los principales expertos en VIH de España con el objetivo de promover el diagnóstico del VIH y las mejoras en el tratamiento. En España existen entre 120.000 y 150.000 personas infectadas por VIH, un tercio de las cuales lo ignora.
Eso supone que más de 40.000 personas desconocen que tienen VIH, dato que reviste especial gravedad si se tiene en cuenta que una parte importante de las nuevas transmisiones pueden ser atribuibles a ellas y que el retraso diagnóstico implica, además, graves consecuencias para la evolución de la salud de los propios afectados, pues a mayor tardanza del diagnóstico de VIH (y en nuestro país el 50 por ciento de los diagnósticos son tardíos), mayores son las posibilidades de padecer una enfermedad grave y el consiguiente diagnóstico de sida.
Desde las autoridades públicas estatales, las actuaciones que se están desarrollando para frenar la pandemia y promover el diagnóstico precoz se centran en tres ámbitos: sensibilizar, eliminar las barreras y facilitar el acceso. El primer eje se focaliza en el desarrollo de campañas informativas e intervenciones en los medios de comunicación, así como en acciones dirigidas a los colectivos profesionales, aliados imprescindibles en la promoción de la prueba del VIH. En relación al acceso, las actuaciones se centran en llegar a las poblaciones más vulnerables a través del uso de pruebas rápidas y a una diversificación de la manera de acceder que van desde las clínicas de ITS a los centros de salud, pasando por la farmacias, hospitales, centros de atención a los drogodependientes, entornos comunitarios y unidades móviles.
Por último, la eliminación de barreras comprende acciones orientadas a disminuir el estigma y la discriminación. En entornos no clínicos un ejemplo son las intervenciones en farmacias desarrolladas por el Plan de Prevención y Control del Sida del País Vasco, en el que ya han participado 3.300 personas. Los mecanismos de transmisión de la infección no han variado sustancialmente en los últimos años y el beneficio de la determinación de la situación serológica debe hacerse perceptible a la población con el objetivo de evitar que los infectados lleguen a ser presentadores tardíos.
De especial importancia son las especialidades como odontología, dermatología y atención primaria a la hora de detectar los marcadores clínicos, por lo que son necesarias las campañas de sensibilización y formación acerca de este problema dirigidas a los profesionales sanitarios de estos ámbitos para contribuir a reducir el diagnóstico tardío de personas infectadas por VIH. Finalmente, entre las medidas propuestas para evitar el estigma está disminuir percepción del VIH como "contagiosa" y las atribuciones de culpa a las personas con VIH.
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miércoles, 1 de diciembre de 2010
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