En la medicina ayurvédica, la curcumina, un componente de la especia cúrcuma, se lleva utilizando durante mucho tiempo. Pero en su forma natural, no se absorbe bien en el organismo. Sin embargo, a partir de un tipo especial de procesamiento, ha demostrado un fuerte efecto antiinflamatorio en ratones, según han indicado investigadores estadounidenses en la revista “PLOS ONE”.
Utilizando un proceso llamado nanoemulsión, investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Columbus mezclaron curcumina en polvo con aceite de ricino y glicol de polietileno, creando de este modo un fluido lleno de microvesículas que contienen curcumina. Esto permite al compuesto disolverse y ser absorbido más fácilmente por el organismo.
En ensayos con ratones que recibieron curcumina nanoemulsionada, el bloqueo de una proteína clave necesaria para esta respuesta inmune redujo de manera efectiva una reacción inflamatoria aguda. Para ello, se inyectó en los ratones un extracto de pared celular bacteriana que normalmente provoca una respuesta inmune. A continuación, los investigadores observaron cómo reaccionaba la proteína NF-kB, que desempeña un papel clave en la respuesta inmune.
Solo se observaron signos mínimos de activación de la proteína NF-kB en los ratones que habían recibido la curcumina nanoemulsionada. En contraste, la reacción de la proteína NF-kB fue 22 veces mayor en los animales que habían recibido la curcumina normal. Además, los investigadores observaron que la curcumina detuvo el envío de macrófagos, los cuales también contribuyen a la inflamación.
“Creemos que este nutracéutico se podría utilizar un día tanto como suplemento diario para ayudar a prevenir ciertas enfermedades como fármaco terapéutico para combatir la inflamación observada en muchas enfermedades. La distinción estribará entonces en la cantidad administrada; quizá una dosis baja para la prevención diaria y dosis más altas para la supresión de la enfermedad”, comentó el autor del estudio, Nicholas Young.
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