viernes, 16 de enero de 2015

El gasto en investigación médica se reduce en EE. UU., mientras crece a nivel global: MedlinePlus

El gasto en investigación médica se reduce en EE. UU., mientras crece a nivel global: MedlinePlus

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El gasto en investigación médica se reduce en EE. UU., mientras crece a nivel global

Asia gana terreno y EE. UU. pierde oportunidades de curar enfermedades importantes, señala un estudio
Traducido del inglés: miércoles, 14 de enero, 2015
Imagen de noticias HealthDay
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MARTES, 13 de enero de 2015 (HealthDay News) -- El gasto en la investigación médica se reduce en Estados Unidos, y esa tendencia podría tener graves consecuencias para los pacientes, los médicos y el sector de la atención sanitaria en conjunto, revela un análisis reciente.
EE. UU. pierde terreno ante Asia, muestra la investigación. Y si no se aborda, ese declive en el gasto podría arrebatar al mundo curas y tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, la depresión y otras afecciones que acosan a la raza humana, dijo el autor líder, el Dr. Hamilton Moses III, fundador y presidente del Instituto Alerion, un grupo de expertos con sede en Virginia.
Moses anotó que una gran expansión en la investigación médica que comenzó en la década de los 80 ayudó a revolucionar la prevención y el tratamiento del cáncer, y transformó al VIH/SIDA de una enfermedad letal a una afección crónica.
Pero entre 2004 y 2012, la tasa de crecimiento de la inversión se redujo a un 0.8 por ciento al año en Estados Unidos, frente a una tasa de crecimiento del 6 por ciento al año entre 1994 y 2004, anota el informe.
"Enfermedades comunes que son devastadoras no reciben tanto impulso como recibirían si la tasa anterior de inversión se hubiera sostenido", lamentó Moses.
Actualmente, EE. UU. gasta unos 117 mil millones de dólares al año en investigación médica, lo que representa alrededor del 4.5 por ciento de los gastos totales en atención sanitaria del país, informan los investigadores en la edición del 13 de enero de la revista Journal of the American Medical Association.
Los recortes en la financiación gubernamental son la principal causa de la decreciente inversión en investigación, hallaron. Por otro lado, la parte de la financiación de la investigación médica en EE. UU. que proviene del sector privado ha aumentado a un 58 por ciento en 2012, frente al 46 por ciento en 1994.
Esto ha hecho que la proporción total de la financiación global (tanto pública como privada) de la investigación de Estados Unidos se reduzca del 57 por ciento en 2004 al 44 por ciento en 2012, anotó el informe.
Aunque Estados Unidos sigue manteniendo su preeminencia en la investigación médica, los países asiáticos amenazan con ponerse a la cabeza. Asia, sobre todo China, triplicó la inversión, de 2.6 mil millones en 2004 a 9.7 mil millones en 2012, según el informe.
"No hay duda de que nos debe preocupar el declive en EE. UU. en la inversión global para la investigación médica", planteó el Dr. Victor Dzau, presidente del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias, que escribió un editorial que acompaña al estudio. "Si seguimos por el mismo camino, perderemos nuestra innovación y competitividad globales".
Comienzan a verse señales del declive, anotaron los autores. China presentó el 30 por ciento de las solicitudes globales de patentes de ciencias biológicas en 2011, frente al 24 por ciento de EE. UU. Entre 1981 y 2011, la proporción de patentes de "alto valor" presentadas en Estados Unidos por inventores estadounidenses se redujo del 73 al 59 por ciento, mientras que todos los demás países analizados aumentaron su proporción.
Perder la carrera para patentar nuevas tecnologías médicas podría pasar una tremenda factura a los estadounidenses, advirtió Moses.
"Los científicos tienden a creer que la ciencia que se hace en cualquier sitio se puede aplicar a todos los sitios, pero en los avances patentados, la movilidad entre fronteras con frecuencia se restringe debido al ejercicio de esos derechos", comentó. "Si China, Singapur o India patentan sus innovaciones de forma promiscua y generalizada, quizá eso pueda limitar las aplicaciones, y sin duda aumentaría el costo de esas aplicaciones".
Aunque la reducción en el gasto gubernamental ha conducido a ese declive, Moses no cree que la solución la tenga el gobierno federal.
En lugar de ello, los autores recomiendan una serie de nuevas fuentes potenciales de financiación, que incluyen:
  • Cambios en las leyes sobre los impuestos que permitirían a las compañías traer dinero que ahora está en cuentas en el extranjero a Estados Unidos, siempre y cuando ese dinero se use para la investigación. "Si se toma el 10 por ciento de los fondos repatriados, se podría duplicar, triplicar o cuadruplicar el dinero disponible para la investigación", señaló Moses.
  • La creación de "bonos para la investigación biomédica" emitidos por el gobierno federal y los gobiernos estatales y locales, similares a los usados para financiar aeropuertos y estadios deportivos.
  • Fideicomisos de innovación en la investigación que fomenten asociaciones entre entidades públicas y privadas para la investigación médica, y por los que los inversionistas recibirían créditos en los impuestos.
  • Casillas en la declaración de la renta que permitan a las personas especificar que una parte de sus impuestos anuales se asignen a la investigación médica. California, Maryland, Nueva York y Oregón ya han hecho de la ciencia una prioridad mediante el uso de casillas en la declaración de la renta, anotaron los autores.
"EE. UU. no ha perdido el camino en la investigación", dijo Moses. "Somos los líderes científicos según todos los estándares del mundo. Sería ideal que Estados Unidos mantuviera su impulso al fortalecer la financiación".
Dzau llamó a una nueva visión estratégica para la investigación en Estados Unidos. "Sea cual sea la investigación y el desarrollo que realicemos, nos falta una visión general de dónde debemos estar", planteó. "Necesitamos una estrategia nacional y un presupuesto más predecible".

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Hamilton Moses III, M.D., founder and chairman, Alerion Institute, North Garden, Va.; Victor Dzau, M.D., president, Institute of Medicine of the National Academy of Sciences; Jan. 13, 2015, Journal of the American Medical Association
HealthDay
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