Traducido del inglés: miércoles, 29 de abril, 2015
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
MARTES 28 de abril de 2015 (HealthDay News) -- Un nuevo estudio halló que las niñas que se encuentran en el extremo más leve del espectro autista tienden a ser diagnosticadas más tarde que los niños, posiblemente debido a que sus síntomas son menos graves.
Los médicos diagnosticaron a las niñas con síndrome de Asperger y trastorno generalizado del desarrollo meses más tarde que a los niños que tenían los mismos trastornos, de acuerdo con el estudio.
Esto parece deberse a que en las niñas el autismo leve se presenta como torpeza social y es menos evidente que los síntomas físicos que muestran los niños con autismo leve, señaló el doctor Paul Lipkin, coautor del estudio y director de la Red Interactiva de Autismo del Instituto Kennedy Krieger en Baltimore.
"Los problemas de las niñas parecieron mayores en términos de interpretación social, que claramente es más sutil y menos evidente", dijo Lipkin. "Los niños eran peores que las niñas en áreas que involucran comportamientos repetitivos o gestos inusuales. Los problemas que los niños estaban teniendo eran obvios y más fáciles de reconocer".
Los trastornos del espectro autista son un grupo de problemas del desarrollo que pueden provocar importantes desafíos sociales, comunicativos y de comportamiento de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (U.S. Centers for Disease Control and Prevention). El CDC calcula que uno de cada 68 niños estadounidenses tiene un trastorno del espectro autista.
Los resultados del nuevo estudio se presentaron el martes en la reunión anual de las Sociedades Pediátricas Académicas en San Diego. Los resultados que se presentan en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta no ser publicados por una revista sancionada por colegas.
El autismo se observa con mayor frecuencia en niños que en niñas, lo cual ha planteado la pregunta de si algunas niñas con autismo no están siendo diagnosticadas.
"Sabemos que existe esta proporción desequilibrada, con alrededor de cuatro veces más niños que niñas siendo diagnosticados y no sabemos a qué se debe", dijo el doctor Paul Wang, vicepresidente sénior de investigación de Autism Speaks, un grupo de defensa del autismo.
Este retraso en el diagnóstico puede resultar en un camino más complicado para las niñas con autismo, ya que los resultados son mejores en menores con autismo cuando el trastorno es detectado y tratado temprano, dijo Wang.
Par explorar esta diferencia de género, los investigadores analizaron datos de la Red Interactiva del Autismo (Interactive Autism Network, IAN), un registro en línea con casi 50,000 individuos y familiares afectados por el trastorno de espectro autista.
En el registro, la edad del primer diagnóstico está disponible para cerca de 10,000 niños, y más de 5,100 habían completado una prueba llamada Escala de Receptividad Social (Social Responsiveness Scale), la cual identifica la presencia y gravedad de la discapacidad social.
Los investigadores encontraron que los niños y las niñas con un autismo grave "clásico" recibieron un diagnóstico aproximadamente al mismo tiempo, dijo Lipkin.
Pero las niñas con trastorno generalizado del desarrollo, una afección asociada al autismo que tiene un impacto en el desarrollo de muchas habilidades básicas, tendieron a recibir un diagnóstico a una edad promedio de 4 años, comparado con los 3.8 años de los niños.
Este también fue el caso de las niñas a las que se les diagnosticó síndrome de Asperger. Las niñas recibieron un diagnóstico de esta afección, que afecta el desarrollo del comportamiento y el lenguaje, a una edad promedio de 7.6 años, contra 7.1 años para los niños.
Los investigadores también encontraron que las niñas exhibieron síntomas de autismo notablemente diferentes a los niños.
Las niñas batallaron más con la habilidad para reconocer las pautas sociales e interactuar con otros. Tuvieron problemas para interpretar las peticiones que se les hicieron, entendieron las cosas de manera demasiado literal, batallaron para entender las bromas y no pudieron interpretar el tono de voz de las personas o sus expresiones faciales, según Lipkin.
Por su parte, los niños exhibieron muchos más síntomas físicos. Ellos participaban en comportamientos repetitivos, como girar el volante de un juguete una y otra vez por largos periodos de tiempo, así como en gestos inusuales como agitar las manos, dijo Lipkin.
La investigación actual sobre el autismo ahonda en estas diferencias entre los niños y las niñas, para entenderlas mejor y mejorar los diagnósticos para las niñas, dijo Wang.
Por ejemplo, algunos investigadores están siguiendo bebés que nacieron en familias que ya tienen a un miembro con autismo, lo que quiere decir que tienen un riesgo mayor de desarrollar este trastorno.
"Puedes empezar a seguirlos desde una edad muy temprana para ver que está sucediendo con ellos", dijo Wang. "Ese es el tipo de investigación que con suerte iluminará esto".
Mientras tanto, los padres no deben de pasar por alto síntomas potenciales en las niñas, y los médicos deben de estar atentos a cualquier niña que parezca tener un problema de desarrollo, dijo Wang.
"Los padres en verdad necesitan estar atentos al desarrollo social del niño o niña y no esperar que las niñas tengan los mismos problemas que los niños", dijo. "Si sospechan que algo no está bien, en verdad necesitan decírselo a su proveedor de atención médica o a alguien en la escuela del niño para que se pueda investigar a profundidad".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Paul Lipkin, M.D., director, Red Interactiva de Autismo, Instituto Kennedy Krieger, Baltimore; Paul Wang, M.D., vicepresidente sénior de investigación médica, Autism Speaks; Presentación, reunión anual de las Sociedades Académicas Pediátricas, San Diego, 28 de abril de 2015
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