Los nuevos anticoagulantes orales se abren a un mayor número de pacientes
Hoy se ha presentado en Madrid un Informe destinado a difundir las innovadoras posibilidades terapéuticas y preventivas de los Nuevos Anticoagulantes Orales (NACOs).
El Informe “Adecuación de los NACOs en España”viene a plantear nuevas opciones terapéuticas para una parte muy significativa de los 800.000 pacientes que siguen tratamientos anticoagulantes en España, con objeto de prevenir trombo-embolismos tan peligrosos como elictus. El encuentro con periodistas tuvo lugar en un hotel de Madrid y, durante el mismo, se recordó el gran impacto sanitario, social y económico que tienen los citados accidentes cerebrovasculares, cifrado actualmente en el 5% del gasto sanitario total. Además, como resaltó el profesor Julio López Bastida, de la Universidad de Castilla-La Mancha, este tipo de eventos son la primera causa de muerte en la población femenina, además de ser igualmente causa de innumerables situaciones de discapacidad en personas adultas. Como se dijo durante el encuentro, los NACOs han llegado al arsenal terapéutico de los hospitales y la Atención Primaria para superar la limitaciones asociadas a la anticoagulación tradicional. Para evitar ictus y hemorragias graves, los nuevos anticoagulantes utilizan un porcentaje de determinaciones de INR en rango, o tiempo en rango terapéutico (TRT). Sus dosis fijas suponen un avance porque evitan la monitorización de los pacientes, con sus desplazamientos a los centros de Salud incluidos, tan característicos del Sintrom.
El doctor José Ramón González-Juanatey, jefe de Cardiología en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, explicó que los nuevos NACOs sólo se utilizan cuando falla el control efectivo de la coagulación con Sintrom, tras un ictus o, incluso, tras un segundo accidente cerebrovascular. De esta forma, aseguró, únicamente el 15% de los pacientes que deberían ser anticoagulados con NACOs, reciben este tipo de tratamiento. Sin embargo, también advirtió que ya es posible detectar a priori a aquellos pacientes en los que el Sintrom no será efectivo. Según un “score” (puntuación de variables de pacientes) validado en España es posible disponer de indicadores clínicos que permitan detectar e incorporar esos nuevos pacientes al territorio de los NACOs. Estos medicamentos vienen avalados por las guías de las sociedades europeas de Cardiología. Juanatey, que lideró el primer estudio de coste-efectividad sobre NACOs que se hizo en España y se publicó en la revista española de Cardiología, insistió en que hay que ir más allá del coste de la “pastillas”, siendo necesario calcular el coste de los problemas derivados de una mala anticoagulación. Según aseveró, Europa determina que se deben financiar todos los tratamientos que, por debajo de 30.000 euros anuales, permitan añadir un año de vida al paciente, con calidad. Así, desde una avanzada anticoagulación que puede oscilar entre los 4.000 y los 7.000 euros, se puede evitar tratamientos que superan largamente los 30.000 euros una vez que ocurre, por ejemplo, una hemorragia intracraneal debida a una mala anticoagulación. Como ejemplo de ello, el profesor López Bastida citó algunos costes sociales, como lo que supone tener un cuidador para una persona que haya sufrido un trombo-embolismo con resultado de incapacidad: 9.000 euros al año.
Finalmente, y para conocer la financiación selectiva para pacientes prioritarios que se ha estipulado para los NACOs, la doctora Cristina Avendaño, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica, disertó sobre el Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT) que acompañó a la entrada de estos medicamentos en el mercado de la anticoagulación, bajo los criterios de coste-eficacia e impacto presupuestario. Sin embargo, añadió la doctora, de facto se están produciendo limitaciones al acceso a los NACOs en determinadas comunidades autónomas y en el ámbito hospitalario, contraviniendo claramente la validación positiva que se ha dado a estos fármacos para ser financiados dentro del SNS y que ha sido también respaldada en las guías de práctica clínica.
PIE DE FOTO: Julio López Bastida, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha; la doctora Cristina Avendaño, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC); la doctora Carmen Suárez, jefa de Medicina Interna en el Hospital Universitario de La Princesa; y el doctor JoséRamón González-Juanatey, jefe Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
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