El Hospital La Arruzafa devuelve parte de la visión a una mujer ciega implantando un ojo biónico
El centro oftalmológico se convierte en uno de los pocos hospitales del mundo en realizar este procedimiento a una paciente con retinosis pigmentaria, invidente desde hace casi tres décadas.
Un hito para la Historia de la Medicina. El equipo de oftalmólogos del Hospital Innova OcularLa Arruzafa de Córdoba -perteneciente a la red de clínicas de Microcirugía Ocular de mayor prestigio y tradición de España, Innova Ocular-, encabezados por el director médico del centro, el doctor Juan Manuel Laborda, ha conseguido por primera vez en Andalucía implantar el ojo biónico a una mujer que llevaba más de treinta años sin poder ver como consecuencia de una patología que la dejó ciega.
La paciente, de nombre Josefa Jiménez Rodríguez, natural de Córdoba y de sesenta y dos años, ha celebrado el pasado 15 de junio su último cumpleaños viendo las velas que tenía que apagar, algo que no podía hacer desde la década de los 90, cuando perdió la visión en ambos ojos tras sufrir una enfermedad hereditaria y degenerativa denominada retinosis pigmentaria.
La intervención, que se llevó a cabo el pasado 27 de abril, ha consistido en el implante, mediante acceso al globo ocular, de un dispositivo capacitado con nanotecnología y dotado de sesenta electrodos que tienen como misión estimular la conexión que llega desde la retina hasta el cerebro con el objetivo de que éste reciba señales visuales que permitan subsanar la pérdida degenerativa del campo visual.
La cirugía que se le ha practicado consiste en “implantar un chip con electrodos en la mácula, en el centro de la retina, para que estos sean estimulados con un sistema que va por fuera del ojo a través de una videocámara”, señala el oftalmólogo Juan Manuel Laborda, director médico del Hospital La Arruzafa y máximo responsable de la intervención.
En esta línea, Laborda, señala que “la mayor dificultad ha residido en el implante, en mover todas esas piezas alrededor del ojo sin dañarlas en ningún momento, porque es un sistema muy sofisticado de electrodos y filamentos. Los movimientos tienen que ser muy precisos”, apunta.
De igual manera, explica que “a nivel emocional, la intervención impacta mucho por lo que significa, por lo que estás haciendo y cómo lo vas a hacer. Es muy estresante, porque no se trata de una cirugía al uso. Se necesita mucho personal y un equipo alrededor muy cualificado y pendiente de que todo salga según lo previsto”, concreta. La intervención realizada por el dotor Juan Manuel Laborda y su equipo ha consistido en una compleja operación seccionada en una decena de procesos de cirugía donde, en primer término, se accede al globo ocular mediante disección de la conjuntiva para llegar a la parte posterior de los músculos que lo rodean y así proceder a la fijación extraocular del implante a modo de cerclaje.
La operación, que duró casi cinco horas, y en la que se usaron cinco tipos de vías de entrada intraocular y un instrumental específico y exclusivo para este tipo de cirugía, se interrumpe hasta en seis ocasiones, según el protocolo para realizar procesos de chequeo del implante. El equipo al completo que ha realizado esta intervención está compuesto por las enfermeras Inmacula Porcuna Rivas, Ana Porcuna Rivas, Laura Delgado Serrano y María del Mar Castillo; el anestesista Ernesto Mohedano; la optometrista Alicia Navarro; y los oftalmólogos Juan Manuel Cubero Parra y Juan Manuel Laborda, todos del Hospital La Arruzafa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario