Investigadores de Andalucía, Australia y Alemania detectan riesgo patológico en la movilidad genómica de las células madre
El estudio de las células madre ha unido a científicos del sistema sanitario público de Andalucía y expertos de Alemania y Australia, descubriendo que determinados genes “saltarines” en las células madre pluripotenciales pueden tener alto componente patogénico.
Actualmente, la reprogramación celular tiene amplia aplicación en la búsqueda de tratamientos para patologías muy variadas a las que la farmacoterapia de base química no puede ofrecer ya soluciones significativas. En ese terreno, las células madre pluripotenciales inducidas humanas (o células HiPS, por sus siglas en inglés), tan parecidas a las células madre embrionarias, abren un campo terapéutico muy amplio. Sin embargo, parece que la movilidad de los genes que se produce en determinadas terapias basadas en dichas células madre podrían representar un riesgo patogénico hasta ahora no contemplado, comprometiendo la seguridad de los nuevos tratamientos.
Según ha informado la Consejería de Salud de Andalucía, científicos del Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica, Genyo,radicado en Granada, han participado en un trabajo internacional destinado a conocer las alteraciones que pueden producirse durante la reprogramación y el cultivo de células madre pluripotentes inducidas humanas. La investigación que fue publicada en la revista NatureCommunication fue desarrollada, en la parte española, por el doctor José Luis García-Pérez, en colaboración con los doctores Geoffrey Faulkner, científico del Instituto de Investigación de la Universidad de Queensland (Australia) y Gerald Schumann, director del departamento de Biotecnología Médica del Paul Ehrlich Institut (Alemania), siendo este último el investigador principal del proyecto. Sus principales conclusiones fueron que la reprogramación y el cultivo de células HiPS puede afectar a la seguridad de las terapias, debido a la movilización de elementos flotantes dentro del genoma. Estos elementos genéticos móviles, denominados LINE-1, también son conocidos como genes “saltarines”, por su capacidad para replicarse y expandirse por todo el genoma, mediante un mecanismo de retrotransposición. Dicho mecanismo multiplica copias del elemento LINE-1 en otras partes del genoma. Estos genes que saltan pueden verse alterados y contribuir al desarrollo de tumores o enfermedades genéticas, cuando los mecanismos naturales de las células del organismo no pueden bloquear su movilidad. Esto fue constatado por el doctor García-Pérez mediante la comparación realizada entre los genomas de 8 líneas HiPS y células parentales diferenciadas, obtenidas mediante reprogramación celular, y observadas a través de secuenciación de alto rendimiento.
Durante el estudio, los investigadores analizaron, si los genes son capaces de propagarse por todo el genoma, y dar lugar a nuevas mutaciones genéticas, afectando negativamente a laseguridad de las terapias celulares. Confirmando que los elementos móviles tipo LINE-1 se movilizan con frecuencia en estas células. Junto a eso se observó, como ocurre dentro del organismo humano, que determinadas inserciones provocan la desactivación de los genes, actuando como mutantes por inserción.
Lejos de descartar la búsqueda de nuevas posibilidades terapéuticas, el grupo de trabajo liderado por el doctor García-Pérez dentro del Genyo, sigue desarrollando estrategias químicas y genéticas que eviten el fenómeno de la movilidad, con el objetivo de que las células madre reprogramadas puedan seguir teniendo utilidad terapéutica. Genyo es un espacio para investigación de excelencia dedicado a comprender la base genética de las patologías, especialmente oncológicas. Entre otras vías, estudia el efecto de la herencia genética en la respuesta del organismo a determinados fármacos. Sus 3 grandes áreas de investigación son laMedicina Genómica, la Oncología Genómica y la Farmacogenómica. Dada su naturaleza y especialización, el centro investigador se alinea con el Cabimer de Sevilla y el Bionand de Málaga; además de colaborar con institutos de investigación sanitaria, hospitales y centros asistenciales dedicados a dar respuesta a múltiples problemas de Salud.
PIE DE FOTO: La movilidad de componentes dispersos por el genoma puede afectar negativamente a nuevos tratamientos basados en el uso de células madre
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