Natalia García. Madrid | nataliag.castano@unidadeditorial.es | 30/09/2016 11:01
La urticaria crónica por definición se considera que se establece por encima de las 6 semanas de duración, pero el brote puede durar entre seis meses y tres años, y en un porcentaje más pequeño de pacientes, más de 5 años. Según Ana Giménez Arnau, coordinadora de la Unidad para Estudio de la Urticaria Crónica del Hospital del Mar de Barcelona, "hay pacientes que tienen más de un brote de urticaria crónica espontánea a lo largo de la vida. El picor interfiere mucho en la vida diaria y el sueño, y a esto acompañan las crisis de angioedema, imprevisiblesy que provocan la hinchazón de partes del cuerpo como los ojos o los labios, las palmas de las manos o los pies de uno a tres días".
Asimismo, Giménez Arnau ha enfatizado la necesidad de reducir la demora en el diagnóstico y el manejo, que de acuerdo a los resultados de algunos estudios observacionales, se alarga hasta los 24 meses. Para Giménez Arnau, la solución pasa por "predicar y educar. Muchas veces el mensaje descorazonador inicial hace que el enfermo desconfíe y se canse. Los cambios de medicación sin orientación y sin seguir un plan decepcionan al paciente. Muchos conviven con su trastorno en silencio".
Por otro lado, la experta del Hospital del Mar ha especificado ciertas necesidades del paciente con urticaria crónica, subrayando la importancia de que el paciente conozca bien la enfermedad y a sí mismo: "ha de aprender a controlar por sí mismo la enfermedad con herramientas que le ayuden a valorar cómo se encuentra y cómo evoluciona".
Tratamientos más seguros
Giménez Arnau ha destacado, por otra parte, las crisis de angioedema como "un síntoma especialmente visible y aparatoso desde un punto de vista estético y que incapacita al paciente, que tiene que anular sus actividades". Otras variedades de urticaria crónica, aquellas que se pueden desencadenar por factores físicos, incapacitan actividades como la exposición al sol, la exposición al frio o bien el ejercicio físico (urticaria colinérgica), lo que la convierte en una enfermedad muy limitante que deteriora considerablemente la calidad de vida de quien la padece.
Sin embargo, tal y como afirma Giménez Arnau, los nuevos tratamientos como el omalizumab no solo precisan unas dosis inferiores a las que se utilizan para el manejo del asma, sino que también son más seguros y puede extenderse su utilización tanto como la enfermedad lo requiera, lo que implica que los pacientes "pueden vivir. Aquellos que responden lo hacen de forma espectacular".
Juan Francisco Silvestre, miembro de la
Asociación Española de Dermatología y Venereología, que también ha querido unirse a la conmemoración del día mundial, ha asegurado que "el 20 por ciento de la población sufre al menos un episodio de urticaria aguda al menos alguna vez en su vida. Y en España
el 0,6 por ciento de la población padecerá una urticaria crónica". Además, ha afirmado que se trata de una enfermedad muy limitante y que altera en gran medida la calidad de vida de los pacientes tanto por la sensación de "gravedad" durante sus episodios como por la imprevisibilidad de los mismos.
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