La secuenciación de fármacos abre nuevas posibilidades en cáncer de pulmón
El abordaje del cáncer de pulmón reclama el uso secuencial de fármacos para impedir la progresión tumoral, a la espera de poder cronificar la enfermedad en todos los casos. Un objetivo todavía esquivo, al que ayudarán la imnunoterapia y los nuevos biomarcadores.
La Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), y la multinacional Boehringer Ingelheim, celebraron este martes, 21 de noviembre, un encuentro con periodistas en salud, destinado a difundir las razones por las que el cáncer de pulmón sigue siendo el tumor maligno con peor pronóstico global. Aunque también hubo argumentos para recordar que es un tipo de cáncer en el que ha habido importantes avances terapéuticos en los últimos años.
La sesión, que se celebró en la Asociación Madrileña de la Prensa (APM), contó con la moderación del presidente de ANIS, Emilio de Benito, quien recordó que los principales impedimentos para reducir la mortalidad son que el diagnóstico tardío (80% de los casos), que biopsiar es tarea difícil, cuando el acceso es profundo, y que las muestras tumorales son de naturaleza heterogénea en considerables casos.
Pie de foto: Dr Jesús Corral (Quirón-Oncoavance, Sevilla)
Correspondió al doctor Jesús Corral, especialista del Servicio de Oncología Médica de Quirón-Oncoavance (Sevilla) resumir la ínformación sobre este campo de la oncología, en virtud de los últimos avances registrados. Como primera acotación, Corral informó que este tipo de cáncer es el que más mujeres mata, después de los de mama y colon, y hombres, tras el cáncer de próstata.
Corral recordó que la edad avanzada, el sexo masculino, el ECOG, o estado en el que se encuentra el paciente, y, especialmente el tabaco, son los principales factores de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Una enfermedad que cuando se manifiesta es ya avanzada en el 80% de los casos y para cuyo cribado sólo se perfila como importante esperanza la biopsia líquida, capaz de detectar micro RNA en sangre. Ya que descartó Corral el uso masivo de TAC, incluso para poblaciones de riesgo, dado el coste extremo que tendría. Al margen de que en Estados Unidos se descubriera que esta prueba de screenning aumenta los diagnósticos en un 20%, con el riesgo añadido de radiación.
El oncólogo se detuvo en el estadio IV del cáncer de pulmón que corresponde a 8 de cada 10 diagnósticos, y que encierra un peor diagnóstico. Cuando ya han aparecido las metástasis, no procede hacer la segmentotomía, aún practicable en estadio III. Por eso se opta por la quimioterapia más adecuada para el paciente. Aunque también se pueden administrar terapias dirigidas, antiangiogénicos e inmunoterapia, esta última caracterizada por su inferior tóxicidad.
En general se ha observado, que la mutación en ALK afecta al 3% de los tumores, mientras que la que se detecta en EGFR supone el 10%. A las que se pueden sumar las detectadas en BRAF y PDL-1. Todas ellas suponen el 50% de los casos, y son buenas candidatas a recibir terapias dirigidas. Para el resto, como concretó Corral, la mejor opción es la quimioterapia en combinación con inmunoterapia.
En el caso de ALK, el ponente estimó que sus inhibidores pueden ofrecer supervivencias de 5 años, al combinar antiangiogénicos e inmunoterapia. Aunque también afirmó que se puede recurrir a la doble inmunoterapia, en espera de los nuevos fármacos que se autoricen en 2018.
A continuación, el oncólogo comentó tres casos de su experiencia clínica directa: una larga superviviente tras sufrir diferentes metástasis, un profesional joven que puso su vida en riesgo por el tabaco y una joven deportista profesional a quien el cáncer de pulmón pudo interrumpir su carrera. Todos ellos tuvieron en común, su larga supervivencia, a pesar de tener un diagnóstico tardío,y la fortuna de poder entrar en ensayos clínicos con fármacos realmente innovadores. Motivo por el que el ponente consideró imprescindibles los comités multidisciplinares de tumores y que los clínicos trabajen estrechamente con los investigadores traslacionales. En cuanto a la participación de pacientes en ensayos clínicos, el oncólogo estimó que es una realidad con mayor oferta en Madrid y Barcelona, pero que en otros lugares también está habiendo una verdadera expansión. Como en el caso del Hospital Virgen del Rocio de Sevilla, en cuyo servicio de oncología médica trabajó.
En el primer caso, se detectó con un TAC un adenocarcinoma estadio III a una mujer joven (47 años) en la Clínica Unversidad de Navarra. Aunque no suele hacerse, se le operó, además de utilizar quimioterapia y radioterapia. Seguidamente, un PET-TAC descubiró una metástasis cerebral que fue tratada con radioterapia estoerotáctica. Al descubrírsele más tarde una traslocación en ALK, entró en ensayos clínicos con Crizotinib, el inhibidor de ALK EC LDK378, Alectinib y Lorlatinib, logrando una supervivencia de siete años. En todo el proceso se descubrió una metástasis intramedular que le produjo discapacidad motora.
En el segundo caso, un fumador presentó tumor primario en pulmón y metástasis en hígado y glándula suprarrenal. Por ser un cáncer de células escamosas no se pudieron determinar mutaciones. Sin embargo, un ensayo con la terapia inmunológica Pembrolizumab, detuvo su enfermedad y le permitió volver a su vida normal. Dicha terapia tiene un coste de 4.000 euros cada 21 días de tratamiento.
En el tercer caso, una deportista empezó a sentir ahogos y se le detectó un cáncer de pulmón con mutación en EGFR y una posterior metástasis en el cerebro. El tratamiento con Afatinib y AZD9291 (Osimertinib), curó la lesión cerebral y redujo mucho la pulmonar, de forma que pudo volver a practicar deporte.
Con todos estos casos, el doctor Corral quiso transmitir que la secuenciación de fármacos, o su uso de manera sucesiva en el tiempo, suponen mejores opciones de personalización del tratamiento para los pacientes, especialmente si tienen la suerte de poder participar en ensayos clínicos.
Pie de foto: Emilio de Benito (ANIS)
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