JUEVES, 2 de noviembre de 2017 (HealthDay News) -- Ciertas áreas de la estructura cerebral podrían hacer que algunas personas sean menos propensas a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Esa es la conclusión de un nuevo estudio que podría conducir a nuevas formas de prevenir o ralentizar la enfermedad que destruye la memoria, afirmaron los investigadores.
En el estudio, los investigadores analizaron muestras cerebrales de pacientes de clínicas de la memoria, y encontraron que la presencia de unas espinas dendríticas (las conexiones entre las neuronas) sanas ofrece protección contra el Alzheimer en personas cuyos cerebros tienen las proteínas asociadas con la enfermedad.
Los hallazgos, publicados en una edición reciente de la revista Annals of Neurology, son los primeros de su tipo, según los autores del estudio.
"Uno de los precursores del Alzheimer es el desarrollo en el cerebro de unas proteínas llamadas amiloidea y tau, a las cuales nos referimos como la patología del Alzheimer", comentó el autor líder del estudio, Jeremy Herskowitz.
Herskowitz es profesor asistente en el departamento de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Alabama en Birmingham.
"Sin embargo, más o menos un 30 por ciento de la población que envejece tiene una acumulación de amiloidea y tau, pero nunca desarrollan demencia. Nuestro estudio mostró que esos individuos tenían unas espinas dendríticas más grandes y más numerosas que los que tenían demencia, lo que indica que la salud de dichas espinas tiene un rol importante en el inicio de la enfermedad", aseguró Herskowitz en un comunicado de prensa de la universidad.
Las neuronas, que son unas células del cerebro, despachan espinas dendríticas de forma constante para buscar otras neuronas. Cuando conectan, ocurren sinapsis (un intercambio de información) entre neuronas. Esa es la base de la memoria y el aprendizaje, explicaron los investigadores.
"Un culpable obvio de la enfermedad de Alzheimer es la pérdida de espinas dendríticas, y por ende la pérdida de sinapsis", dijo Herskowitz.
"Esto afectaría a la capacidad de pensar, de forma que la suposición ha sido que los que no tienen demencia tenían unas espinas [dendríticas] sanas, y los que tienen demencia, no. Pero nadie había averiguado si era cierto", anotó.
Unas espinas dendríticas sanas podrían ser genéticas, o el resultado de unos hábitos de estilo de vida beneficiosos (como una buena dieta y hacer ejercicio), que se sabe que reducen el riesgo de demencia, dijo Herskowitz.
Los nuevos hallazgos ofrecen "un objetivo para medicamentos que se diseñarían para respaldar y mantener la salud de las espinas dendríticas en un esfuerzo por reconstruir las neuronas o prevenir su pérdida", añadió.
"Estos datos sugieren que reconstruir las neuronas es posible. Y a medida que podamos identificar mejor el aumento de amiloidea y tau al inicio de la progresión de la enfermedad, incluso antes de que surjan síntomas, quizá algún día podamos ofrecer un medicamento que puedan contribuir a mantener unas espinas dendríticas sanas en los que tienen la patología del Alzheimer", concluyó.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTE: University of Alabama at Birmingham, news release, Oct. 24, 2017
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