Se investiga un antiinflamatorio específico para el tejido cerebral
Madrid (25/10/2011) - E.P.
Se centra en el tipo de inflamación que, normalmente, se puede tratar con antiinflamatorios no esteroideos y muestra que este tipo de inflamación es controlada por distintos enzimas en diferentes zonas del organismo
Un equipo liderado por científicos del Instituto de Investigación Scripps, en Estados Unidos, ha identificado una nueva vía metabólica para el control de la inflamación cerebral, estableciendo estrategias para su tratamiento. El nuevo informe ha sido publicado en la revista Science.
El principal autor del estudio, Benjamin F. Cravatt, director del Departamento de Química Fisiología y miembro del Instituto Skaggs de Biología Química y el Centro Dorris de Neurociencias en Scripps, señala que los resultados ofrecen la posibilidad de desarrollar anti-inflamatorios que sean más específicos y no tengan los efectos secundarios de los AINE.,
El descubrimiento fortuito se originó tras un intento de Cravatt y sus colaboradores de desarrollar un nuevo tipo de fármaco para aliviar el dolor centrándose en una enzima conocida como monoacilglicerol lipasa (magl). Esta enzima, normalmente bloquea la acción de un neurotransmisor, el 2-AG, que se encarga de aliviar el dolor. Para reducir la tasa de degradación de 2-AG, el equipo de Cravatt desarrolló un potente y selectivo inhibidor de magl.
En el curso de esta investigación, los científicos probaron su inhibidor en modelos experimentales y también diseñaron modelo que carecen genéticamente de magl. El cerebro de los sujetos con el magl inhibido mostraron niveles reducidos de ácido araquidónico, molécula precursora de lípidos inflamatorios, explica Daniel Nomura, un ex miembro del laboratorio de Cravatt que se encuentra actualmente en la Universidad de California en Berkeley.
Para su sorpresa, los investigadores encontraron que en el cerebro, la producción de ácido araquidónico es controlada principalmente por magl. Los autores demostraron que bloqueando la actividad de magl, o eliminándola genéticamente, se reduce la reserva de ácido araquidónico y las prostaglandinas en el cerebro, limitando la posibilidad de inflamación en esa zona.
Para probar este efecto, establecieron dos modelos estándar de laboratorio de inflamación cerebral. "Ambos modelos, la reducción de magl, genéticamente o con el inhibidor, protegieron a los individuos de la inflamación neurológica, afirma Nomura.
Los AINE, ya se utilizan para reducir la inflamación que se origina a partir del ácido araquidónico; sin embargo, también inhiben la enzima ciclooxigenasa, que protegen el revestimiento del tracto gastrointestinal, pudiendo causar sangrado gastrointestinal, entre otros efectos secundarios adversos. En el cerebro, donde magl es el controlador principal de los niveles de ácido araquidónico, el bloqueo de esta enzima podría ser una mejor estrategia. En principio, con un inhibidor de magl, podríamos evitar la toxicidad gastrointestinal que está asociada con los AINE, manteniendo su efecto antiinflamatorio, concluye Nomura.
El principal autor del estudio, Benjamin F. Cravatt, director del Departamento de Química Fisiología y miembro del Instituto Skaggs de Biología Química y el Centro Dorris de Neurociencias en Scripps, señala que los resultados ofrecen la posibilidad de desarrollar anti-inflamatorios que sean más específicos y no tengan los efectos secundarios de los AINE.,
El descubrimiento fortuito se originó tras un intento de Cravatt y sus colaboradores de desarrollar un nuevo tipo de fármaco para aliviar el dolor centrándose en una enzima conocida como monoacilglicerol lipasa (magl). Esta enzima, normalmente bloquea la acción de un neurotransmisor, el 2-AG, que se encarga de aliviar el dolor. Para reducir la tasa de degradación de 2-AG, el equipo de Cravatt desarrolló un potente y selectivo inhibidor de magl.
En el curso de esta investigación, los científicos probaron su inhibidor en modelos experimentales y también diseñaron modelo que carecen genéticamente de magl. El cerebro de los sujetos con el magl inhibido mostraron niveles reducidos de ácido araquidónico, molécula precursora de lípidos inflamatorios, explica Daniel Nomura, un ex miembro del laboratorio de Cravatt que se encuentra actualmente en la Universidad de California en Berkeley.
Para su sorpresa, los investigadores encontraron que en el cerebro, la producción de ácido araquidónico es controlada principalmente por magl. Los autores demostraron que bloqueando la actividad de magl, o eliminándola genéticamente, se reduce la reserva de ácido araquidónico y las prostaglandinas en el cerebro, limitando la posibilidad de inflamación en esa zona.
Para probar este efecto, establecieron dos modelos estándar de laboratorio de inflamación cerebral. "Ambos modelos, la reducción de magl, genéticamente o con el inhibidor, protegieron a los individuos de la inflamación neurológica, afirma Nomura.
Los AINE, ya se utilizan para reducir la inflamación que se origina a partir del ácido araquidónico; sin embargo, también inhiben la enzima ciclooxigenasa, que protegen el revestimiento del tracto gastrointestinal, pudiendo causar sangrado gastrointestinal, entre otros efectos secundarios adversos. En el cerebro, donde magl es el controlador principal de los niveles de ácido araquidónico, el bloqueo de esta enzima podría ser una mejor estrategia. En principio, con un inhibidor de magl, podríamos evitar la toxicidad gastrointestinal que está asociada con los AINE, manteniendo su efecto antiinflamatorio, concluye Nomura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario