Fármacos y psicoterapia, un tándem inseparable - DiarioMedico.com

Enrique Echeburúa
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ESPAÑA
EN TRASTORNOS COMO DEPRESIÓN Y ESQUIZOFRENIA
Fármacos y psicoterapia, un tándem inseparable
La psiquiatría y la psicología clínica mantienen caminos comunes en la atención sanitaria de salud mental; sin embargo, algunos insisten en la necesidad de una mayor implantación de las terapias psicológicas.

Marcelo Curto. Bilbao - Viernes, 11 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.

Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, se ha referido durante su participación en una jornada extraordinaria de la Sociedad Vasco-Navarra de Psiquiatría (SVNP), celebrada en Vitoria, que en la actualidad "la psicología clínica tiene una amplia base de terapias psicológicas cuyos resultados han sido contrastados en la evidencia científica en patologías como la depresión, los trastornos alimentarios, de ansiedad o adictivos".

Así, el profesor Echeburúa ha señalado a las "terapias de reestructuración cognitiva para la depresión; las terapias de exposición en trastornos de estrés postraumático, fobias y prevención de respuesta en trastornos obsesivo-compulsivos, y la terapia de control de estudios para el juego patológico". Estos abordajes "se han demostrado efectivos en diversos estudios científicos; además, se ha comprobado que ofrecen resultados con tan sólo 15 ó 20 sesiones, lo que, para una periodicidad semanal, se traduce en unos tratamientos de cuatro o cinco meses".

Para Echeburúa, "desde el punto de vista de la eficiencia, de la relación entre el coste y el beneficio, es algo que debiera ser interesante para su aplicación en la sanidad pública".

Terapia farmacológica
La conferencia magistral de la jornada de la SVNP, pronunciada por el catedrático, tuvo como título Retos de futuro y nexos de unión de la psicología clínica con la psiquiatría en la salud pública. En este sentido, declaró que "entre la psiquiatría y la psicología no debe haber rivalidad, sino que hay que potenciar los resultados positivos que alcanzan ambas disciplinas y los puntos de unión", con el fin de dar "una mejor atención sanitaria al paciente".

Ha añadido que en los últimos años ha habido un enfoque "excesivamente biológico" en el estudio de la salud mental, quizá por el interés de la industria farmacéutica en el desarrollo de nuevas moléculas.

"Los fármacos han demostrado claramente que son eficaces en la reducción de síntomas; al mismo tiempo, varias terapias psicológicas se han demostrado efectivas para el desarrollo por parte del paciente de habilidades y competencias; sin embargo, su aplicación en la asistencia sanitaria ha sido menor de lo deseable".

El profesor ha puesto varios ejemplos en los que la terapia farmacológica y la terapia psicológica coinciden para un mejor resultado: "Se ha visto que en la depresión grave el tratamiento farmacológico es necesario pero no suficiente, y que los fármacos deben ir acompañados de terapia psicológica. En esquizofrenia se ha comprobado que si los neurolépticos son acompañados de un tratamiento de rehabilitación psicosocial, la calidad de vida de los pacientes se ve mejorada en gran medida".

Por último, ha señalado que "lo mismo sucede con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, donde hay pruebas que abogan por la realización de terapia psicológica en niños afectados y en familiares de esos niños, como una vía para mejorar, junto con la terapia farmacológica, la efectividad de los tratamientos".

APLICACIÓN EN EL SNS
Los buenos resultados de las nuevas terapias psicológicas, corroborados por la evidencia científica, deben ser una razón suficiente para su aplicación de manera amplia en el Sistema Nacional de Salud. "No sólo se trata de que el sistema cuente con un cuerpo suficiente de psicólogos clínicos, sino de que éstos estén formados adecuadamente", ha apostillado el catedrático. "La evidencia científica obliga al reciclaje de conocimientos". Echeburúa también ha llamado la atención sobre la diversidad de puntos de vista en la aplicación de tratamientos en la sanidad pública "por parte de psicólogos y psiquiatras. Los profesionales de ambas disciplinas deben ofrecer las terapias que han demostrado científicamente dar los mejores resultados".