La espiritualidad del paciente debe formar parte del plan terapéutico

La espiritualidad puede influir en la salud física y psíquica, afirma Christina Puchalski, del Instituto George Washington para Espiritualidad y Salud y asesora del Programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Obra Social La Caixa.

Isabel Gallardo Ponce. Madrid | 14/11/2014 13:42

Christina Puchalsky, de la Universidad de Washington. (José Luis Pindado)

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La espiritualidad puede influir en la salud física y psíquica, en la toma de decisiones en salud, en la resiliencia, en la confianza e incluso en la corrección del diagnóstico. Incluirla en el entorno sanitario requiere dotar al médico de habilidades para acompañar al paciente. Estas son las conclusiones que Christina Puchalski, del Instituto George Washington para Espiritualidad y Salud y asesora del Programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Obra Social La Caixa, ha explicado a DM.

"La espiritualidad se define por aquello que la gente busca, y encuentra como un propósito en su vida y cómo experimentan la conexión consigo mismos, con la naturaleza, con las artes o con lo sagrado, en función de cómo lo entiendan. En mis pacientes he encontrado diferentes vías de expresarla: religión, creencias culturales o personales, la meditación, el montañismo, el mindfulness...".

Tres conceptos
Significado, propósito y conexión son los tres conceptos que definen la espiritualidad. Hay evidencia creciente del impacto de la espiritualidad en la salud. "Hay estudios sobre meditación que muestran que reduce la presión arterial, mejora el insomnio y la concentración". Además, los valores y las creencias tienen una gran importancia en el bienestar, en las decisiones que se toman en salud y en el autocuidado.

Puchalsky ha desarrollado en la Universidad de Washigton modelos para integrar la espiritualidad en la asistencia y un curso sobre Salud y Espirititualidad, además de colaborar con la Asociación Americana de Colegios, y se declara partidaria de la formación universitaria para aprender cómo estar presente y escuchar el sufrimiento.

Según Puchalsky, la humanización del facultativo va de la mano con la espiritualidad. "Se trata de ayudarles a reconocer que hay límites en ciencia, podemos tratar el dolor y otros síntomas pero no curar el sufrimiento. Deberíamos ser capaces de estar presentes, de acompañar", y crear un vínculo de confianza en el que la espiritualidad forme parte del plan terapéutico y permita tener una visión integral de la persona. "Realizaremos mejores diagnósticos, porque si el paciente no confía en ti no compartirá todo lo que le preocupa".

En la última etapa "puedes ayudar a buscar el sentido de su vida o quizá sólo estar presente. El paciente será capaz de poner su dolor en palabras y el médico será testigo del sufrimiento porque la morfina no lo elimina". Puchalsky ha desarrollado FICA, una herrramienta de asesoramiento espiritual para obtener información sobre la vida interior del paciente y poder plasmarla en su historia clínica. FICA indaga sobre las creencias y signficados del paciente, así como en la influencia de estos conceptos en su vida, si pertenecen o no a una comunidad y si prefieren que su facultativo incluya la espiritualidad en su abordaje.