El caso de la niña que controló el VIH tras dejar la medicación
El primer caso pediátrico conocido de remisión del virus tras un tratamiento antirretroviral temprano y su posterior abandono abre la puerta a nuevas investigaciones contra el sida
PABLO LINDE Vancouver 20 JUL 2015 - 20:15 CEST
En la imagen, manifestación en Daca (Bangladesh) con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Sida. / ABIR ABDULLAH (EFE)
En la lucha contra el sida, cada cierto tiempo surgen hallazgos sorprendentes. Son casos raros y, a priori, no generalizables para la mayoría de portadores del VIH, pero abren ventanas de esperanza por las que los investigadores pueden mirar para encontrar nuevos enfoques contra la enfermedad. En el congreso de la Sociedad Internacional del Sida, que se está celebrando estos días en Vancouver, se acaba de presentar uno: el de una adolescente francesa que ha controlado los niveles del virus después de 12 años sin terapia antirretroviral.
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Es el primer caso en la historia de un niño que deja el tratamiento y consigue una remisión del VIH-1. Aunque la chica sigue infectada, puede hacer una vida perfectamente normal sin tomar ningún medicamento. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un solo individuo, así que no se pueden sacar conclusiones firmes por el momento.
El hallazgo ha sido anunciado este lunes en Vancouver por el Instituto Pasteur, cuyos investigadores comenzaron a rastrear todos los casos pediátricos con VIH que habían recibido un tratamiento temprano al nacer. Lo hicieron tras otros dos de esos hallazgos que aportan nuevas perspectivas en la lucha contra el sida: el primero, la llamada investigación Visconti(2012), en la que esta misma institución mostró que existen grupos de adultos capaces de controlar el virus tras dejar la medicación si la comenzaron a recibir muy poco tiempo después de infectarse. El segundo, la famosa bebé de Misisipi (2013), una recién nacida de la que se creía había conseguido vencer al virus tras dejar los antirretrovirales, aunque sufrió un rebote dos años después.
En los archivos sobre casos pediátricos, los científicos del Pasteur comprobaron que una niña cuya madre no se trató durante el embarazo (algo que evita el contagio) recibió tras nacer un fuerte tratamiento profiláctico que fue retirado poco después. Al abandonarlo, los niveles del virus se dispararon, por lo que le aplicaron una potente terapia antirretroviral. Unos cinco años después, el sistema de salud francés perdió el contacto con esta familia, hasta que, cuando la niña tenía seis y medio, acudió al médico para confesar que había dejado la terapia hacía unos meses. Los análisis demostraron que la carga viral continuaba muy baja, así que se decidió no reanudar la medicación y hacerle un seguimiento observacional muy próximo para comprobar si los niveles se mantenían. Eso ocurrió en el año 2003. Hoy, 12 años después, el virus sigue controlado, algo que abre la puerta a investigar qué hay detrás de este fenómeno y cuán frecuente puede ser.
Asier Sáez-Cirión, español que lidera el estudio del que ha resultado el hallazgo, explica que lo primero que muestra es que una remisión prolongada es posible en niños. “Hemos visto que funciona con mecanismos similares a los adultos y que los mecanismos son muy distintos de aquellas personas que controlan el virus de forma natural (lo hace alrededor de un 0,5% de los infectados), en quienes se dan unos extraños parámetros genéticos. Aquí se vio que al dejar la profilaxis aumentó la carga viral, así que no es algo innato y parece clave el posterior tratamiento precoz. Lo que sucede es que no hay muchos niños que hayan empezado una medicación fuerte y mantenida durante cierto tiempo y luego la hayan interrumpido. Es raro y sabemos que la mayor parte de los niños y adultos que cesan no van a ser capaces de mantener bajos los niveles del virus. Así que es un primer paso, pero no suficiente. Tenemos que entender mejor por qué hay ciertos pacientes que controlan el VIH con terapia precoz, por qué otros no, y buscar marcadores para predecir quiénes se pueden beneficiar”, explica.
Aunque la chica sigue infectada, puede hacer una vida perfectamente normal sin tomar ningún medicamento
La transmisión de madre a hijo, que entre la gestación, el parto y la lactancia oscila entre el 15% y el 45%, se puede evitar si la madre sigue un tratamiento durante el embarazo. En la mayoría de los países desarrollados ya es casi inexistente y, recientemente, Cuba fue reconocido como el primer país del mundo en haber erradicado esta transmisión. Sin embargo, en otros lugares la infección de los recién nacidos sigue siendo frecuente.
La comunidad científica se muestra muy cauta ante este descubrimiento y hace énfasis en que hay que investigar más para conocer cuáles son los mecanismos que hay detrás de esta remisión y hasta qué punto puede ser frecuente. Sharon Lewin, responsable del Departamento de Enfermedades infecciosas de la Universidad de Melbourne y reputada investigadora en el campo del VIH, asegura que hallazgos como este pueden ser “muy inspiradores” para los enfermos, porque se comprueba que es posible una remisión, pero que no se debe perder de vista que se trata de un caso individual. “No sabemos cómo puede ser de común. Para eso hace falta poner en marcha ensayos clínicos que nos muestren la naturaleza de este fenómeno. Es necesario ensayar con dos grupos que hayan recibido tratamiento temprano y retirarlo en uno de ellos para comprobar la tasa de remisión sin medicamentos con respecto al otro”, explica la investigadora. Ya hay algunos estudios de estas características en curso. En alrededor de un año se empezarán a conocer los primeros resultados (en adultos) y se podrán sacar conclusiones más sólidas.
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