CENTRO DE INVESTIGACIÓN MÉDICA APLICADA
Curan enfermedad de Wilson en modelo animal
Un equipo del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra ha logrado curar la enfermedad de Wilson en modelos animales.
Redación. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com | 15/02/2016 00:00
Un equipo del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) de la Universidad de Navarra ha logrado curar la enfermedad de Wilson en modelos animales. Mediante terapia génica han desarrollado un vector terapéutico que corrige el origen y revierte los síntomas de esta enfermedad hepática rara, trabajo que ha sido portada del último número del Journal of Hepatology.
La enfermedad de Wilson es un trastorno hereditario con una incidencia de un caso por cada 30.000 habitantes. Está causada por la mutación del gen ATP7B, encargado del metabolismo del cobre. Su mutación provoca que este metal se acumule en el hígado y, después, en otros tejidos.
Según Oihana Murillo, investigadora del Programa de Terapia Génica del CIMA y primera autora del trabajo, "el cobre es un elemento esencial para el ser humano. Interviene en el desarrollo de los huesos y en el funcionamiento del sistema nervioso central, entre otros. Sin embargo, cuando se acumula en exceso puede provocar estrés oxidativo y daño celular".
Secuelas complicadas
En estadios avanzados de la enfermedad de Wilson, señala la investigadora, "se produce una liberación continuada de cobre a la sangre, lo que causa la acumulación progresiva de este metal en otros tejidos como el cerebro y puede provocar trastornos motores y psiquiátricos, entre otras alteraciones".
Su tratamiento actual consiste en disminuir los depósitos de cobre con sustancias quelantes, agentes que secuestran metales pesados, y en prevenir su acumulación prolongada.
"Son tratamientos paliativos, no curativos, que se deben administrar de forma continuada y que tienen numerosos efectos secundarios", explica Murillo.
En estadios avanzados de la enfermedad de Wilson, señala la investigadora, "se produce una liberación continuada de cobre a la sangre, lo que causa la acumulación progresiva de este metal en otros tejidos como el cerebro y puede provocar trastornos motores y psiquiátricos, entre otras alteraciones".
Su tratamiento actual consiste en disminuir los depósitos de cobre con sustancias quelantes, agentes que secuestran metales pesados, y en prevenir su acumulación prolongada.
"Son tratamientos paliativos, no curativos, que se deben administrar de forma continuada y que tienen numerosos efectos secundarios", explica Murillo.
A su juicio, cuando el problema hepático es grave, el único tratamiento curativo es el trasplante de hígado. Sin embargo, esta posibilidad terapéutica se ve limitada por la escasez de donantes, la necesidad de inmunosupresión y los riesgos asociados a la intervención quirúrgica, por lo que actualmente las esperanzas para esta enfermedad rara están puestas en la terapia génica.
Dicho abordaje consiste, básicamente, en la aplicación de sistemas de transferencia de información genética (denominados vectores) que aportan la versión correcta del gen a las células que lo tienen mutado.
Los investigadores del CIMA han desarrollado un vector viral portador del gen ATP7B que ha demostrado su eficacia contra la enfermedad de Wilson en modelos de ratón.
Los investigadores del CIMA han desarrollado un vector viral portador del gen ATP7B que ha demostrado su eficacia contra la enfermedad de Wilson en modelos de ratón.
Corrige y revierte
"Hemos comprobado que este vector corrige la causa específica de la enfermedad de Wilson, que no es otra que la acumulación de cobre, y revierte los síntomas y alteraciones patológicas asociadas a esta enfermedad", ha señalado Gloria González-Aseguinolaza, directora del Programa de Terapia Génica y Regulación de la Expresión Génica del CIMA y directora del trabajo.
"Hemos comprobado que este vector corrige la causa específica de la enfermedad de Wilson, que no es otra que la acumulación de cobre, y revierte los síntomas y alteraciones patológicas asociadas a esta enfermedad", ha señalado Gloria González-Aseguinolaza, directora del Programa de Terapia Génica y Regulación de la Expresión Génica del CIMA y directora del trabajo.
A raíz de estos resultados, los científicos buscan ahora confirmar la eficacia terapéutica del vector, la farmacología y la tolerabilidad del tratamiento en modelos preclínicos. El objetivo, según las investigadoras, es "iniciar la producción del vector a gran escala y en grado clínico para su administración posterior en pacientes".
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