Tener un bebé demasiado pronto tras una cirugía para perder peso podría aumentar los riesgos
Un intervalo adecuado y una nutrición apropiada son clave para asegurar que la madre y el bebé estén sanos, encuentra un estudioMIÉRCOLES, 19 de octubre de 2016 (HealthDay News) -- Los bebés que nacen de madres que se han sometido a una cirugía para perder peso tienen un riesgo más alto de complicaciones, y los mayores riesgos se observan en los que nacen en un plazo de dos años tras la cirugía, encuentra un nuevo estudio.
"Una madre que se ha operado recientemente con cambios nutricionales, metabólicos y fisiológicos subyacentes tiene un riesgo elevado de complicaciones perinatales", concluyó un equipo dirigido por el Dr. Brodie Parent, del Centro Médico de la Universidad de Washington, en Seattle.
Un obstetra que revisó los hallazgos dijo que los problemas surgen con más frecuencia a medida que la popularidad de la cirugía bariátrica (para perder peso) aumenta.
"He estado muy atento al aumento reciente en las pacientes que se han sometido a procedimientos bariátricos", comentó el Dr. Brian McKenna, director de ginecología del Hospital Southside de Northwell Health en Bay Shore, Nueva York.
"Muchas de esas pacientes tenían déficits nutricionales graves incluso antes de la cirugía", añadió, y tras la cirugía "equilibrar las necesidades nutricionales del embarazo presenta unos desafíos únicos".
En el nuevo estudio, el equipo de Parent siguió los resultados de los bebés nacidos a más de 1,800 madres que tenían una edad promedio de 29 años. Todas las mujeres se habían sometido a una cirugía para perder peso menos de dos años o más de cuatro años antes de dar a luz.
Compararon esos datos con los resultados de bebés nacidos a más de 8,400 madres que no se sometieron a una cirugía para perder peso.
En comparación con los bebés de las madres que no se hicieron la cirugía, los bebés nacidos de las madres que sí se la hicieron tenían un riesgo más alto de ser prematuros (un 8.6 frente a un 14 por ciento), de admisión a la UCI neonatal (un 11 frente a un 15 por ciento) y de tener un peso insuficiente al nacer (un 8.9 frente a un 13 por ciento).
La cantidad de tiempo que pasó entre la cirugía y el nacimiento pareció tener un efecto, anotaron los investigadores de Seattle.
Por ejemplo, en comparación con los bebés de las madres que se sometieron a la cirugía para perder peso más de cuatro años antes de dar a luz, los bebés de las madres que se hicieron la cirugía menos de dos años antes de dar a luz tenían un riesgo más alto de:
- prematuridad (un 12 frente a un 17 por ciento)
- admisión a la UCI neonatal (un 12 frente a un 18 por ciento)
- un peso insuficiente (un 9 frente a un 13 por ciento)
El grupo de Parent enfatizó que el estudio no concluye que las mujeres obesas que deseen tener un hijo deban rechazar la cirugía para perder peso.
"Sin duda, las operaciones bariátricas resultan en muchos beneficios de salud para las mujeres con obesidad mórbida en edad fértil, y reducen las complicaciones obstétricas relacionadas con la obesidad", escribieron los investigadores en el estudio. "Los hallazgos de este estudio no deben disuadir a los cirujanos bariátricos de ofrecer esas terapias a esta población".
McKenna se mostró de acuerdo, y dijo que las mujeres y sus médicos deben trabajar juntos para garantizar que las necesidades nutricionales de la futura madre y de su bebé se satisfagan durante el embarazo. Esto es particularmente importante en las mujeres que se han sometido a una cirugía bariátrica, comentó.
"Debemos maximizar un ambiente seguro y nutricio para los bebés, y el primer paso es ayudar a las madres embarazadas a conseguir pronto un respaldo y un equilibrio nutricionales", planteó McKenna. "La cirugía bariátrica es el inicio de un largo proceso de sanación y restauración de una fisiología normal. Es recomendable aconsejar a nuestras pacientes que permitan un tiempo adecuado para que sus cuerpos vuelvan a equilibrarse tras esos procedimientos".
El Dr. Mitchell Roslin, jefe de cirugía para la obesidad del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo en que el momento es clave para minimizar cualquier riesgo del embarazo tras una cirugía para perder peso.
"Usualmente sugerimos que las pacientes tengan un peso estable y estén nutricionalmente repletas antes de intentar un embarazo: en nuestra práctica, 18 meses", dijo Roslin.
"Con una educación adecuada, las pacientes pueden permanecer nutricionalmente repletas incluso tras unos procedimientos bariátricos agresivos", añadió. "Una mujer sana es una madre sana".
El estudio aparece en la edición en línea del 19 de octubre de la revista JAMA Surgery.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Brian P. McKenna, M.D., director of gynecology and VP, Women's Strategic Initiatives, Northwell Health's Southside Hospital, Bay Shore, N.Y.; Mitchell Roslin, M.D., chief, obesity surgery, Lenox Hill Hospital, New York City; JAMA Surgery, news release, Oct. 19, 2016
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