PUBLICADO EN 'SCIENCE OF THE TOTAL ENVIRONMENT'
Las vibraciones de las obras molestan más a los propietarios que a los inquilinos
JANO.es · 21 diciembre 2016 12:17
Un equipo internacional de investigadores describe cómo la percepción en las incomodidades derivadas de obras o el paso de trenes es subjetiva.
Una excavadora abriendo una zanja, un martillo hidráulico trabajando o una línea férrea pasando demasiado cerca de unas viviendas. Las obras civiles y las infraestructuras viarias pueden producir molestias a las personas que viven cerca. La más estudiada es el ruido que ocasionan, pero hay otro factor menos conocido: las vibraciones asociadas a todas estas labores.
Un equipo de las universidades de Córdoba y Salford, Reino Unido, ha estudiado los efectos de estos traqueteos en personas que viven cerca de una línea de tren ligero y han observado que la percepción de la molestia es subjetiva. No todos los afectados notan el mismo efecto ante un mismo nivel de vibración.
El trabajo se ha realizado a partir de una estancia de María Dolores Redel, profesora del departamento de Ingeniería Rural de la Universidad de Córdoba (UCO), en la institución británica. Redel coordinó un proyecto financiado por la Fundación Mapfre, complementario a un proyecto previo del departamento de Medio Ambiente y Asuntos Rurales del Reino Unido, para ampliar el conocimiento sobre las molestias de las vibraciones en personas.
“Hasta ahora no había mucha literatura científica al respecto”, admite la investigadora. Para ello se fijaron en una particularidad de la red férrea inglesa, la más antigua del planeta. Las ciudades británicas han crecido engullendo las vías, por lo que existen barrios muy próximos a estas redes viarias. El Reino Unido ha establecido una norma que establece los niveles de aceptabilidad de una vibración o un ruido, tanto para los ferrocarriles como para las obras civiles.
Los investigadores trataron de saber si esos límites legales son reales. Para ello, encuestaron a 350 personas en Reino Unido, de entre 16 y 85 años, considerando inicialmente tres factores: el nivel de molestia, el daño en la propiedad derivado de los temblores, y la aceptabilidad de las oscilaciones. Posteriormente, buscaron la correlación entre el nivel de vibración y estos tres factores subjetivos. El trabajo ha sido recientemente publicado en la revista Science of the Total Environment.
La aceptación varía
El equipo científico observó que mientras el nivel de molestia y el daño a la propiedad percibido se incrementaba si lo hacía el tembleque, la aceptabilidad de estos incordios era diferente según las circunstancias de los vecinos. Aquellas personas que habían decidido vivir al lado de una línea férrea o que ven que la obra civil es necesaria para la comunidad o para sí mismos, aceptaban de mayor grado las desagradables sacudidas.
En otro trabajo, se ahonda en estas percepciones subjetivas. Aunque ni la edad ni el sexo de las personas encuestadas influía en la percepción, otros factores sí. Uno de ellos es el régimen de propiedad. Si este era propietario del inmueble, las molestias se incrementaban. Las personas que vivían de alquiler eran más comprensivas ante una obra o el paso regular de un tren.
“Puede deberse a que estos inquilinos ven su estancia en la vivienda como algo circunstancial y que pueden acabar con el incordio cambiando de piso”, interpreta la investigadora de la UCO. Otra circunstancia que también se observó es que, si desde la vivienda se ve la obra, la molestia percibida era mayor que si le daba la espalda, aun al mismo nivel de afectación.
“Estas percepciones subjetivas no eran muy conocidas y pueden ayudar a establecer el grado de molestia real que una persona que denuncia esta circunstancia padece”, explica Redel. Debido a la amplia estructura férrea y las mejoras en la red viaria, en el Reino Unido se producen un gran número de reclamaciones por estas molestias a lo largo del año.
Noticias relacionadas
13 Jul 2016 - Actualidad
El ruido nocturno del tráfico aumenta la mortalidad en Madrid
Infarto, enfermedad cerebrovascular, neumonía, asma, EPOC y diabetes son algunas de las causas de muerte provocadas por el denso tráfico madrileño, según un estudio del Instituto de Salud Carlos III y la UAM.
22 Oct 2015 - Actualidad
El ruido del tráfico puede perjudicar el embarazo
El incremento de los partos prematuros, el bajo peso al nacer o el aumento de la mortalidad en recién nacidos están relacionados con los altos niveles de tráfico, según una investigación de la Escuela Nacional de Sanidad del SCIII.
20 Nov 2014 - Actualidad
Vivir bajo una ruta aérea aumenta el riesgo de hipertensión, infarto e ictus
Un estudio realizado cerca del aeropuerto londinense de Heathrow muestra que los altos niveles de ruido procedente de aviones se asocian a un mayor probabilidad de ingreso por enfermedad cardiovascular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario