viernes, 30 de diciembre de 2016

Linfoma de Hodgkin infantil (PDQ®)—Versión para profesionales de salud - National Cancer Institute

Linfoma de Hodgkin infantil (PDQ®)—Versión para profesionales de salud - National Cancer Institute

Instituto Nacional Del Cáncer

Linfoma de Hodgkin infantil: Tratamiento (PDQ®)–Versión para profesionales de salud



SECCIONES

Información general sobre linfoma de Hodgkin infantil

Afortunadamente, el cáncer en niños y adolescentes es poco frecuente, aunque la incidencia general de cáncer de la niñez ha aumentado lentamente desde 1975.[1] Los niños y adolescentes con cáncer se deben enviar a centros médicos que cuenten con un equipo multidisciplinario de especialistas con experiencia en el tratamiento de los cánceres que se presentan en la niñez y la adolescencia. Este enfoque de equipo multidisciplinario incorpora las destrezas de los profesionales de la salud que se mencionan a continuación, así como otros, para asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados de apoyo y la rehabilitación que permita una supervivencia y calidad de vida óptimas.
  • Médicos de atención primaria.
  • Cirujanos pediatras.
  • Oncólogos de radioterapia.
  • Oncólogos y hematólogos pediatras.
  • Especialistas en rehabilitación.
  • Especialistas en enfermería pediátrica.
  • Trabajadores sociales.
  • Pedagogos.
  • Psicólogos.
(Para información específica acerca de los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los sumarios del PDQ sobre Cuidados médicos de apoyo).
La American Academy of Pediatrics estableció pautas para los centros de cáncer infantil y su función en el tratamiento de los pacientes pediátricos con cáncer.[2] En estos centros de cáncer pediátrico se dispone de ensayos clínicos para la mayoría de los tipos de cáncer que se presentan en niños y adolescentes, y se ofrece la oportunidad de participar en estos ensayos a la mayoría de los pacientes y sus familias. Los ensayos clínicos para niños y adolescentes con cáncer en general se diseñan para comparar un tratamiento posiblemente mejor con el tratamiento que se acepta en el presente como estándar. La mayor parte del progreso para identificar tratamientos curativos para los cánceres infantiles se logró mediante ensayos clínicos. Para mayor información sobre ensayos clínicos en curso, consultar el portal de Internet del NCI.
Se han logrado mejoras sorprendentes de la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer.[1] Entre 1975 y 2010, la mortalidad infantil por cáncer disminuyó en más de 50%. Para el linfoma de Hodgkin, la tasa de supervivencia a 5 años durante el mismo período aumentó de 81 a más de 95% en niños y adolescentes.[1] Los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer necesitan un seguimiento minucioso porque los efectos tardíos del tratamiento pueden persistir o presentarse meses o años después de este. (Para información específica acerca de la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer, consultar el sumario del PDQ sobreEfectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez).

Descripción general del linfoma de Hodgkin infantil

El linfoma de Hodgkin infantil es una de las pocas neoplasias malignas pediátricas que comparten aspectos de su biología y evolución natural con un cáncer en adultos. Cuando los enfoques para el tratamiento de niños se diseñaron según los utilizados en adultos, se manifestaron morbilidades sustanciales a raíz de las dosis de radiación inaceptablemente altas. Por lo tanto, se formularon estrategias nuevas para emplear la quimioterapia y la radioterapia en dosis más bajas. Aproximadamente de 90 a 95% de los niños con linfoma de Hodgkin se pueden curar; esto permite concentrar la atención en concebir un tratamiento que produzca menos morbilidades a largo plazo para estos pacientes. En los programas actuales de tratamiento se utiliza un enfoque adaptado a la respuesta y basado en los riesgos: los pacientes reciben quimioterapia multifarmacológica, con radiación de dosis baja dirigida al campo o sitio afectado o sin esta. Los factores pronósticos que se utilizan para determinar la intensidad de la quimioterapia incluyen el estadio, la presencia o ausencia de síntomas B (fiebre, pérdida de peso e hiperhidrosis nocturna) o enfermedad con masa tumoral voluminosa.

Características epidemiológicas

El linfoma de Hodgkin comprende 6% de los cánceres infantiles. En los Estados Unidos, la incidencia del linfoma de Hodgkin se relaciona con la edad y es más alta entre los adolescentes de 15 a 19 años (29 casos por 1 millón por año). Los niños de 10 a 14 años, de 5 a 9 años y de 0 a 4 años de edad tienen tasas aproximadamente tres veces, ocho veces y 30 veces más bajas, respectivamente.[3] En los países en desarrollo, la tasa es similar en adultos jóvenes, pero con una incidencia mucho más alta en los niños.[4]
El linfoma de Hodgkin tiene las siguientes características epidemiológicas que le son únicas:
  • El linfoma de Hodgkin tiene una distribución etaria bimodal que difiere geográfica y étnicamente en los países industrializados; el punto máximo inicial se presenta entre los 25 a 30 años y el segundo punto máximo después de los 50 años. En los países en desarrollo, el punto máximo inicial se presenta antes de la adolescencia.[5]
  • La proporción hombre:mujer varía considerablemente con la edad. En los niños menores de 5 años se observa un fuerte predominio masculino (H:M = 5,3) y en niños de 15 a 19 años de edad se observa un ligero predominio femenino (H:M = 0,8).[6,7]
  • Hay tres formas diferenciadas de linfoma de Hodgkin:
    • Forma infantil: se presenta en individuos de 14 años o menos. La forma infantil de linfoma de Hodgkin aumenta en prevalencia en relación con el mayor tamaño de la familia y una situación socioeconómica inferior.[5] La exposición a infecciones comunes en la niñez parece disminuir el riesgo de linfoma de Hodgkin; la razón más probable es la maduración de la inmunidad celular.[8,9]
    • Forma en adultos jóvenes: afecta a individuos de 15 a 34 años. La forma en adultos jóvenes se relaciona con una situación socioeconómica más alta en países industrializados, mayor tamaño de fratría y orden más temprano de nacimiento.[10] El riesgo más bajo de linfoma de Hodgkin que se observa en adultos jóvenes con múltiples hermanos mayores, pero no menores, justifica la hipótesis de que la exposición temprana a infecciones víricas (que los hermanos traen al hogar desde la escuela, por ejemplo) puede desempeñar una función en la patogénesis de la enfermedad.[8]
    • Forma en adultos de edad más avanzada: se presenta más comúnmente en individuos de 55 a 74 años.
  • Los antecedentes familiares de linfoma de Hodgkin en hermanos o padres se han relacionado con un aumento del riesgo de esta enfermedad.[11,12]

Virus de Epstein-Barr y linfoma de Hodgkin

El virus de Epstein-Barr (VEB) se implicó entre las causas del linfoma de Hodgkin. Una gran proporción de pacientes de linfoma de Hodgkin presentan valores altos de VEB; ello indica que un aumento en la activación del VEB puede preceder a la presentación del linfoma de Hodgkin en algunos pacientes. El material genético del VEB se puede detectar en las células de Reed-Sternberg de algunos pacientes de linfoma de Hodgkin.
La incidencia del linfoma de Hodgkin relacionado con el VEB también exhibe las siguientes características epidemiológicas únicas:
  • La positividad para el VEB se observa más comúnmente en tumores con histología de celularidad mixta y casi nunca se observa en pacientes con histología de predominio linfocítico.[13,14]
  • La positividad para el VEB es más común en niños menores de 10 años que en los adolescentes y adultos jóvenes.[13,14]
  • La incidencia de positividad de las células tumorales para el VEB en el linfoma de Hodgkin en los países industrializados oscila entre 15 a 25% en adolescentes y adultos jóvenes.[13-15] Se observa una incidencia elevada de histología de celularidad mixta en el linfoma de Hodgkin infantil en países en desarrollo y estos casos son en general positivos para el VEB (aproximadamente 80%).[16]
La condición serológica del VEB no es un factor pronóstico para la supervivencia sin fracaso terapéutico de los pacientes pediátricos y adultos jóvenes con linfoma de Hodgkin,[17,13-15,18] pero la presencia del ADN de VEB en el plasma se ha relacionado con desenlaces precarios en adultos.[19] Los pacientes con antecedentes de mononucleosis infecciosa comprobada mediante serología tienen cuatro veces más riesgo de presentar linfoma de Hodgkin positivo para VEB; estos pacientes no tienen un aumento del riesgo de linfoma de Hodgkin negativo para el VEB.[20]

Inmunodeficiencia y linfoma de Hodgkin

El riesgo de linfoma de Hodgkin aumenta en los individuos con inmunodeficiencia, aunque este no es tan alto como para el linfoma no Hodgkin.
Las características del linfoma de Hodgkin que se presenta en el contexto de una inmunodeficiencia son las siguientes:
  • El linfoma de Hodgkin habitualmente se presenta a una edad más temprana y con histologías diferentes a la esclerosis nodular en pacientes con inmunodeficiencias primarias.[21]
  • El riesgo de linfoma de Hodgkin aumenta hasta 50 veces más en pacientes con síndrome linfoproliferativo autoinmunitario que en la población general.[22]
  • Aunque no es una neoplasia maligna definitoria de sida, la incidencia del linfoma de Hodgkin parece aumentar en individuos infectados por el VIH, incluso en niños.[23,24]

Presentación clínica

Las siguientes características de presentación del linfoma de Hodgkin resultan de los efectos directos o indirectos del compromiso ganglionar o extraganglionar, y de los síntomas constitucionales relacionados con la liberación de citocinas por las células de Reed-Sternberg.
  • Aproximadamente 80% de los pacientes se presentan con adenopatía indolora, que con más frecuencia compromete las áreas supraclavicular o cervical.
  • La enfermedad mediastínica está presente en alrededor del 75% de los adolescentes y adultos jóvenes, y puede ser asintomática. Por el contrario, solo alrededor de 35% de los niños pequeños con linfoma de Hodgkin tienen afectación del mediastino, lo que en parte refleja la tendencia de estos pacientes a presentar celularidad mixta o histología de predominio linfocítico.
  • Entre 15 a 20% de los pacientes presentarán compromiso extraganglionar no contiguo (estadio IV). Los sitios más comunes de compromiso extraganglionar son los pulmones, el hígado, los huesos y la médula ósea.[25,26]
  • Los síntomas constitucionales no específicos, que incluyen fatiga, anorexia, pérdida de peso, prurito, hiperhidrosis nocturna y fiebre, se presentan en aproximadamente 25% de los pacientes.[25,26]
  • Por lo común, para asignar el riesgo en los ensayos clínicos se usan tres síntomas constitucionales específicos (B) que se correlacionaron con el pronóstico: fiebre sin explicación (temperatura oral superior a 38,0 °C), pérdida de peso sin explicación (10% del peso corporal dentro de los seis meses anteriores al diagnóstico) e hiperhidrosis nocturna.[27]

Factores pronósticos

A medida que mejoró el tratamiento del linfoma de Hodgkin, se volvió más difícil identificar los factores relacionados con el desenlace. Sin embargo, hay varios factores que influyen en el éxito y la elección del tratamiento. Estos factores están interrelacionados en el sentido que el estadio de la enfermedad, el volumen tumoral y el dinamismo biológico son con frecuencia colineales.
Los factores previos al tratamiento relacionados con un desenlace adverso en uno o varios estudios son los siguientes:
  • Estadio avanzado de la enfermedad.[28]
  • Presencia de síntomas B.[25,26]
  • Presencia de enfermedad con masa tumoral voluminosa.[25]
  • Extensión extraganglionar.
  • Velocidad de sedimentación globular elevada.
  • Leucocitosis (recuento de glóbulos blancos de 11.500/mm3 o más).[28]
  • Anemia (hemoglobina inferior a 11,0 g/dl).
  • Sexo masculino.[26,28]
  • Respuesta al tratamiento inicial con quimioterapia.[29,30]
Los factores pronósticos identificados en estudios multiinstitucionales determinados son los siguientes:
  • En un estudio con análisis multivariante de la sociedad de hematología y oncología pediátrica alemana (Gesellschaft für Pädiatrische Onkologie und Hämatologie [GPOH]) GPOH-95, se observó que los síntomas B, la histología y el sexo masculino fueron factores pronósticos adversos para la supervivencia sin complicaciones.[26]
  • En 320 niños con linfoma de Hodgkin estadificado clínicamente y tratados en el seno del consorcio Stanford-St. Jude-Dana Farber Cancer Institute, el sexo masculino, la enfermedad en estadios IIB, IIIB o IV, el recuento de glóbulos blancos de 11.500/mm3 o más, y la hemoglobina inferior a 11,0 g/dl fueron factores pronósticos significativos de supervivencia sin enfermedad y supervivencia general (SG) más bajas. El pronóstico también se relacionó con el número de factores adversos.[28]
  • En el estudio CCG-5942, la combinación de síntomas B y enfermedad con masa tumoral voluminosa se relacionó con un desenlace malo.[25]
  • En un estudio de una sola institución, se observó que los pacientes de raza negra tuvieron una tasa más alta de recaída que los pacientes de raza blanca, pero la SG fue similar.[31]
La inmediatez de la respuesta a los ciclos iniciales de quimioterapia también parece ser importante para el pronóstico y se está usando en el entorno de investigación para determinar el tratamiento subsiguiente.[29,30,32] Está en evaluación la exploración por tomografía con emisión de positrones (TEP) como método para medir la respuesta temprana del linfoma de Hodgkin infantil.[33] La afinidad por fluorodesoxiglucosa en la TEP después de dos ciclos de quimioterapia para el linfoma de Hodgkin en adultos mostró que predice el fracaso del tratamiento y la supervivencia sin avance.[34-36] Se necesita realizar más estudios de niños para evaluar la función de la respuesta temprana evaluada mediante TEP. Queda por determinar el valor de la afinidad en la TEP para predecir el desenlace y si se puede lograr un mejor desenlace mediante el cambio de estrategia terapéutica según la respuesta temprana observada en la TEP.
Los factores pronósticos seguirán cambiando debido a la estratificación del riesgo y la elección del tratamiento. Parámetros tales como estadio de la enfermedad, volumen tumoral, sintomatología sistémica y respuesta temprana a la quimioterapia se usan para estratificar la asignación terapéutica.
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  • Actualización: 27 de abril de 2016

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